David Vicente Casado | 18 de marzo de 2021
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid lamenta que «el Gobierno de España ha actuado muchas veces con una deslealtad tremenda, llegando incluso a dudar de nuestros datos, de nuestras decisiones».
Enrique Ruiz Escudero (Madrid, 1967) recibe a eldebatedehoy.es en su despacho de la consejería. Tras la tormenta provocada por el tsunami de traición por parte de Ciudadanos y el adelanto electoral en la Comunidad de Madrid, llega el ciclón de la candidatura de Pablo Iglesias a la presidencia de la comunidad. Ruiz Escudero reconoce que la decisión «los sorprendió». Sin embargo, no le da mayor importancia.
Amante del deporte y del Atlético de Madrid, siempre transmite a su equipo de la Consejería de Sanidad la importancia del trabajar unidos, que con la pandemia del coronavirus había que «batirse el cobre día a día», apelando al famoso «partido a partido» de su admirado Simeone. Muy poca gente conoce que Ruiz Escudero, médico de profesión, fue durante mucho tiempo entrenador de baloncesto. Una bonita etapa que, junto a su experiencia y preparación, le ha ayudado a dirigir a su equipo por la senda de la unión.
Precisamente esa unión se refleja a la hora de hablar de sus nuevas competencias tras el cese de los consejeros de Ciudadanos. A su desempeño como consejero de Sanidad, se le unen las competencias de Familias, Políticas Sociales, Igualdad y Natalidad. Cuando le preguntas por cómo lo lleva, responde sin titubear: «Con toda la ilusión, como siempre, aunque sea un periodo temporal y ciertamente atípico. Eso ni nos quita la ilusión ni nos desvía del pensamiento principal: pensar en las personas a las que tenemos que cuidar y ayudar». Una ayuda que ha reclamado durante todo este año de pandemia y que no ha recibido por parte del Gobierno Central.
Pregunta: Hace poco más de un año, el Gobierno decretaba el estado de alarma en todo el país, ¿qué recuerda de ese momento?
Respuesta: El recuerdo que tenemos es todo lo que la Comunidad de Madrid tuvo que estar detrás del Gobierno para que se produjese el cierre, sobre todo en Madrid. Estuvimos durante casi diez días avisando de una situación que nosotros veíamos que se agravaba por momentos, que teníamos en aumento un gran número de neumonías sin filiar y sabíamos que algo estaba pasando. De hecho, nosotros el día 9 de marzo, casi una semana antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma, ya tomamos la decisión de cerrar colegios, guarderías, universidades… Entendíamos que, ante estas actividades, que generaban el 40% de la actividad de nuestra región, había que tomar una decisión rápida y actuamos con toda contundencia.
La Comunidad de Madrid siempre ha ido por delante de las decisiones que ha tomado el Gobierno de España
P.: ¿Cuál ha sido el momento más duro en todo este tiempo?
R.: El momento más duro, sin duda, fue cuando tuvimos que tomar la decisión de crear el Hospital de IFEMA, porque eso significaba que, a pesar de que Madrid estaba con toda su capacidad asistencial a máximo rendimiento, con hospitales públicos, privados, hoteles medicalizados, veíamos que por la dimensión que estaba adquiriendo el número de casos, con cifras de hasta 1.000 ingresos diarios, necesitábamos un recurso más para dar respuesta a todos aquellos pacientes que tenían COVID.
La decisión fue acertada, porque generó un hospital que ha permitido que por él pasasen casi 4.000 pacientes en menos de dos meses, pero significaba también la dureza y la crudeza del momento que estábamos viviendo.
P.: ¿Y el mejor recuerdo?
R.: Cuando pisé por primera vez el Hospital Isabel Zendal fue un momento muy importante. Este hospital recogía todo el espíritu de IFEMA y representaba toda la potencia que tiene esta región para crear un hospital en cien días y, sobre todo, sigue en la actualidad atendiendo pacientes. Ya han pasado más de 2.700. Se trata de un hospital de plenas garantías y, probablemente, sea uno de los mejores del mundo en cuanto al tratamiento de pacientes COVID.
P.: ¿Qué balance hace de la gestión de la pandemia por parte de la Comunidad de Madrid?
R.: La Comunidad de Madrid ha hecho todo lo que humanamente posible podía hacerse y, sobre todo, siempre nuestra comunidad ha marcado la pauta, siempre ha ido por delante de las decisiones que ha tomado el Gobierno de España, que eso es importante. Le expongo casos concretos: el cierre de educación en Madrid, el uso obligatorio de la mascarilla, la estrategia de test de antígenos, realización de los test en farmacias, detección de pacientes con cepa británica, etc… Madrid ha tenido la ventaja de contar con un gran equipo, capitaneado por el doctor Zapatero, que siempre ha estado muy actualizado y analizando todos los comportamientos que se realizaban en todo el mundo. Eso ha permitido a Madrid dar esa respuesta, dentro de lo difícil y novedoso que resulta gestionar una pandemia.
