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Antes de que llegaran las prosaicas clases por Zoom, pocos entornos han sido tan ricos para la literatura y el cine como las aulas y los claustros de la Universidad, espacio ideal para el Bildungsroman, la comedia de desmadre o la evocación nostálgica. Me he limitado a las novelas, películas y series que se ambientan en campus estrictamente universitarios, dejando fuera unas cuantas joyas que transcurren en colegios o internados de secundaria (ahí hay material para otra entrega). Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus…

La hora del lubricán, de Blanca García Valdecasas

Mediados de los 50. En la todavía llamada Universidad Central de Madrid, después Complutense, seis estudiantes de Derecho maduran, se definen, juegan a la conspiración política y estudian muy de vez en cuando.  A modo de «episodio nacional», sus historias son las de la España de la pre-Transición: en sus vidas se mezclan personajes reales, tendencias sociales y transformaciones que a todos nos resultan familiares. De entre los pasajes del libro, destaca un viaje a Estoril, en el Lusitania Express, para visitar a Don Juan de Borbón en la mítica Villa Giralda.

La autora no tiene miedo de mandar al lector al diccionario, ya desde el título, bellísimo (dejaré que el lector descubra por sí mismo qué demonios es el lubricán). Pero que nadie se asuste: la prosa, llena de voluntad de estilo, está al servicio de los personajes y no es un mero ejercicio estético. Publicado por El Buey Mudo.

Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh

Retorno a Brisdshead es mucho, muchísimo más que una novela universitaria, pero merece entrar en esta lista porque en ella la universidad, la de Oxford, no es un mero decorado. Charles y Sebastian (¡y Aloysius!) no podían haberse conocido en otro lugar. Una de las mejores novelas del siglo XX, sin discusión, la obra de Waugh fue llevada a la pequeña pantalla en una serie notable en los 80 (está en Filmin) y a la grande en una película mediocre de 2008, capaz de convertir la sutileza del autor en una telenovela. Editado por Tusquets.

El secreto, de Donna Tart

El Hampden College, campus en el que sucede esta novela, está en Nueva Inglaterra y es imaginario, pero se parece mucho, a grandes rasgos, a los de otras universidades elitistas de la Costa Este: otoños bellísimos, inviernos ásperos, corbatas de rayas, mucha hiedra, jugadores de lacrosse, animadoras espléndidas y fiestas de fraternidades con demasiado alcohol. En este bucólico marco, la autora crea un universo separado, extraño y atractivo: una clase de solo cinco alumnos dedicada al estudio de la lengua y la cultura clásicas, bajo el magnético liderazgo del profesor Julian Morrow.

En esa hermética comunidad se inserta Richard Papen, recién llegado de un suburbio de California, muy diferente, en formación y extracción social, de sus compañeros. Y con su llegada comienza una trama de intriga llena de matices psicológicos, referencias a la Grecia clásica, giros verosímiles y una atmósfera narrativa que solo los grandes escritores logran crear. Editado por Lumen.

Amor y letras (2012)

Vagamente parecida a una comedia romántica, esta película de Josh Radnor cuenta la historia de un treintañero que regresa a su alma mater para acompañar a su profesor favorito en su jubilación. La trama está repleta de líneas de reflexión, tocadas de forma leve pero oportuna: la madurez, la responsabilidad, el elitismo, la literatura, la música clásica… Y el amor, claro, de fondo. A alguna gente le pareció una película pedante. Yo creo que ese defecto, si lo tiene, que lo dudo, se le puede perdonar. Lo que no admite disculpa es la traducción del título al español (el original en inglés es Liberal arts). Está en Filmin.

Ángeles rebeldes, de Robertson Davies

Me la recomendó Pablo Velasco, el director de este medio, cuando le propuse el tema de este artículo, y fue un acierto: me lo pasé en grande con esta historia rara, riquísima en temas y personajes, erudición y una ironía que corta como una navaja de afeitar bien pulida. Sé que voy a engancharme a este original autor canadiense.

La historia transcurre en la venerable y gótica Universidad de San Juan y el Espíritu Santo, y se abre con la muerte de Francis Cornish, un coleccionista de arte que elige a tres catedráticos de la casa como sus albaceas testamentarios. Desde ahí, todo son carcajadas, asombro y admiración. La editó en España Libros del Asteroide.

Soy Charlotte Simmons, de Tom Wolfe

Leí todas las novelas de Tom Wolfe en los dos primeros años de la carrera. He releído esta con miedo a la decepción, y lo cierto es que se sostiene. Panfletaria y escandalosa, pero narrativamente sólida, cuenta la historia de una joven de familia sureña, evangélica y tradicional que llega a la Universidad de Dupont, un ficticio centro de élite. Allí encontrará mucha fiesta –un jolgorio continuo, que se relata sin ahorrar detalles-, un equipo de baloncesto con aura de estrellas y, pese a sus expectativas, casi ningún estímulo intelectual. El crecimiento forzoso de Charlotte, que acaba la novela mucho más cínica que al comienzo, es un crudo relato de la formación de las élites norteamericanas actuales.

Al libro, por cierto, no le hizo ningún favor que el entonces presidente George W. Bush recomendara su lectura en 2005, convirtiéndolo en materia de debate de las tertulias televisivas, más que de los clubes de lectura. Yo creo que vale la pena acercarse a él con interés y paciencia, como a todo lo de Wolfe, dispuesto a zambullirse en un estilo tan genial como, a ratos, irritante.

Un yanqui en Oxford (1938)

Puede que sea una comedia menor, como dicen muchos, pero en los años 30 las comedias mayores eran tan geniales que sus hermanas pequeñas superan en frescura y estilo a casi todas las que se hacen hoy. La historia es sencilla: un deportista estadounidense, salido del árido Medio Oeste, recibe una beca para estudiar en Oxford. Allí tendrá que adaptarse a un ecosistema social muy distinto, fuente de constantes enredos, bromas y malentendidos.

Los protagonistas: Robert Taylor («el hombre del perfil perfecto»), la irlandesa Maureen O’Sullivan (la Jane de Tarzán) y Vivien Leigh (Lo que el viento se llevó). En el guion intervino Scott Fitzgerald, nada menos, y su toque maestro se nota, creo, en algunos diálogos.

La educación de Oscar Fairfax, de Louis Auchincloss

La universidad, la de Yale, es solo una fase en la formación de Oscar Fairfax, un abogado de familia patricia que se mueve como pez en el agua en la alta sociedad de Nueva York. En esta falsa autobiografía, Auchincloss disecciona con elegancia un personaje, una clase y un país. Publicado por Libros del Asteroide.

Imagen destacada: Fotograma de la serie Retorno a Brideshead. | Filmin