Antonio Olivié | 26 de octubre de 2017
Ayuda a la Iglesia Necesitada, con el respaldo del Vaticano, ha puesto en marcha el llamado ‘Plan Marshall’ para la llanura de Nínive. Una estrategia que pasa por la reconstrucción de las casas, los centros de salud y los lugares de culto de los cristianos en esta zona de Irak. En medio de esa posguerra iraquí, juega un papel importante un arzobispo español monseñor Alberto Ortega, nuncio de la Santa Sede en Jordania e Irak desde hace dos años.
El papel de Alberto Ortega en el avispero iraquí es muy delicado. A la situación de violencia que ha vivido en los últimos años por el radicalismo islámico, se suma en estos momentos la tensión independentista del Kurdistán. Y es que la zona en la que reside la mayoría de los cristianos de Irak, la llanura de Nínive, se encuentra justo en el límite entre el Kurdistán y el área de mayoría suní de Irak, donde ya se han dado hostilidades entre estos, los secesionistas y el gobierno central.
La labor de este enviado del Vaticano en Irak supone también respetar los equilibrios entre las distintas denominaciones cristianas, incluso católicas, de la zona. Y es que, aunque la mayoría de los iraquíes son ‘caldeos’, en plena comunión con Roma, también hay presencia de comunidades ortodoxas y siro-católicas. El que la ayuda por parte de los cristianos de todo el mundo sea uniforme y no se generen recelos entre ellos es todo un desafío para un veterano en la diplomacia del Vaticano, donde lleva trabajando desde 1997.
Monseñor Alberto Ortega ha sido, junto a monseñor Sako, el encargado de dar la cara en la reciente presentación en Roma del plan ‘Irak, retorno a las raíces’, con el que quieren ayudar a reconstruir más de 13.000 domicilios. Y para que las familias puedan integrarse en sus comunidades, también plantean restaurar 34 iglesias, 15 conventos y seis santuarios, entre otras instalaciones de la Iglesia destrozadas por el ISIS.
✝️ " @Pontifex_es declaró en Egipto que para los creyentes el único extremismo permitido es el de la Caridad".https://t.co/1N8P7RZQsO
— El Debate de Hoy (@eldebatedehoy) May 3, 2017
En medio de este paisaje desolador, monseñor Ortega asegura que para él “es edificante ver a los cristianos de Irak que perdonan a quienes les han destrozado sus casas y quienes les han forzado a vivir como refugiados durante años. Me parece ejemplar -añadía- el hecho de que en ocasiones sean estos cristianos quienes lleven alimento a quienes les han expulsado de sus casas”.
El gran reto en estos momentos es restablecer la confianza y cambiar la mentalidad de una sociedad musulmana en la que no debe volver a generarse un odio como el del ISIS. Se precisa una tarea de reconciliación a largo plazo que, más allá de la recuperación de las casas, lleve a recuperar también la confianza y la seguridad en la zona. En este sentido, según Ortega, “muchos cristianos de Irak ven su vida como una misión, la de contribuir a llevar la caridad de Cristo en su país”.
Y ahí, en esa presencia en Oriente Medio, los cristianos necesitan el apoyo de la comunidad internacional, no sentirse solos. Para ellos, como asegura monseñor Ortega, “es muy importante el respaldo del Papa. Toda la región tiene un lugar en el corazón del papa Francisco. No deja de hablar de esos países y son gestos que la gente de Irak considera importantes, no solo los cristianos, y se sienten acompañados”.
En este sentido, monseñor Ortega asegura que el impacto del viaje del papa Francisco a Egipto aún tiene consecuencias hoy día. “Ha ayudado muchísimo a toda la región, ha hecho mucho bien para el entendimiento entre cristianos y musulmanes de buena voluntad”.