Jorge Solana | 22 de enero de 2021
Un Tintilla de Rota dulce, con un intenso color cereza, aroma a mermelada, confitura de frutas negras muy maduras, vainilla y cacao. En boca es sedoso y aterciopelado, aunque persistente y con cuerpo.
Cada momento de la historia ha servido para tomar nota de los pasos que damos y aprender de cada uno de ellos. La recuperación de la memoria y la tradición de los grandes vinos andaluces, como los de Finca Moncloa, es casi una enseñanza vital.
De Andalucía se conocen mucho los vinos elaborados a partir de variedades como la palomino fino, la Pedro Ximénez, la moscatel y otras uvas blancas. La peculiar forma de elaboración ha producido vinos de reconocido prestigio a nivel internacional.
Tintilla de Rota
Vino tinto dulce. VT. Cádiz
Finca Moncloa, González Byass
Variedad: Tintilla de Rota
54,60€
En este caso, el reconocimiento llega otra vez de la mano de la recuperación de la tradición y de una variedad casi olvidada. La memoria ha podido y la historia se vuelve a escribir con el mosto que produce la tintilla de Rota. Una variedad que el grupo González Byass, a través de sus bodegas Finca Moncloa, ha convertido en marca, el vino Tintilla de Rota.
Su especial forma de elaboración bien merece el haber puesto el mismo nombre al vino que a la variedad, ya que se recogen en este vino las fórmulas antiguas, que se remontan al siglo XVI. Es la pasión y la inquietud por rescatar del olvido las viejas tradiciones vinícolas de un pequeño pueblo de casas blancas en la provincia de Cádiz, Arcos de la Frontera.
El clima, la altitud sobre el nivel del mar y la composición del terreno suponen un microclima excepcional y provocan que se puedan elaborar estos grandes vinos tintos. No obstante, la tintilla de Rota es una variedad autóctona andaluza y, según algunos especialistas, sería equivalente a la graciano de La Rioja y la parralata de Somontano.
Los datos recogidos del siglo XVII indican que la tintilla se empleaba en la zona de Rota para la elaboración de pequeñas producciones de dos tipos de vinos, uno seco y otro dulce. Ambas opciones han sido recuperadas en Finca Moncloa. Desde mi punto de vista, con una calidad muy reseñable y que los certámenes y concursos internacionales ya están reconociendo.
La memoria y la tradición son a veces un poco tercas. Esta variedad casi desaparecida ha sido la apuesta de una bodega que aúna los métodos tradicionales con los métodos de cultivo más innovadores, con el fin de recuperar esta producción ancestral de los vinos. Hoy, ese rasgo es inseparable de los vinos tintos de Finca Moncloa.
El vino del que escribo devuelve un procedimiento de elaboración del vino dulce natural a partir de la variedad tintilla de Rota. Una producción de forma tradicional, dejando sobremadurar la uva en la cepa. Después de la corta manual, los racimos se extienden sobre tiras de esparto y se someten a asoleo durante unos días, hasta alcanzar el grado de dulzor adecuado. Esto lo podríamos considerar algo habitual para la obtención de vinos dulces especiales. Pero añadimos aquí dos fórmulas que no son tan habituales. Ya en las naves de vinificación, los granos de uva, una vez despalillados y estrujados, son sometidos a maceración y fermentación durante varios días, hasta alcanzar entre 4 y 5 grados de alcohol, antes de ser prensados. Sobre el mosto en fermentación obtenido, se añade un 10% de alcohol vínico para parar esa misma fermentación. Lo que produce que se mantengan muchos de los azúcares.
Después de unos meses de reposo a baja temperatura en depósitos de acero inoxidable, el vino envejece durante 18 meses en barricas de roble francés antes de su embotellado. El resultado es un Tintilla de Rota dulce con un intenso color cereza, aroma a mermelada, confitura de frutas negras muy maduras, vainilla y cacao, y en boca es sedoso y aterciopelado, aunque persistente y con cuerpo.
Probar este vino seguramente llene tus pensamientos de recuerdos y de momentos. Solo es la experiencia vital de que la tradición y la memoria son necesarias en muchos casos para recuperar lo mejor del pasado, pero con las grandes posibilidades del presente.
Para elaborar Specimen se han utilizado las mejores uvas de tres cosechas diferentes que, a su vez, han pasado por diferentes continentes, desde el acero inoxidable a fudres de 1.200 litros de roble francés.
El exquisito cuidado con el que Huellas del Tiétar elabora el premiado Relatos, sumado al diseño de su etiqueta, ha hecho que este vino de la Denominación de Origen Protegida de Cebreros se comercialice en espacios gourmet.