Hay jinetes de luz en la hora oscura
Las letras españolas celebran el centenario del nacimiento de Miguel Delibes. El autor, convertido en voz de Castilla, es uno de los grandes escritores del siglo XX y también se encuentra entre los más leídos. Novelas como El camino o El príncipe destronado acercan a los jóvenes a la literatura, gracias a personajes como el Mochuelo o Quico; Los santos inocentes o El disputado voto del señor Cayo denuncian el abandono de una tierra dejada en manos de señoritos; Cinco horas con Mario y Señora de rojo sobre fondo gris nos enfrentan al dolor y la pena desde miradas totalmente opuestas; y así es posible continuar con títulos como La hoja roja, El hereje o Las ratas.
El Debate de Hoy presenta este especial en el que Miguel Delibes es recordado como novelista, periodista, hombre y esposo. La fortaleza Bastiani, nuestro pódcast literario, abre camino con un programa monográfico en el que Fernando Ariza y Ángel Arias repasan los aspectos fundamentales en la vida y la obra del genial autor vallisoletano.
En recuerdo y homenaje a los inicios de Miguel Delibes como caricaturista en El Norte de Castilla, este especial reúne a los ilustradores de El Debate de Hoy, quienes aportan su particular visión de la vida y la obra del escritor. Mireia García y la pasión del cazador, el cielo de Castilla a través de los ojos de FromTheTree, un amor literario en las formas de Andrea Reyes y los datos que resumen toda una trayectoria, en la infografía de Academia Play.
La trayectoria de Miguel Delibes es la de aquel que, convencido de la fuerza de sus ideas, lucha por ellas con respeto y actitud dialogante. Vidal Arranz repasa los valores de alguien al que es posible definir como libre, independiente, rebelde y cristiano.
En la Redacción de El Norte de Castilla, Delibes sufrió la presión y el control de la censura. La frustración del periodista que no puede contar la realidad dará paso a sus novelas más crudas y realistas. Si exageramos un poco, a Manuel Fraga y su Ministerio de Información y Turismo les debemos algunas de las páginas más brillantes de la literatura española del siglo XX, quién se lo iba a decir.
La faceta periodística del vallisoletano está a la altura de la narrativa. Miguel Delibes fue periodista por encima de todo… salvo la caza, y como director de periódico supo rodearse de un grupo de escritores que formarían una excepcional generación a la que todavía no se ha puesto nombre. Francisco Umbral, Manu Leguineche, José Jiménez Lozano o José Luis Martín Descalzo compartieron páginas en El Norte y José F. Peláez trata de bautizar a «los hombres de Delibes».
«Yo estoy lejos de ser un hombre de ideas; a mí lo que en realidad me divierte es escribir sobre hombres y cosas». Desde una extrema humildad, Delibes resume en estas palabras la forma de entender su propia literatura. La sencillez frente a la «novela río», la palabra concreta frente al barroquismo. Las cosas se llaman por su nombre, aunque ya solo se acuerden de él los últimos habitantes de este o aquel pueblo. Hilda García profundiza en las formas narrativas de un autor que dibujó Castilla y honró el castellano.
El estilo literario de Delibes convirtió sus novelas en un tesoro para guionistas y directores. Al margen de la magnífica versión teatral de Cinco horas con Mario, muchas otras obras del vallisoletano han sido llevadas con gran éxito al cine y la televisión. Juan Orellana repasa una relación en la que destaca, por encima de todo, la adaptación de Los santos inocentes.
¿Puede lo universal quedar reducido a un pueblo de la vieja Castilla? ¿Puede un pobre labrador ser también un sabio? ¿Está el progreso más allá del chopo del Elicio? Miguel Delibes ha mirado Castilla a través de los ojos de muchos de sus personajes: el niño que disfruta de una naturaleza que humaniza, el hombre que no quiere que su hijo dependa, como él, de una cosecha, o el anciano resignado a la soledad de una aldea abandonada. Armanzo Zerolo recorre los caminos del escritor y las ruinas de un mundo que desaparece.
La trayectoria vital y literaria de Miguel Delibes no se entiende sin Ángeles de Castro, su mujer. Por eso, su muerte supondrá un duro golpe para el escritor, que tardará tres años en volver a firmar una novela. Y pasarán quince hasta que Señora de rojo sobre fondo gris se erija como homenaje literario a la mujer que «con su sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir». Ana Rodríguez de Agüero vuelve a un texto que considera «el más logrado de los cantos a la felicidad matrimonial de nuestras letras».
La primera novela de Delibes, La sombra del ciprés es alargada, parece marcar el destino de alguien que tuvo a la muerte como una presencia continua, tanto en su obra como en su propia vida. El autor afrontó el final de sus días del mismo modo que lo hizo gran parte de sus personajes, aceptando con tranquilidad y serenidad lo inevitable.
La memoria del escritor castellano se conserva en la Fundación Miguel Delibes. Fernando Zamácola, su director ejecutivo, reconoce la generosidad de la familia Delibes a la hora de gestionar ese legado y apuesta por seguir profundizando en la obra y la vida de un autor «poliédrico».
«Me gustaría que pensaran que no fui una mala persona, buena gente como dicen ahora. Y en lo que apunta a la literatura, que llegué donde pude, pero que fue bastante lejos». Así es como Miguel Delibes quería ser recordado y así se le recuerda.