Bieito Rubido | 30 de noviembre de 2020
Madrid está demostrando que se puede administrar más allá del sectarismo ideológico y económico de la izquierda rampante.
La Comunidad de Madrid, con su presidenta, Díaz Ayuso, al frente, inaugurará mañana en Valdebebas el primer hospital especializado en tratar la enfermedad covid. Es el primero de estas características en toda España. Además de su grandiosidad física, cuenta dos características que lo hacen único: está pensando desde la experiencia del que se montó en IFEMA en primavera –con techos altos y zonas ajardinadas— y con la última tecnología, especialmente en las ucis. Los sindicatos sanitarios, siempre tan atentos a la sensibilidad de la izquierda, le dieron ayer la bienvenida con una manifestación de protesta. Por su lado, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha decidido no acudir a la inauguración. Los hechos son tercos y Madrid está demostrando, también con el hospital nuevo –que por cierto lleva el nombre de la enfermera gallega Isabel Zendal– que se puede administrar de otra manera, más allá del sectarismo ideológico y económico de la izquierda rampante. Ahí están los datos que el profesor Gay de Liébana ha sintetizado para quien tenga interés en consultarlos. Cataluña duplica su deuda pública con respeto a Madrid, recauda menos y administra dieciocho impuestos, frente a los tres de la capital. Y resulta que el Gobierno de Díaz Ayuso recauda más, con menos carga fiscal, que la Generalitat.
Todo lo explicitado en el párrafo anterior son datos objetivos, fríos. Ya decía Gracián que la mentira se escucha, pero la verdad se ve. Pueden seguir ustedes escuchando y prestando oídos a las mentiras del populismo, en sus muy variadas versiones. También pueden hacer el ejercicio de objetividad de contrastar los datos y rendirse a la evidencia de que la única autonomía que va a abrir un hospital para atender a los enfermos de la covid es esa «infernal tierra», según Rufián y Otegui, llamada Madrid.
Con el dinero de todos los españoles, el sanchismo vuelve a privilegiar las inversiones en Cataluña, que las gasta en adoctrinamiento.
Maradona fue uno de los grandes del Olimpo del balompié… pero nada más.