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Los «días históricos» que dejaron sin trabajo a José Mota . Momentos para reír por no llorar

Pablo Casado Muriel | 03 de noviembre de 2017

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El desafío soberanista catalán, a pesar de su extrema gravedad, está dejando momentos que podrían competir con las mejores parodias de humoristas como José Mota. Su especial de Nochevieja tiene un serio competidor. 

Esta sucesión de “días históricos” que estamos viviendo en torno al desafío soberanista de Cataluña, prácticamente tocamos a tres o cuatro “días históricos” por semana -superando el récord establecido anteriormente por Podemos cuando entró en el Congreso y comenzó a construir su gobierno imaginario-, ha dado pie a una infinididad de análisis sobre las consecuencias que una hipotética independencia tendría para España. Las horas de televisión -un saludo a Ferreras, al que siguen esperando en casa para cenar- se rellenan con el comentario de cada uno de los más mínimos detalles políticos, económicos, sociales… y, sin embargo, nadie ha caído en la cuenta de que, con todo este embrollo, un hombre se puede quedar sin trabajo. Hablo, ni más ni menos, que de José Mota, un humorista que lo tendrá muy difícil para alcanzar en sus sketch las cotas de parodia que estamos presenciando.

La mayoría de los españoles ya se habrá imaginado a Mota ataviado con una bonita peluca, dando ruedas de prensa en las que anuncia que había pensado hacer una cosa pero que al final no la va a hacer. Podría recuperar aquel clásico: “convocar elecciones pa’ na es tontería”. O recordar a los hermanos Marx y la “parte contratante” en aquel momento en el que se declara una independencia en suspenso en base a un referéndum suspendido, organizado a través de una ley suspendida.

Si no fuera por la gravedad del asunto, la cuestión catalana, tal y como se está desarrollando, da pie a reírse, y mucho. Por ejemplo, otro guion que le dejan hecho a José Mota nos sitúa en cualquier tertulia televisiva, o incluso en el Congreso (lo que es más grave), y nos pone ante alguno de esos tertulianos/políticos/¿cómo categorizamos a Rufián?, que no dudan en utilizar el comodín franquista ante cualquier debate. Si se aplica la ley, «franquismo»; si se pierde una votación, «franquismo»; si no hemos leído un libro de historia en la vida, «franquismo» también.

Es para reír, si no fuese para llorar, que el Sindicato de Estudiantes (siempre he pensado que estamos ante un oxímoron) haya convocado estos días una huelga en Cataluña para protestar ante la “represión franquista”… Creo que ya va siendo hora de plantearse una gran marcha contra la creación de la Marca Hispánica por parte de Carlomagno. Como mínimo, debería ser la Marca Catalanaindependientehispánica.

Siguiendo con los clásicos del humor, podemos pasar de los hermanos Marx a los Monty Phyton. Y, es que, si los estudiantes catalanes se han tenido que manifestar contra el franquismo es porque Cataluña, según ellos, está llena de fachas. Al estilo del Frente Popular de Judea, en aquella escena de La Vida de Brian en la que empiezan a señalar con tal entusiasmo a todos los disidentes que ellos mismos acaban por autodenominarse así, los independentistas han denominado “facha” a todo aquel que se atreva a mostrarse contrario a sus desmanes. En esa vorágine facciosa da igual que hayas estado encarcelado durante la dictadura, como es el caso de Nicolás Sartorius, o seas el president de la Generalitat, como le pasó a Carles Puigdemont, durante las dos horas en las que se planteó acabar con la farsa y convocar elecciones. En este punto, el Frente Popular de Judea y el bloque soberanista llegaron a la fusión absoluta.

Otro de los momentos más hilarantes de estos “días históricos” se produjo el 1 de octubre, en pleno revuelto en torno al referéndum ilegal y las acciones policiales para evitarlo. Como ya he comentado, es un asunto para, al menos, sonreír si no estuviésemos hablando de cuestiones tan graves. Conocimos aquel día a una activista independentista que, además, posee los poderes de la curación o la receta exacta del bálsamo de Fierabras. La joven denunció primero que la Policía le había roto, uno a uno, los dedos de la mano: la vimos después apoyada tranquilamente en un valla (ya habría tomado esa pócima quijotesca, supongo), más tarde se equivocó de mano al ponerse la venda y terminó admitiendo que todo había quedado en una inflamación. Mis años de instituto coincidieron con el nacimiento de Youtube y esta situación me recordó a un vídeo, poco elegante pero bastante hilarante, con el que nos reíamos mucho aquellos días de colegio. En el fragmento, un hombre asegura a gritos que “le han hecho un esguince” y protagoniza un piscinazo digno de Cristiano Ronaldo… o Luis Suárez (no se enfade nadie).

¿Y qué podemos decir de Álvaro de Marichalar, autoproclamado defensor de la unidad de España y desplazado a Cataluña para dar abrazos y repartir “te quieros” a los independentistas? Ha sido detenido y, en uno de los momentos más tensos de estos “días históricos”, introducido en el palacio de la Generalitat. ¿No será el mediador encubierto? Cómo me gustaría ver a José Mota en esa situación.

En fin, que este año la cena de Nochevieja (ya no queda nada) tendrá un gran tema de conversación, el humorista tiene su especial prácticamente hecho y yo solo espero que, con todo este lío, no acabe Ferreras dando las campanadas. Ramón García y su capa son insustituibles.

Imagen de portada: El humorista José Mota, en la tribuna del Congreso de los Diputados, durante los actos de conmemoración del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. | Agencia EFE
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