Jorge Solana | 02 de abril de 2021
La literatura y la historia en La Mancha unen sus medidas, sus pesos, sus aspectos culturales y espirituales y, por supuesto, todo bien maridado con el vino.
La arroba hoy en día es el símbolo usado en las direcciones de correo electrónico, que separa el nombre del usuario del dominio al que pertenece. «No ha mucho tiempo…» era un sistema de medida que equivalía en la zona de Castilla a 11,502 kilogramos de peso. Utilizado para el intercambio de producto como sistema entre los agricultores, hoy esta en desuso.
Si juntásemos todo ese volumen en 500 arrobas, sería quizás el peso estimado del vino producido por esta pequeña bodega del mismo nombre, 500 Arrobas, y ubicada en Villanueva de los Infantes, en la provincia de Ciudad Real. Un municipio que es considerado el foco espiritual de La Mancha en el Siglo de Oro.
500 arrobas
Bodegas 500 Arrobas
Vino Tinto
Variedad: 100% cencibel (tempranillo)
8,50€-10€
A pesar de que hay numerosos testimonios de emplazamientos ibéricos oretanos, romano altoimperial y tardorromano, no se encuentran datos arqueológicos anteriores a la Edad Media. El asentimiento existió y se estima que con otros nombres, hasta que en 1480 el maestre don Alfonso de Cárdena acabó mandando que se llamase Villanueva de los Infantes, en alusión a don Enrique, maestre de Santiago e infante de Aragón, que en su día convirtió en villa independiente, y a sus hermanos.
Aunque eso ya es parte de la historia, y la historia señala que esta villa fue proclamada capital del Campo de Montiel por Felipe II en 1573. Es un momento especial en el que figuras como santo Tomás de Villanueva, el humanista Bartolomé Jiménez Patón, el artista Francisco Cano o grandes iconos culturales como Quevedo, Cervantes y Lope de Vega, junto al corral de comedias, ayudaron a convertir a la villa en el foco cultural de la zona.
Esta ciudad, así le concedió el título la regente María Cristina en 1895, vio siglos atrás cómo era elegida por Quevedo para pasar sus últimos días de vida. Fallece en el convento de los padres dominicos de Villanueva de los Infantes, el 8 de septiembre de 1645. Ya en los primeros años de este siglo XXI, sus restos fueron identificados en la cripta de Santo Tomás de la iglesia de San Andrés Apóstol en la misma ciudad.
En 1974, Villanueva fue declarada Conjunto Histórico-Artístico, aunque mucho más importante puede parecer que en 2004 fuese considerada «El lugar de la Mancha» de Don Quijote por un equipo de investigadores de la Universidad Complutense. Cervantes recoge en esta obra, y en muchas ocasiones, referencias al vino en Campo de Montiel: entre los pastores, en las bodas de Camacho, en bálsamos como el de Fierabrás, etc.
De aquel vino a este hay también mucha historia y diferentes formas de elaboración. El vino de 500 Arrobas es un vino elaborado a través de la variedad cencibel, también conocida en otros lugares como tempranillo. Su elaboración de forma tradicional y natural nos lleva a una fermentación en las antiguas tinajas de barro fechadas en 1845. Algo que hace mantener aromas y sabores especiales.
El proyecto bodeguero desarrollado en Villanueva de los Infantes está ubicado en un edificio singular de más de 200 años con la arquitectura típica de tapiales, bloques de adobe, cerchas de madera. También localiza algunos viñedos en el vecino municipio de San Carlos del Valle, considerado el Vaticano de La Mancha por la cúpula de su iglesia, que es especialmente visible desde la distancia. Un lugar bonito y especial para visitar.
La literatura y la historia en esta zona de España, en La Mancha, unen sus medidas, sus pesos, sus aspectos culturales y espirituales y, por supuesto, todo bien maridado con el vino. Un producto de calidad a pesar de que la historia se empeña en no darle esa fama.
Los aromas a notas tostadas, junto a la expresión de uva madura, hacen del Marqués de Peñamonte Colección Privada un vino con estructura, elegante, genuino y con la tipicidad y pasión de la comarca de Toro.
Finca Los Aljibes elabora un monovarietal de cabernet franc que consigue tener mucha más capa por la maduración de las uvas y la exposición al sol, que hace que los taninos sean más intensos.