Este Gobierno tiene una manera muy particular de entender el consenso: si tú aceptas lo que yo te digo estamos en consenso, si estás en contra te señalo
P.: Ha sido un año muy complicado también en lo institucional, en lo que a relaciones con el Gobierno se trata, ¿se han sentido solos?
R.: Sí, nos hemos sentido solos en muchas ocasiones. Sobre todo, hubo un momento que fue especialmente crítico, que fue cuando el Gobierno nos aplicó un estado de alarma infame durante el puente del Pilar, pese a que Madrid estaba descendiendo de manera clara en su incidencia acumulada y se encontraba con la situación controlada. Aquello lo vivimos como una absoluta deslealtad impensable por parte de un Gobierno que, en teoría, tiene que tutelar, coordinar y cohesionar la gestión de una pandemia.
P.: ¿Se han sentido también señalados? Se lo pregunto por las declaraciones de la ministra portavoz, que dijo que Madrid iba contracorriente…
R.: Sí, hemos estado también señalados permanentemente. El Gobierno de España ha actuado muchas veces con una deslealtad tremenda, llegando incluso a dudar de nuestros datos, de nuestras decisiones. Esa es la diferencia entre un Gobierno que parece estar gobernado por un publicista y no por un gestor y un Gobierno que siempre ha tratado de anticiparse, con medidas de carácter científico-técnico y con respuestas a las situaciones que planteaba la pandemia. Sin embargo, el Gobierno ha actuado con medidas puntuales y jugando con las emociones. No es que hayamos ido contracorriente, vamos con aquello que dicen los expertos. El Ejecutivo central va muy lejos de lo que es la realidad de la pandemia y se nota en muchas decisiones. Madrid es una región que tiene diez veces más densidad de población que el resto de comunidades y aun así sus cifras se mantienen e incluso han ido mejor que en otras comunidades autónomas.
P.: Como consejero de Sanidad, ¿qué le parece que, tras criticar varias medidas que ustedes propusieron e idearon desde su consejería, luego el Ejecutivo central las haya terminado implantando?
R.: Refleja lo que ha sido la realidad: señalar a Madrid y luego ir apropiándose de las decisiones que toma nuestra región. Cuando nosotros avisamos de que algo estaba pasando en Barajas y que era necesario cerrar el aeropuerto porque se estaban detectando casos de cepa británica, el portavoz del Gobierno llegó a decir que esta cepa iba a ser marginal, y en algunas comunidades autónomas está por encima del 80% en cuanto al número de contagiados. Es no haber sabido realmente enfrentarse a una crisis sanitaria.
El fenómeno de Isabel Díaz Ayuso es un fenómeno imparable, sobre todo, avalado por su valentía, por su capacidad de decisión
P.: A estas alturas, ¿alguien les ha pedido perdón?
R.: No, en ningún momento nadie nos ha pedido perdón.
P.: ¿Lo esperan?
R.: No. Realmente, tal y como el Gobierno de España se ha comportado durante toda esta pandemia, no esperamos absolutamente nada de ellos, porque además insisten en su error de siempre de tratar de señalarnos. Este Gobierno tiene una manera muy particular de entender el consenso, si tú aceptas lo que yo te digo estamos en consenso, si estás en contra te señalo.
P.: ¿Qué relación guardan ahora con la nueva ministra? ¿Qué diferencias existen en el trato con ella y con el señor Illa?
R.: En cuanto al trato, nosotros siempre actuamos con lealtad y nuestra comunicación es muy fluida. Tenemos una reunión técnica todas las semanas con ellos, en la que vamos valorando la situación, pero es verdad que siempre vamos en la línea que comentaba anteriormente: si tú aceptas lo que dice el Gobierno, estás en el consenso y, si no, eres señalado. Entendemos que eso no debe de ser una manera de coordinar y cohesionar la gestión de esta pandemia y, sobre todo, los criterios que siempre hemos aplicado nunca son políticos, sino cientifico-técnicos ante una pandemia global con un virus que contagia mucho, que se transmite mucho y que ha puesto en jaque a todos los Gobiernos del mundo. Con ese criterio hay que ir tomando las decisiones y no con medidas políticas, casi más cercanas al rango de la publicidad que lo que debe primar en la gestión de una crisis.
La izquierda entiende muy mal cuando alguien genera ilusión entre la gente, como Isabel Díaz Ayuso. Ya hemos visto lo nerviosa que pone saliendo con toda su maquinaria y mercadotecnia en contra de la presidenta, pero llegan demasiado tarde
P.: ¿Existe la madrileñofobia?
