Javier F. Mardomingo | 21 de febrero de 2018
El Ayuntamiento de Madrid recula y mantendrá abierta la Venta del Batán, sede de la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda. Hay condiciones, pero el lugar de reunión y entrenamiento de la capital no echará el cierre… de momento.
Manuela Carmena ha rectificado. Bravo. Desde el Partido Popular aseguran que la alcaldesa se mueve a golpe de titular, y puede que tengan razón. ¿Que levantó polvareda el cierre del Batán? Vale .»Estos son mis principios pero si nos les gustan tengo otros», dijo Groucho Marx. Bienvenidos sean, pues, los nuevos principios de la alcaldesa. Lo cierto es que la Venta del Batán es un lugar más simbólico que otra cosa. Se ha convertido en una especie de santuario, un lugar de culto en el que se respira el aroma añejo de una tauromaquia que hace años dejó de ser protagonista en Madrid.
. @jlmanavasques con los Maestros Joselito y Bote transmitiéndoles nuestra preocupación por el cierre de la Escuela Marcial Lalanda, nuestro compromiso de reapertura y nuestro apoyo al mundo del toro. pic.twitter.com/PvQ8r5Tud2
— Grupo Popular Madrid (@GrupoPPMadrid) January 24, 2018
Una tauromaquia a la que todos los gobernantes dieron de lado en su día. Ha hecho falta la llegada de Podemos y sus continuos ataques al sector para que sus contrarios en la administración se crezcan ante el castigo, se vengan arriba en banderillas y, por una razón u otra, peleen en favor de los toros.
El Batán va a seguir abierto con una condición: que se le dé un uso complementario y compartido. Ese uso, al tratarse de un espacio declarado Bien de Interés Cultural para la tauromaquia en 2010 por el Consistorio madrileño, siempre tendrá que tener una connotación taurina. Hay quien habla de un espacio de congresos del sector, hay quien de un archivo taurino como propone Madrid Destino. Sea como fuere, cualquier utilidad será bienvenida para que el Batán siga abierto. Pero, ¿por qué rectifica el ayuntamiento? ¿Acaso Manuela Carmena se ha vuelto taurina?
Nada más lejos de la realidad. La Junta Municipal de Moncloa debatió la pasada semana presentar un recurso ante el ayuntamiento para que rectificase en su decisión. Un requerimiento que salió adelante con los votos a favor de Partido Popular y Partido Socialista. Sí, los dos grandes partidos juntos y en favor de la tauromaquia, sorprendente. Lo que no sorprende tanto es que Podemos votara en contra, están en su papel. Pero… ¿Y Ciudadanos? Ciudadanos se abstuvo. ¿No eran taurinos? Sí, lo eran. Lo eran cuando convenía.
A Ciudadanos le interesaba ser taurino en Barcelona en 2007. Cuando con apenas un año de vida y menos de 70.000 votos en las elecciones autonómicas el independentismo voraz ponía el foco sobre los festejos en Cataluña, tocaba erradicar todo lo que oliera lo más mínimo a español y los toros eran un objetivo idóneo para empezar. El resto de la historia de los CiU, PdeCat, Esquerra y compañía hasta hoy es de sobra conocido. Por aquellos días, Ciudadanos peleaba en contra de la anunciada prohibición de las corridas de toros en su comunidad. Se convirtieron en defensores de la cultura, de los derechos y de la libertad de los miles de aficionados. Todo, con su líder Albert Rivera a la cabeza, incluso llegó a salir a hombros la última tarde de la Monumental de Barcelona el 25 de septiembre de 2011. Todo mentira.
Ciudadanos, diez años después, con un millón de votos más en Cataluña en las últimas autonómicas y más de tres millones en las últimas generales, se ha olvidado de aquellos aficionados que en su día defendió. Albert Rivera ha pasado de salir a hombros de la plaza a declarar en programas de televisión que no le gustan los toros. Su partido ha pasado de defender la tauromaquia en el Parlament a abstenerse en Madrid con el Batán. Pero no es la única vez, ni mucho menos. Los naranjas votaron a favor de retirar a Valladolid el título de Ciudad Taurina, una medida impulsada por su entonces recién elegido alcalde socialista, Óscar Puente. También se han abstenido a la hora de proteger la tauromaquia en La Rioja hace unos días. Lo de la Venta del Batán y Madrid solo es una más. Un nuevo espaldarazo a la fiesta de un partido que un día dice una cosa y al otro, la contraria, siempre en busca de lo que más convenga en ese momento.
La Venta del Batán va a seguir abierta y La Rioja protegerá los toros, pero no será gracias a Ciudadanos, un partido que ha protestado contra la vieja política pero que comete los mismos errores que ella, arrimarse al sol que más calienta. El partido de Rivera tiene que mojarse. Tiene que hacerlo con respecto a los toros, pero también con respecto a muchas otras cuestiones que ahora no vienen al caso. Ciudadanos tiene que tener claras sus intenciones para con un espectáculo que reúne e interesa a millones de personas en nuestro país, a millones de votantes en definitiva. Hoy es Madrid y La Rioja, ayer fue Valladolid, pero mañana será Murcia, será Córdoba o será Gijón. El populismo de izquierdas ataca cada vez que puede a la tauromaquia y esta no puede permitir que nadie se ponga de perfil. El buenismo instaurado por algunos tiene que terminar. Los toros no son maltrato, no es un asunto espinoso, delicado y del que no conviene hablar demasiado. Los toros son cultura, son arte y son historia de España, aunque Ciudadanos, cuando toca hablar de ellos, se de la vuelta y mire hacia otro lado, eso sí, ahora que le conviene.