Bieito Rubido | 05 de marzo de 2021
La oferta televisiva de este país está orientada, salvo alguna excepción, a mayor gloria de la izquierda y la extrema izquierda y a sus valores y principios políticos.
Va siendo hora de que hablemos del populismo mediático que padece España. La oferta televisiva de este país está orientada, salvo alguna excepción, a mayor gloria de la izquierda y la extrema izquierda y a sus valores y principios políticos. Eso explica en gran medida el acoso que sufre la institución de la Monarquía, hasta el punto de que un canal público, que pagamos entre todos los españoles, ha pasado a ser privado, de unos pocos, y se permite atacar más que ningún otro –prescindiendo de su obligada neutralidad- al Rey y a su familia.
El último capítulo de esta serie es el «escándalo» de la vacunación de las infantas Elena y Cristina en Abu Dabi. ¿Dónde está el delito? ¿Es este el problema de España? No. Al contrario, es una cortina de humo más para tapar el eco, cada día más sonoro, de la ira contenida de gran parte del pueblo español por la pésima gestión de la pandemia. Las infantas viajaron a Abu Dabi para visitar a su padre y aprovecharon para vacunarse. No fueron allí exclusivamente a inocularse el antivirus. Además, no sustrajeron esas vacunas a ningún ciudadano español ni se saltaron ningún turno en nuestro país. Y lo que es más grave en esta campaña de insidias: el rey Felipe VI no tiene responsabilidad alguna. Lo que ya resulta pestilente es la utilización por parte de TVE de las imágenes de la princesa Leonor y de la infanta Sofía; una manipulación nauseabunda.
Están logrando esos apóstoles mediáticos de la extrema izquierda lo que no consiguieron muchos cerebros privilegiados, que un número ingente de españoles comience a simpatizar más con la Corona ante la evidencia de tanta insufrible campaña contra la institución que nos une a todos. Ya va siendo hora de que el rey don Juan Carlos regrese a su casa, de la que nunca debió salir, y que el Gobierno se afane más en gestionar los auténticos problemas en lugar de levantar cada día una cortina de humo para tapar el enorme daño que nos está haciendo, con más de cien mil muertos. Por cierto, de esto último no escucharán palabra alguna en las televisiones.
La derecha, no se sabe muy bien por qué extraña razón oculta, abandona la batalla cultural. Es esa dejación la que explica gran parte del desnorte actual de la sociedad española.
Este Gobierno socialcomunista está entregado a la propaganda y le da resultado. El problema radica en que eso es pan para hoy y hambre para mañana.