Beatriz M. Berrendero | 16 de noviembre de 2017
La industria de la moda vuelve a sembrar la polémica y lo hace, una vez más, por la utilización o no de las pieles de animales. No existe ningún otro material ni tejido en el mundo que enfrente más a este sector. Por un lado, los que están a favor de la protección animal y en contra de las pieles y, por otro, los defensores del uso de la piel en el mundo de la moda. Algo que ya hacían en la Prehistoria, como es abrigarse con la piel de un animal, ha pasado a ser rechazado por gran parte de la sociedad.
En España, fue la Reina Sofía la primera en dar un paso al frente contra el uso de pieles de animales en la industria de la moda. En sus años de reinado y hasta la actualidad, ha utilizado abrigos de lana, capas o echarpes. Nunca pieles. Consiguió, incluso, que en algunas recepciones sus propios invitados prescindieran de ellas.
The latest public opinion numbers from across Europe show a strong opposition to #FurFarming: https://t.co/GFxV5Xc5jg pic.twitter.com/usybHbHzBr
— Faunalytics (@faunalytics) July 7, 2017
Desde hace un par de años, reconocidas firmas, como Giorgio Armani, Tommy Hilfiger o Calvin Klein, decidieron crear colecciones libres de presencia animal. A partir de ese momento, se unían a lo que se ha denominado Fur Free Alliance (alianza libre de pieles) y se comprometían a no volver a incluir en sus diseños pieles como las del zorro, el visón, el conejo o el cordero.
La última en sumarse a esta tendencia ha sido la maison italiana Gucci, que recientemente ha anunciado que dejará de trabajar con pieles en sus próximas colecciones. Esta iniciativa entrará en vigor para la firma italiana a partir de primavera-verano de 2018. Según ha afirmado el presidente de la empresa, Marco Bizarri, “no es moderno” y “seguiremos esforzándonos por mejorar el medio ambiente y el trato con los animales”.
CEO #MarcoBizzarri announced this week #Gucci will stop using animal fur, from #GucciSS2018 @FurFreeAlliance @LAVonlus @HumaneSociety pic.twitter.com/5aSmea5CNS
— gucci (@gucci) October 13, 2017
Los defensores de los derechos de los animales intentan seguir captando adeptos. No aceptan que se sacrifiquen animales para sacar adelante una colección de alguna de estas firmas. Sin embargo, ellos van más allá y su crítica llega a que haya que esquilar ovejas para elaborar un jersey de lana. La controvertida Organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) asegura que “la lana no es tejido y no nos pertenece. Tiene un dueño a quien se le ha robado violentamente”. Apuestan por cualquier otro tejido abrigado que no necesite ser desprendido de ningún animal con crueldad, como por ejemplo el algodón u otro tipo de fibra sintética.
Cada vez más marcas se están sumando a la Fur Free Alliance. Saben que con esa decisión están perdiendo un público potencial muy fuerte. Una clientela que busca el lujo y lo persigue a través de este tipo de pieles que dan ostentosidad a las colecciones como no lo hace ningún otro tejido.
The Armani Group has announced it will stop using real fur in its collections #FurFreeArmani https://t.co/QYG5sugKNE pic.twitter.com/jYM9GRgtp9
— Style Incorporated (@StyleIncRecruit) March 22, 2016
En el otro lado están las firmas que siguen sumando el pelo animal como un extra de lujo para sus colecciones. Un negocio en auge, ya que las ventas de pieles durante las últimas temporadas ha ido en aumento. Ejemplo de ello es el ya mítico Karlito, un charm (complemento) para el bolso diseñado en zorro y cuero bajo las órdenes del reconocido modisto Karl Lagerfeld. El colgante rápidamente se convirtió en objeto de deseo y en un best seller para la firma Fendi, que fue la encargada de comercializarlo. Su precio superaba los 1.500 euros y a pesar de ello tuvo una lista de espera de más de 500 personas. El propio modisto alemán ha sido muy duro con el uso de pieles falsas tratadas con productos químicos y que tienen unos «efectos terribles en el medio ambiente».
3 colorful crests for one big icon: #Karlito. Pre order it on selected #Fendi boutiques > http://t.co/Aizpfmt7M8 pic.twitter.com/ll7zBWfZFR
— Fendi (@Fendi) July 23, 2014
Es cierto que hay animales, como el zorro o el visón, que no deberían ser sacrificados única y exclusivamente para que algún prestigioso modisto los lleve en sus colecciones, pero también hay que tener en cuenta que están tan cotizados precisamente por eso. De lo contrario, no dejarían de ser un mamífero cánido más, al igual que otras especies similares como la comadreja, la marta o la nutria, que no están tan protegidas.
La lana que se saca de las ovejas no es comparable, a mi juicio, con la muerte de un animal. No supone para ellas un sacrificio. Hay que esquilarlas dos veces al año por el bien del animal y, si su pelo sirve para otro uso, sin duda, las hará más valiosas. En nuestra vida cotidiana están presentes en cientos de productos, desde alfombras a jerséis, mantas, guantes, gorros… Es cierto que hay ovejas más cotizadas que otras, como las merinas o las de cachemira, pero precisamente su valor se incrementa debido a la industria de la moda.
No debemos aceptar las premisas populistas que sobreprotegen al animal por encima de las personas. Muy manido es el tema del toro de lidia. Un animal cuidado y amparado para el arte del toreo. Las pieles empiezan a desaparecer del mercado de la moda por una especie de sentido común que no debe incomodarnos. Las grandes marcas prescinden de ellas, en parte, por agradar a sus clientes y a los grandes lobbies ecologistas y también por conciencia con el medio ambiente.