Javier Varela | 19 de abril de 2021
Se hace extraño imaginarse un Real Madrid sin Florentino Pérez como presidente. Casi 20 años al frente del club, en los que ha acumulado éxitos, pero también algún fracaso.
Dice el refrán que «martes y 13, ni te cases ni te embarques». Pues bien, un martes y 13 fue el día reelegido para proclamar a Florentino Pérez presidente del Real Madrid. Un cargo que ocupará –salvo sorpresa- hasta 2025 y para el que no ha tenido oposición, como ya es costumbre desde 2009, cuando regresó a la presidencia tras su salida, tres años antes. La sombra de Florentino Pérez en el sillón presidencial del Real Madrid es alargada, porque lleva en él más de 17 años, en dos periodos diferentes: 2000-2006, primero, y luego desde 2009. Y no parece que nadie vaya a moverlo el sillón…
De hecho, se hace extraño imaginarse un Real Madrid sin Florentino Pérez como presidente. Llegó al cargo en el año 2000, en su segunda participación en unas las elecciones, imponiéndose a Lorenzo Sanz, quien pocos meses antes había levantado la «Octava». Título que no le fue suficiente para derrotar a un Florentino con un nuevo proyecto deportivo y de desarrollo del club. Ya por entonces soñaba con techar el Santiago Bernabéu.
En 2004, fue reelegido y siguió en el cargo hasta febrero de 2006, cuando después de una larga etapa de turbulencias y malos resultados decidió anunciar su dimisión, no sin antes reconocer que había malcriado a los jugadores. O, más bien, a los «galácticos», los Luis Figo, Zinedine Zidane, Ronaldo o David Beckham. Sin embargo, Florentino nunca llegó a irse del todo. Su figura, más lejana o más cercana dependiendo del momento del equipo, siempre sobrevoló sobre la presidencia de Ramón Calderón. Solo tres años después, el empresario madrileño volvió a presentarse a las elecciones, esta vez con el objetivo, en materia de fichajes, de hacer en un verano lo que se debía hacer en varios años. Así, llegaron de una tacada Cristiano Ronaldo, Kaká, Karim Benzema o Xabi Alonso. Comenzaba una nueva etapa en el Real Madrid, la segunda Florentino donde, como en la primera, acumula éxitos pero también algunas sombras.
Entre sus aciertos, hay que destacar los éxitos deportivos. Porque si algo tiene claro Florentino Pérez es que quiere convertirse en el presidente más laureado e importante del Real Madrid. Acostumbrado a conseguir –casi- siempre lo que quiere, el empresario acumula en el cargo la friolera de 26 títulos de fútbol, seis más que Santiago Bernabéu, y que se reparten en cinco Ligas de Campeones, cinco Ligas, cinco Mundiales de Clubes, cinco Supercopas de España, cuatro Supercopas de Europa y dos Copas del Rey. Además, ha logrado 21 títulos con la sección de baloncesto, incluyendo dos Euroligas y 6 ligas.
Llegó en el 2000 con ideas empresariales para un club de fútbol que por entonces ni siquiera era capaz de imaginar. Eso le permitió ir por delante de todos, para desarrollar y potenciar la marca Real Madrid por todo el mundo. Ante la imposibilidad de aumentar los ingresos derivados de los negocios tradicionales, de la mano de Florentino Pérez el club ha sido pionero en el diseño de nuevas estrategias, hasta convertirse en moderna empresa deportivo-mediática. Ha sabido aplicar un nuevo modelo de gestión empresarial a una entidad deportiva, dotando a la marca de un valor creciente hasta encontrar múltiples vías para su explotación a través de una nueva estrategia de marketing.
Florentino Pérez ha abogado siempre por la creación de una Superliga Europea, donde compitieran los clubes más importantes. Lo que hasta ahora eran rumores, este domingo 18 de abril se hizo oficial. El actual presidente del Real Madrid será el presidente de la competición. Se trata de competición que vendría a sustituir a la actual Champions League y que cuenta 12 clubes fundadores, entre los que destacan, aparte del Real Madrid, el F.C. Barcelona, el Atlético de Madrid, la Juventus, el Inter de Milán, el Chelsea, el Manchester United o el Arsenal, entre otros, a los que luego podrían añadírseles tres más. El mes de agosto sería la fecha elegida para su inicio. En palabras de Pérez, con esta creación «vamos a ayudar al fútbol a todos los niveles a ocupar el lugar que le corresponde en el mundo. El fútbol es el único deporte global en el mundo con más de 4.000 millones de seguidores y nuestra responsabilidad como grandes clubes es responder a los deseos de los aficionados».
En cuanto a su trabajo en la presidencia del Real Madrid, los resultados obtenidos con la implantación del nuevo modelo de negocio supusieron un incremento significativo de los ingresos procedentes de la explotación de la marca. A pesar de ello, el coronavirus provocó que el Real Madrid finalizara 2020 con ingresos de 715 millones de euros, un 13% menos con relación a 2019. Este descenso de ingresos se vio favorecido por el plan de crisis impuesto por Florentino Pérez y que provocó la reducción del 10% de los salarios vinculados con el fútbol y las áreas administrativas de la institución. Gracias eso, se produjo un equilibrio presupuestario, siendo el Real Madrid el club que menos impacto ha sufrido en sus arcas entre los grandes de Europa.
