Juan Orellana | 02 de agosto de 2017
La vertiginosa actualidad cinematográfica no puede hacernos olvidar las películas clásicas que hicieron grande el cine y de las que beben, a veces sin saberlo, algunas de las mejores películas contemporáneas. Vamos a sugerir algunos títulos, de géneros muy variados y épocas y países muy distintos, ideales para retomar en este verano en el que ya estamos metidos de lleno.
A principios de los sesenta, nos encontramos aún en la época de las superproducciones, de las películas en formato panorámico, ideal para contar historias épicas, de grandes paisajes y centenares de extras. Es el caso de esta película, que obtuvo 7 Oscars. Una impresionante e inmortal partitura de Maurice Jarre acompaña la apertura del telón -¿lo recuerdan?- y nos introduce en la historia de un militar que se cree llamado a una misión mesiánica en la época de la Gran Guerra, cuando los británicos apoyan a Arabia frente a Turquía y su agonizante imperio otomano. El visionario T.E. Lawrence (Peter O’Toole) sueña con ser el artífice de una Arabia libre e independiente.
Encadenados es famosa por su trama de espionaje, ubicada en un Brasil lleno de exnazis con nueva identidad. Pero, en realidad, la película es una de las más potentes historias románticas del séptimo arte. Lo que el espectador desea no es que detengan a los nazis clandestinos, sino que entre Ingrid Bergman y Cary Grant (¡qué pareja!) triunfe el amor. En esta película, el suspense y la elegancia van a la par, envueltos en un maravilloso blanco y negro y engastados en una técnica cinematográfica magistral.
Tiempos modernos, una historia de amor en el marco del paro y la crisis económica, ha adquirido una actualidad insospechada en estos años de desastre económico. Un canto esperanzado para los “periféricos” de los que habla el papa Francisco. Ciertamente, la propuesta de Chaplin es muy voluntarista, propia de quien hizo suyo el sueño americano, pero lo compensa su desbordante amor por sus personajes, que no hace más que expresar su amor por el ser humano. Tiempos modernos esconde otra perla, que se llama Paulette Godard, y que es la partner ideal de esta épica de la miseria. Algunos de los gags cómicos más inolvidables de la historia del cine pertenecen a esta película.
Si Shakespeare fue el bardo de Inglaterra, John Ford lo fue de Estados Unidos, una nación joven que desde principios del siglo XX hizo del cine su tarjeta de presentación. Ford fue el gran retratista, no de la América real, sino de América hecha mito, especialmente reelaboró en clave épica la conquista del Oeste. Pero El último hurra se ambienta a finales de los cincuenta y nos habla de los entresijos de un proceso electoral en Nueva Inglaterra. Spencer Tracy –icono del buen ciudadano americano, como lo es hoy Tom Hanks- encarna a un alcalde de origen irlandés que se presenta a la reelección, Frank Skeffington. Ford retrata en este film la democracia americana, sus luces y sombras, la veta populista y el ideal del hombre que se hace a sí mismo.
https://www.youtube.com/watch?v=9nTU_mz0d24En esta adaptación de la novela de William Tackeray, Stanley Kubrick despliega su sensibilidad estética para contarnos la historia de Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos que se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Los encuadres son como cuadros y la película no solo nos enganchará por trama argumental, sino por su belleza formal.
En esta película “ecológica”, adelantada a su tiempo, el maestro japonés nos ofrece un maravilloso canto a la relación del hombre con la naturaleza. Derzu es un cazador solitario que vive literalmente en los bosques y en la tundra del noreste de Rusia. Un día se convierte en el improvisado guía de un grupo de cartógrafos militares, con cuyo capitán se inicia una conmovedora amistad llena de respeto y humanidad.
Aunque no es esta la película más famosa del cineasta español, supone un brillante ejercicio de estilo, lleno de sugerencias y metáforas, dirigidas a un espectador con sensibilidad. Una adolescente Icíar Bollaín protagoniza esta historia de una relación paternofilial llena de silencios y verdades a medias. Producción típica del genial Elías Querejeta y con una cuidada fotografía de José Luis Alcaine.
Uno de los mejores papeles del gran Fernando Fernán Gómez, en esta adaptación de Benito Pérez Galdós rodada en Asturias. Un reparto insuperable para una historia que, a pesar de ser de época, toca temas de mucha actualidad sobre la naturaleza de los vínculos, cuyo factor biológico a menudo no es el más importante. Impresionante el trabajo de decoración de Gil Parrondo.
Probablemente, se trate de la obra maestra de Ridley Scott, inspiradora de otras muchas películas de ciencia ficción. Filosofía y ciencia se armonizan en esta película que abrió un nuevo horizonte al género, tanto en estética como en temática. Harrison Ford es un policía encargado de eliminar a una serie de androides que han salido defectuosos: se rebelan contra su creador porque desean ser inmortales.
Arriesgada película que, en clave de tragicomedia, se acerca al Holocausto a través de los ojos inocentes de un niño y de la mirada genial y creativa de su padre. Roberto Benigni se dio a conocer al mundo entero con esta historia deliciosa –y terrible- que ganó el Oscar a la mejor película extranjera. La cinta está concebida como un ajuste de cuentas poético –y en cierto modo, chapliniano- con uno de los horrores más terribles de la historia reciente.