Bieito Rubido | 09 de noviembre de 2020
Mientras esperamos la vacuna anticovid, busquemos con ahínco y determinación los anticuerpos que nos inmunicen contra el populismo y la dictadura, envuelta en papel de celofán, que se atisba en el abrasivo comportamiento de Sánchez e Iglesias.
La dura realidad que genera la covid -en femenino- nos distrae con frecuencia de un análisis de la realidad más agudo y riguroso. Estamos todos pendientes de la vacuna que todo lo arregle, cuando es más importante el tratamiento, y desviamos nuestra lupa y capacidad de observación sobre el alarmante estado del escenario nacional, que sí va a requerir de muchas vacunas, dada la epidemia de deterioro político, social y económico de la España actual.
Si prestamos atención, veremos que el Parlamento no controlará a Pedro Sánchez en seis meses, el Portal de Trasparencia está prácticamente cerrado. Desde Moncloa resucitan la censura franquista bajo la disculpa de combatir las noticias falsas, se suprime el español como lengua vehicular en varios territorios de la propia España, el Poder Judicial está asaltado, el deterioro económico hace crecer al populismo y la economía de subvención… En realidad, nuestros males no se ciñen exclusivamente a la pandemia de la covid. No solo necesitamos vacuna contra la vulnerabilidad física que ahora padecemos. Necesitamos inocular de nuevo en el cuerpo social de nuestro país los valores democráticos que nos permitan seguir disfrutando de una democracia de calidad. Créanme que está en peligro. Por primera vez, se puede decir que hay datos objetivos en la realidad que nos circunda que suponen una amenaza seria a nuestra convivencia democrática y pacífica. Nunca, desde 1977 hasta ahora, la vida pública de España había estado en este nivel de enfermedad, enfrentamiento y emponzoñamiento social.
Insisto, por tanto, en la necesidad de abrir un debate en la sociedad para de nuevo inyectarnos diversas vacunas que nada tienen que ver con la bioquímica, sino con la buena salud de la vida social de España. Mientras esperamos la vacuna anticovid, busquemos con ahínco y determinación los anticuerpos que nos inmunicen contra el populismo y la dictadura, envuelta en papel de celofán, que se atisba en el abrasivo comportamiento de Sánchez e Iglesias.