R.: Como le digo, nos han tratando de señalar permanentemente. Lo vivimos en verano y lo hemos vivido ahora. Es verdad que, cuando toda la maquinaria de un Gobierno se encargar de señalar a Madrid, eso genera lógicamente un efecto de rechazo en otras regiones de España.
P.: ¿Y la Ayusofobia?
R.: El fenómeno de Isabel Díaz Ayuso es un fenómeno imparable, sobre todo avalado por su valentía, por su capacidad de decisión. Ha tenido autoridad a la hora de tomar decisiones durante esta pandemia y, desde luego, esto a la izquierda le sienta siempre muy mal. La izquierda entiende muy mal cuando hay alguien genera ilusión entre la gente y ya hemos visto lo nerviosa que se pone saliendo con toda su maquinaria y mercadotecnia en contra de la presidenta, pero llegan demasiado tarde.
P.: ¿Qué le parece la candidatura de Pablo Iglesias a la Presidencia de la Comunidad de Madrid?
R.: Esto refleja el estado de descomposición en el que se encuentra Unidas Podemos. Que presenten a un personaje del perfil de Pablo Iglesias en Madrid demuestra el poco respeto que tienen a los madrileños, sobre todo con un vicepresidente que se ha inhibido por completo en algo que era su responsabilidad, como era la gestión de las residencias durante la pandemia.
La candidatura de Pablo Iglesias a la Comunidad de Madrid demuestra el estado de descomposición en el que se encuentra Unidas Podemos
P.: ¿Cuántas veces tuvo que leer la noticia para creérsela?
R.: (Risas) La verdad es que nos sorprendió mucho. Hay un condicionante de política nacional que se irá viendo con el paso de los días y que explicará el porqué de esta decisión. La izquierda siempre se cree con esa superioridad de que todo el mundo tiene que aceptar las decisiones que toman y condicionar a que Más Madrid tenía que entrar en esa coalición le ha provocado la primera derrota.
P.: ¿Están ya trabajando en el protocolo sanitario de cara a las elecciones?
R.: Sí, está prácticamente finalizado. Estamos ultimando el borrador. Todo este proceso requiere la puesta en marcha de colegios, circuitos, señalética, muchas decisiones importantes con las que pretendemos que haya una alta participación, que sería lo mejor, y que los madrileños hablen en las urnas y que lo hagan con la máxima seguridad a la hora de emitir su voto.
Los contagiado por COVID lógicamente tienen el derecho a votar . Profundizaremos en esas medidas de seguridad para estas personas
P.: ¿Se plantean que los contagiados vayan a votar, como en Cataluña?
R.: Hay decisiones de los tribunales en ese sentido, lógicamente tienen el derecho a votar. Profundizaremos en esas medidas de seguridad para estas personas. Es lo que debemos hacer como Administración, permitir que el 4 de mayo vote el mayor número de madrileños posible con la máxima seguridad.
P.: Pero, antes de este anuncio electoral, vivieron una ruptura con Ciudadanos… ¿Cómo fue ese Consejo de Gobierno en el que la presidenta tomó la decisión de convocar elecciones?
R.: En ese momento, me pareció una decisión que podía ser arriesgada, pero las decisiones en política hay que tomarlas cuando la situación te invita a ello. Hemos sabido que la moción de censura no era una operación aislada pensada solo en Murcia, sino que tenían varias mociones de censura preparadas para Madrid. Uno no puede vivir permanentemente pendiente de que te puedan presentar en la Asamblea una moción de censura y echar abajo un Gobierno. Por tanto, la decisión de la presidenta Díaz Ayuso fue una decisión acertada. Es bueno que los madrileños hablen, nadie mejor que ellos pueden decirnos qué balance tienen de la crisis sanitaria, de los pactos, de la acción de Gobierno, etc.
Nos ha sorprendido muchas veces de Ciudadanos el que no actuara en perfecta sintonía con lo que se marcaba desde la Consejería de Sanidad
P.: ¿Por quién se han sentido más traicionados, por Ciudadanos como partido o por Ignacio Aguado como miembro del Consejo de Gobierno?
R.: Eso ya es una etapa pasada. El antiguo vicepresidente llevó una línea de trabajo, funcionó en determinados momentos, pero hay que reconocer que, sobre todo por la información que hemos conocido después, no era un hecho aislado lo acontecido en Murcia. Por eso, insisto en que, por responsabilidad, y por una decisión muy acertada, la presidenta hizo bien en disolver la Asamblea y convocar elecciones.
