Javier F. Mardomingo | 15 de mayo de 2018
Hace unos días que dio comienzo la feria taurina más importante del mundo, San Isidro, y por desgracia, lo relevante aún no ha caído en el ruedo. Cierto es que el mundo del toro vive de detalles, y eso es lo que hemos visto en la plaza de Las Ventas, de momento, detalles, toros sueltos, alguna serie buena, algún saludo capotero mejor que otro y mucha gente en los tendidos ante, de nuevo, la marginación del Ayuntamiento de Madrid.
Hace tiempo que dejó de ser noticia la batalla abierta entre la tauromaquia y el consistorio de la capital de España. Como de costumbre, ante el mayor evento taurino del mundo, la alcaldesa y sus secuaces se vienen arriba en banderillas y sacan los colmillos. ¿Cómo? Ignorando a los cientos de miles de personas que se dan cita estos días en el coso de la calle Alcalá.
La programación taurina ha sufrido este año la ignorancia de un equipo de gobierno que vive más preocupado de sus batallas particulares que de la función para la que fueron elegidos en las urnas, que no es otra que gobernar para todos. Ni una sola mención en el programa de fiestas a los toros, ni una. No solo a los festejos que cada día, treinta y cuatro en total hasta el diez de junio, dan comienzo a las siete de la tarde, tampoco a la programación cultural, charlas, exposiciones, presentaciones de libros… nada. Para el ayuntamiento de Manuela Carmena los toros son el enemigo, y este año han tomado por bandera la premisa de si no puedes vencerle, ignórale, lo de unirse a él… complicado.
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Los toros en Madrid son asunto de la Comunidad, cierto es. Pero por Las Ventas pasarán este mes cerca de 800.000 personas que además de pagar una entrada, disfrutarán en bares, restaurantes y hoteles de la capital. Pagarán impuestos que irán directos a las arcas del consistorio, pero eso qué más da. Los taurinos son ciudadanos de segunda para ellos y lo demuestran cada vez que tienen oportunidad. El segundo espectáculo de masas de España solo por detrás del futbol carece de importancia, está mal visto. El evento con más afluencia de público de las fiestas de San Isidro no aparece en ningún programa, en ningún folleto, ni una sola mención a una fiesta que para muchos no vive sus días más dorados, pero que en esta época del año, saca músculo ante los ataques.
Los toros en Madrid hoy son noticia, y mañana también lo serán, así hasta bien entrado el mes de junio. Cada día de toros se reúnen en la calle Alcalá cerca de 20.000 personas el día que menos. ¿Qué otro evento de la absurda programación isidril de Carmena tiene esa afluencia de público? Ninguno. ¿Qué otro evento es noticia en medios nacionales? Ninguno. A Carmena parece no importarle. La tauromaquia en Madrid ha logrado sobrevivir tres años a un equipo de gobierno que quiere acabar con ella. Solo queda uno, esperemos.
Y lo mejor está por llegar, porque cuando lleguen los triunfos y las puertas grandes, la noticia copará minutos de televisión y radio y páginas de periódico. Eso sí que va a molestar en la plaza de Cibeles, eso les quema, máxime cuando saben, ellos son los primeros, que contra una feria de esta envergadura, lo que haga el ayuntamiento de la capital de España no vale absolutamente para nada. San Isidro, el mundial del toreo, es más importante que cualquier idea prohibicionista y sectaria que puedan poner en práctica, y lo saben.
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San Isidro seguirá siendo San Isidro, con o sin Manuela Carmena al frente. Madrid seguirá siendo la capital del toro y Las Ventas el punto al cientos de miles de aficionados miran cada día para saber qué ha pasado entre las siete y las nueve de la noche. No pueden luchar contra eso. Ignorarlo del programa de fiestas es una pataleta de niño pequeño que no tiene ninguna relevancia, el problema es que sienta precedente.
Lo hace porque otras ciudades ya sean gobernadas directamente o sostenidas por Podemos, siguen sus pasos y pelean contra la fiesta. Y eso sí que es un problema. En vez de predicar por la libertad de boquilla, el ayuntamiento de Madrid debería conceder al menos eso, libertad a miles de personas que quieren ejercer su derecho de ir a los toros. Sin ataques, sin gestos de desprecio. En vez de aprovechar el tirón mediático de la feria más importante del planeta, el Consistorio prefiere hacer ojos ciegas por unos principios absurdos que no hacen más que reforzar la idea de que solo gobiernan para los suyos, y no fue eso lo que juraron al recibir la vara de mando.
Esto solo ha sido una más, una de tantas. Un nuevo ataque, esta vez encubierto, que pone de manifiesto la ignorancia cultural del equipo de Carmena. La fiesta de los toros, la nacional mal llamada por algunos, la de Lorca, Alberti y Tierno Galván al que el Ayuntamiento rinde homenaje cada vez que se le presenta la oportunidad, está muy por encima de estos señores. No necesita aparecer en un programa al lado de titiriteros y pasacalles subvencionados, éstos sí, por las arcas municipales. No necesita su ayuda, ni la quiere, solo pide respeto, normalidad y el lugar que merece en cuestión de importancia en una ciudad a la que ha dado mucho durante muchos años.
Pronto, de aquí a un año, tal vez estemos ante el final del ataque continuo por parte de Carmena, solo tal vez. Puede que llegue otro peor, quién sabe. Lo cierto es que después de un trienio aguantando, los toros en Madrid ven la luz al final del túnel, en mayo de 2019. La tauromaquia se juega mucho en esas elecciones municipales, la pega es que también lo hace en las autonómicas, en la Comunidad de Madrid muchísimo, y ahí también están las cosas demasiado revueltas. Habrá que esperar, de momento, más de 800.000 taurinos esperaremos acudiendo a Las Ventas, pagando, durante el mes más importante taurinamente hablando del año, le pese a quien le pese. Viva San Isidro.