Florentino Pérez creyó desde el principio que todo pasaba por el estadio. Ha ido dando pasos sobre este camino, pero la gran revolución llegará cuando el Bernabéu luzca una nueva piel, algo que se espera para mediados de 2022. Una transformación que permitirá al estadio convertirse en un recinto para acoger eventos durante los 365 días del año. Una apuesta del Real Madrid que le permitirá elevar los ingresos generados por su estadio y que hasta ahora se limitaban al aforo, a las zonas VIP, a la restauración y a la zona comercial, pero que ahora podrían alcanzar los 150 millones extra, sin contar con otros ingresos que puedan provenir de patrocinios por el naming del propio estadio y sus zonas de explotación.
Pero, sin duda, el gran éxito de Florentino Pérez como presidente del Real Madrid ha sido Zinedine Zidane. El técnico llegó en 2016 para sustituir a Rafael Benítez. Una apuesta personal de Florentino Pérez en la que pocos confiaban, pero que le salió a la perfección. Ese mismo año ganó la Champions League y, desde entonces, ha ido poniendo muescas en su revólver en forma de títulos, hasta situarse como el segundo entrenador más laureado de la historia del Real Madrid, solo por detrás de toda una institución del club blanco como Miguel Muñoz, que ganó 14 títulos. Zidane lleva ya 3 Champions League, 2 Mundiales de Clubes, 2 Supercopas de Europa, 2 Ligas y 2 Supercopas de España. Y que nadie descarte que pueda sumarle otra Champions y otra Liga en unas semanas. Para quitarse el sombrero.
Pero la etapa presidencial de Florentino Pérez también ha tenido algunos nubarrones, como el empeño de convertir el club en una institución excesivamente presidencialista. No hay elecciones desde 2006 y, todo sea dicho, tampoco ha facilitado que las haya. Según los estatutos del club modificados por Florentino Pérez, ya aceptados por los socios compromisarios, para ser candidato oficial a la presidencia del club es preciso llevar al menos 20 años como socio y avalar el 15% del presupuesto del Real Madrid. Unos condicionantes que limita las opciones de para que Florentino Pérez encuentre un rival. Es cierto que siempre se dice que el Real Madrid pertenece a sus socios, pero llevan 15 años sin poder demostrarlo en las urnas.
Otro de los peros de la presidencia de Florentino Pérez ha sido la política de fichajes. Se podía decir que ha habido tantos fichajes exitosos como fracasados. El mandatario ya anunció en 2015 que el Madrid se tendría que adaptar a las nuevas circunstancias y que aquello de los galácticos de su primera época ya era historia. Ahora había que centrarse en «oportunidades de mercado» y en la apuesta por jóvenes talentos en los que apostar pensando en el futuro. En este planteamiento ha habido llegadas como las de Cristiano Ronaldo, Toni Kroos o Modric, por poner tres ejemplos, que han dado un buen rendimiento, pero la lista de fichajes que no han funcionado se multiplica. De hecho, un club tan grande como el Real Madrid carece de un director deportivo como tal, recayendo toda la responsabilidad de los fichajes en el propio Florentino Pérez y en José Ángel Sánchez, su mano derecha en el club.
En el debe de Florentino Pérez también está la mala gestión de las salidas de grandes símbolos del club. No todos los futbolistas que han sido leyenda en el club blanco han recibido una despedida a su altura cuando se marcharon. Raúl, con el que no contaba Jose Mourinho, se fue por la puerta de atrás, aunque luego regresó para entrenar al Real Madrid Castilla. Casi peor lo hizo Iker Casillas, también empujado por el técnico portugués, que se fue en una rueda de prensa en solitario para despedirse al día siguiente, rodeado de trofeos como reacción a lo ocurrido horas antes. O Cristiano Ronaldo, al que se le permitió marcharse por 100 millones de euros y que dejó al equipo huérfano de goles. ¿Y qué pasará con Sergio Ramos?
Y el principal culpable de la salida de alguno de los ídolos blancos fue Jose Mourinho. Uno de los mayores errores de Florentino Pérez, tanto deportivamente como en imagen. Jugadores, árbitros, entrenadores rivales, periodistas, la afición del Real Madrid, organismos internacionales como la UEFA e incluso cargos de su propio club fueron el blanco del entrenador portugués durante los tres años que estuvo en el cargo. El técnico portugués no consiguió los títulos esperados -una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa- y llevó al club a una espiral de tensión, bronca y polémica que convirtió al Real Madrid en uno de los equipos más odiados del mundo. The Special One siempre tuvo el beneplácito del presidente e incluso llegó a decir que «el presidente me ama y yo lo amo a él».
La Grada Fans, uno de los mayores ataques al socio de Florentino Pérez. En 2014, el Real Madrid aprovechó unos incidentes internos entre el grupo radical Ultras Sur para desalojarlos del Bernabéu y «quitarles» todos los privilegios que tenían. Con la excusa de su ideología ultra y sus antecedentes violentos, el club vio la oportunidad de hacer una limpia, pero se encontró con el problema de que al ser socios no podía expulsados libremente. De hecho, la Justicia falló a favor de esos socios «ultras sur» y el club tuvo que reubicarlos en el estadio desperdigados entre el resto de socios. En su lugar se instaló la Grada Fans, una grada con la que no se siente identificado el socio y que se ve más como un grupo de marionetas manejadas a su antojo por la directiva con cánticos teledirigidos, pancartas diseñadas al dedillo, apoyo velado a la directiva… Todo lo que sea necesario para que la imagen del presidente permanezca del mismo color que la camiseta del equipo.
El club blanco tendrá equipo femenino a partir de la temporada 2019/2020, gracias a la adquisición del CD Tacón.
Sus 16 títulos avalan una gestión en la que la ilusión, el trabajo y la fe son valores innegociables.