P.: Usted que ha compartido espacio de trabajo con el sr. Aguado en las reuniones de expertos COVID… ¿Intentaba marcar distancia con ustedes, que eran su Gobierno y acercarse a las posturas del Ejecutivo central?
R.: Dentro del entorno de una pandemia, a veces las decisiones que toma Sanidad, sobre todo en una crisis sanitaria, no son bien entendidas, pero es verdad que muchas veces nos sorprendía, con la estrategia que llevábamos desde la consejería, que no fuera en la misma sintonía de quien marca las decisiones técnicas. Eso nos ha sorprendido muchas veces de Ciudadanos, el no actuar en perfecta sintonía con lo que marca Sanidad. La presidenta siempre ha respetado nuestras decisiones en todo momento y siempre las ha apoyado. Es cierto que, sin embargo, en algunas ocasiones, por ejemplo, en el grupo COVID que se creó para la reunión de Sánchez con la presidenta, vimos una disparidad de criterios de Ciudadanos que no se tenía que haber producido, porque quien marca los criterios en una crisis sanitaria es la Consejería de Sanidad.
Hay publicaciones científicas que van ya recomendando que las zonas de grandes densidades de población, como Madrid, los cierres perimetrales, no tienen ningún efecto beneficioso sobre el control de la pandemia
P.: ¿Qué le parece la suspensión de la vacunación con AstraZeneca?
R.: Se trata de una decisión que tomó la Agencia Española del Medicamento, en sintonía con decisiones similares de otros países. Es importante que el organismo regulador sea el que marque cuáles son los procesos de vacunación. Hay que analizar claramente esos casos que se han producido, si van asociados a determinados perfiles de personas en las que se producen esos efectos secundarios y, a partir de ahí, estar pendiente de esa decisión para reanudar la vacunación, que esperemos se pueda realizar cuanto antes, porque ese horizonte del 70% que se nos vendió a bombo y platillo por parte del Gobierno de España está cada vez más lejano si se suspende con uno de los proveedores principales.
P.: ¿Tienen riesgo aquellos que ya han sido vacunados?
R.: Cuando se toma una decisión así, a aquel que haya recibido la primera dosis de la vacuna le genera cierta preocupación. Es la Agencia Española del Medicamento la que tiene que contestar todas las dudas que les generen a los ya vacunados. Los que no lo han hecho tendrán que esperar, pero es verdad que hay que dar una respuesta muy sólida, muy clara para recuperar esa vacunación con esta vacuna de AstraZeneca.
Ese horizonte del 70% de población vacunada que se nos vendió a bombo y platillo por parte del Gobierno de España está cada vez más lejano si se suspende con uno de los proveedores principales
P.: De cara al puente de San José y a la Semana Santa, ustedes acatan la decisión del cierre perimetral acordada en la última interterritorial, pero han anunciado recurso, ¿qué esperan de ese recurso?
R.: Uno siempre espera justicia cuando solicita ese recurso, principalmente por dos motivos: nosotros hemos visto que esa decisión que hemos tomado de no perimetrar Madrid está basada en criterios científicos y técnicos. Hay publicaciones que van ya recomendando que en las zonas de grandes densidades de población estos cierres no tienen ningún efecto beneficioso sobre el control de la pandemia, lo cual es un punto importante. Y, en segundo lugar, porque el real decreto de estado de alarma es muy claro sobre quién tiene la competencia a la hora de realizar esos cierres, que son los presidentes autonómicos. Por lo tanto, no puede concluirse que una decisión del Consejo Interterritorial se tenga que aplicar. Y al menos Madrid, por responsabilidad y por los criterios que está manteniendo siempre desde el primer momento, tiene que tomar esa decisión.
P.: ¿Qué tiene que decir a aquellos que afirman que en Madrid se prima más la economía que la salud?
R.: Que es rotundamente falso. No son términos contrapuestos. Se puede permitir, como ha demostrado nuestra región, que uno puede controlar, vigilar, monitorizar, ver la calidad de los contagios, dónde se producen y a qué edades, y permitir la actividad. Esa es la gran diferencia que ha marcado Madrid con el resto de regiones, no solo de España sino también de Europa. Lo hemos demostrado teniendo una densidad de población diez veces mayor que la media del resto de España, siendo similares los resultados.
El coordinador general del Hospital Isabel Zendal lamenta que «la crítica no ha ido dirigida al concepto real, que es tener un hospital en un momento de pandemia, sino que se hace buscando el deterioro político de las personas que han decidido ponerlo en marcha».
La portavoz del Partido Popular en el Congreso afirma que «la demostración de que el presidente del Gobierno no tiene límites son sus pactos con Bildu. Unos pactos que paga, puntualmente, cada viernes con los acercamientos de presos terroristas al País Vasco».