Antonio Miguel Jiménez | 11 de mayo de 2017
DARÍO CHIMENO Y JOSÉ Mª NAVALPOTRO | CIEN AÑOS DE LUZ. FÁTIMA, UN FOCO DE PAZ DESDE 1917 | PALABRA | 2017 | 236 PP | 16,90 €
Es indudable que el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima (Portugal) ha marcado un antes y un después en la vida de fe de la Iglesia católica, al igual que el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes (Francia). Estos dos pulmones de peregrinación mariana (dos de los más importantes del mundo) se han distinguido de manera especial por ser testigos de innumerables hechos milagrosos e inexplicables. Pero muchos, o mejor dicho, la mayoría de ellos, no son visibles, o apenas perceptibles, pues, en efecto, “el milagro más importante de Fátima no es propiamente la danza del sol, sino la conversión del corazón y de vida de tanta gente que sucede aquí sin que se vea, y que también podemos llamar la ‘danza de conversión’, al ritmo de la música de Dios que resuena en el Magníficat de la Virgen y llena de alegría”. Estas palabras fueron pronunciadas el 27 de noviembre de 2016 por Mons. Antonio Marto, obispo de Leiria-Fátima, y que recoge el recientemente publicado libro Cien años de Luz. Fátima, un foco de paz desde 1917 (Palabra, 2017). Pero, aunque ciertamente el verdadero milagro de Fátima es esa “danza de conversión” de la que hablaba Mons. Marto, también hay que tener en cuenta los hechos humanamente incomprensibles que se han atribuido a Fátima.
Pues bien, este 13 de mayo de 2017 tiene lugar el centenario de las llamadas apariciones (la primera concretamente) de la Virgen en Fátima, una pequeña aldea del concejo de Ourém hace cien años, pero un municipio de más de 10.000 habitantes hoy. Y para conmemorar este acontecimiento, Ediciones Palabra nos ofrece Cien años de Luz. Fátima, un foco de paz desde 1917, una suerte de compendio o síntesis de acontecimientos, escritos, reflexiones, milagros, enseñanzas pontificias y demás temas relacionados con este importante Santuario y foco de peregrinación durante todo el siglo XX.
El volumen está estructurado en dos partes bien diferenciadas. La primera, “Fátima 1917”, se centra en la historia de las apariciones y los pastorinhos; el famoso secreto de Fátima (que tantos quebraderos de cabeza ha dado a agnósticos, ateos y conspiranoicos en general, en lugar de a los propios cristianos); los sucesos acaecidos en torno, o atribuidos, a Fátima; el pronunciamiento de los papas al respecto; y las personalidades consideradas santas, o en proceso de canonización, por la Iglesia, y cuya relación con Fátima fuera muy estrecha. Así, por ejemplo, uno de los considerados milagros que se recogen en el capítulo cuarto del libro y que, curiosamente, ha pasado bastante inadvertido a lo largo de los años es la increíble historia del padre Schiffer, un jesuita alemán destinado en Hiroshima y que, junto a sus compañeros, sobrevivió a la explosión de Little Boy, la bomba de uranio que lanzaron los estadounidenses sobre la ciudad japonesa el 6 de agosto de 1945, encontrándose la casa de los jesuitas dentro del radio de muerte instantánea del artefacto, 1’6 kilómetros. Este suceso, que el padre Schiffer atribuyó sin dudarlo a la Virgen de Fátima, deja sin palabras a cualquiera que vea la fotografía del edificio de los jesuitas, en pie y rodeado únicamente por escombros, o a quien lea los informes de los médicos y científicos del ejército estadounidense que estudiaron y buscaron restos de radiación en los sacerdotes sin encontrar ni rastro.
Façamos deste canto o hino do nosso amor filial:
— Santuário de Fátima (@SFatimaPortugal) May 11, 2017
“Ave o clemens, ave o pia!
Salve Regina Rosarii Fatimae!
Ave o… https://t.co/RUiHADH6VJ
En cuanto a conversiones históricas, el libro nos destaca una especialmente significativa: la de Svetlana Alilúyeva (1926–2011), más conocida para su eterna vergüenza (ella misma lo reconoció en sus memorias) como “la hija de Stalin”. La historia de Svetlana Alilúyeva es una de esas historias catárticas en las que uno termina pensando, si no es creyente, que vaya increíble peripecia existencial la de esta mujer y, si uno es creyente, sin duda pensará en la grandeza de los inescrutables caminos del Señor. Sea como fuere, es una historia real y concreta mediante la cual los autores de Cien años de Luz quieren aportar esa atención que la Virgen tiene con cada uno de nosotros, de manera personal.
La segunda parte del libro, “Fátima 2017”, está centrada en el hoy de Fátima, lo que se abre con una jugosa entrevista, sobre todo espiritualmente hablando, al rector del Santuario, el padre Cabecinhas, quien a la pregunta “¿cuál es el rasgo que define a Fátima?”, él responde: “El carisma de Fátima es conducir, a través de las manos maternas de María, a la experiencia de la presencia y acción de Dios en nuestra vida y en nuestro mundo” y, respecto a esta preciosa contestación, podemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿Qué mejor momento que ahora, momento de guerras, refugiados, inestabilidad política… para ser más conscientes de la acción de Dios en nuestra vida y en nuestro hoy? Y si no se es creyente, ¿qué mejor momento para querer acercarse a la experiencia de Dios?
Tras la entrevista al P. Cabecinhas, se dedica un capítulo a una cuestión sumamente interesante, que puede resumirse en una pregunta: ¿un santuario en el siglo XXI? Pues sí. Aunque para muchos eso de “santuario” o “peregrinación” suene a anacronismo, a algo de otros tiempos, algo que ya no tiene lugar, testimonios como el de Celio y Jessica, dos jóvenes de 31 y 22 años, respectivamente, que, de vez en cuando, cogen su moto y se presentan en Fátima a rezarle a la Virgen en la Capelinha, donde se encuentra la Imagen Peregrina de Nuestra Señora, dejan constancia del bien que puede llegar a hacer la fe y la oración en un mundo de prisa y ruido en el mejor de los casos, cuando no de corrupción y guerra. Es en testimonios como el de Celio y Jessica cuando cobra todo su sentido el subtítulo de la obra, un foco de paz desde 1917.
Sin duda, como recordaba uno de los autores del libro, esta obra no es ni mucho menos lo último que se puede decir sobre Fátima. Cien años de luz únicamente pretende acercar la historia de Fátima, de manera sencilla pero a la vez completa y documentada, a todo el mundo, y poner de relieve la grandeza de la acción divina durante estos 100 años bajo la forma concreta del Santuario de Fátima.