Bieito Rubido | 27 de enero de 2021
España está muy barata y nuestro Gobierno está a todo menos a convertirnos en un país competitivo, en el que la clase empresarial se sienta respaldada.
España es un gran país. Lo era antes y lo sigue siendo ahora. Los inversores extranjeros son conscientes de ello y por eso ponen sus ojos, y en ocasiones sus garras, sobre empresas españolas. El problema surge cuando el interés de esos inversores foráneos se centra en empresas tan estratégicas como las eléctricas. Ayer conocimos la opa amistosa de IFM, un gigante australiano, sobre Naturgy –la suma de Unión Fenosa y Gas Natural-. Está claro que España está muy barata y nuestro Gobierno está a todo menos a convertirnos en un país competitivo, en el que la clase empresarial se sienta respaldada. De cómo entienden el mundo empresarial y las estrategias de país los socialistas ya resultó explicito en su día con el desastre de Endesa. Los italianos, que no dan ni la hora, a través de una empresa pública suya, se hicieron con una de las grandes eléctricas y no han hecho otra cosa que desmantelar la gran compañía que era y llevárselo crudo a Italia. Ideas de Zapatero.
La operación sobre Naturgy debe ser entendida como parte del atractivo que nuestro país destila y en una economía libre, nada que objetar; ni a quienes la dirigen ni a quienes quieren entrar en el capital. Pero no hay que dejar de reflexionar acerca de que la energía en general, y la eléctrica en concreto, son estratégicas para cualquier nación. No me preocupa tanto esta operación, que es bastante beneficiosa para los accionistas, como el síntoma de que nuestro país parezca estar de rebajas y que no exista capital autóctono dispuesto a apostar por España. Ya sé que defendemos la economía libre mercado y creemos en ella, pero con ciertas correcciones que permitan proteger al conjunto de los españoles. Tal vez a los australianos les ha resultado muy atractivo un mercado donde un Gobierno de izquierda extrema ha permitido los precios de la luz de este mes de enero.
Los empresarios tienen que empezar una campaña que prestigie su papel en una sociedad como es la española actual, en la que se denigra a quien crea empleo, genera riqueza y convierte a España en una potencia… aunque cada día, un poco menos. España está muy barata y el infantilismo de este Gobierno es responsable de ello.
En España ya se ha logrado un principio activo contra la covid, pero hay funcionarios con alma de burócratas que solo ponen palos en la rueda del progreso.
La ejemplaridad se ejerce de maneras muy variadas. Es excesiva la reacción por la vacunación de alcaldes, consejeros e incluso militares.