Rafael Ortega | 27 de marzo de 2017
Aunque parezca broma, que no lo es, Paloma vio al Espíritu Santo. Ello lo expresó de esa forma y creyó entonces firmemente que la tercera persona de la Trinidad se había hecho presente allí y en la elección certera de un Papa, san Juan Pablo II, que en sus 26 años de Pontificado marcó toda una época en la historia de la Iglesia.
Ahora, Paloma ya está en la Casa del Padre y seguro que está junto a su adorado Karol Wojtyla comentando todas las vicisitudes de su profesión y de las crónicas que envió desde Roma y desde muchos países. Unas crónicas con un lenguaje fácil que acercaron al público una información tan complicada en muchas ocasiones.
José María Calviño llegó a la Dirección General de RTVE, tras el triunfo del PSOE en 1982. Su primera orden fue cesar a Paloma, una orden que nos extrañó a todos, y se le ofreció un puesto en Atenas, que naturalmente no aceptó
Podría contar centenares anécdotas que vivimos juntos. Paloma era mi hermana espiritual y, desde mi llegada a Roma como corresponsal de Radio Nacional de España, supo acogerme y acompañarme en momentos duros y complicados, como el 23-F, que vivimos juntos en Tokio, durante el viaje del Papa a Japón, o el posterior atentado del 13 de mayo del mismo año en la Plaza de San Pedro.
Paloma Gómez Borrero llegó a TVE en 1975 como corresponsal colaboradora para sustituir durante unos meses al titular nombrado, José Antonio Plaza, que no pudo ocupar su puesto en la Ciudad eterna a causa de una enfermedad. Un año más tarde, en diciembre de 1976, fue nombrada titular de TVE junto a Javier Pérez Pellón. Desde entonces, fue un ejemplo para todos los corresponsales -fue la primera mujer corresponsal de TVE- por su calidad humana y profesional, repito, hasta que José María Calviño llegó a la Dirección General de RTVE, tras el triunfo del PSOE en 1982. Su primera orden fue cesar a Paloma, una orden que nos extrañó a todos, y se le ofreció un puesto en Atenas, que naturalmente no aceptó. Pero, como ella había declarado recientemente en una entrevista a ABC: “Te pueden jubilar las circunstancias, es decir, la salud, que te falle la voz o tengas que ir en silla de ruedas, bastón y comiendo sopitas, pero yo sigo en la brecha«.
Nada más salir de TVE, pasó a COPE y siguió dando ejemplo a todos. Tuve la oportunidad de compartir con ella cuatro cónclaves y más de un centenar de viajes y, como decía antes, gracias a ella, conocimos el lado más humano de los Papas. Siempre explicando, con su voz dulce e incontenible, las claves de la Iglesia Universal.
En 2012, abandonó la corresponsalía de COPE y fue sustituida por otra excelente profesional, Paloma García Ovejero, actual subdirectora de la Sala de Prensa del Vaticano.
-Tiene gracia, me decía con gran sentido del humor. Han pasado de Paloma Gómez Borrero a Paloma García Ovejero.
Hasta que ingresó en el clínica donde ha fallecido, además de escribir y colaborar en la radio, participaba en el programa Amigas y conocidas de TVE. Nunca dejó la información de la Santa Sede y lo que muchos no saben es que participó como actriz en algunas películas italianas, siendo compañera de reparto del mismísimo Marcello Mastroiani.
Un beso, Paloma. Cuídanos desde el Cielo y acuérdate de que mi hija se llama Natalia Paloma por tu culpa.