Cándida Filgueira Arias | 10 de agosto de 2018
Los postulados y las propuestas del modelo de la Nueva Pedagogía no descuidan la importancia de los procesos cognitivos, entre ellos, la memorización como condición necesaria para el aprendizaje. Memorizar no es la meta, pero sí un medio necesario.
El filósofo estadounidense y uno de los padres de la Nueva Pedagogía John Dewey, a través de su obra Democracia y educación (1916), junto con las inestimables aportaciones de pensadores tan relevantes como Jean-Jacques Rousseau, Jean Piaget, Pierre Bourdieu y Michel Foucault, establecieron los pilares básicos que sustentarían este nuevo modelo en donde se ubicaría la mayoría de las tendencias y conceptos de una nueva educación (Escuela Nueva). En él se analiza y profundiza, entre otras cuestiones, en que el estudiante no es el responsable de su exiguo rendimiento académico, sino que son la sociedad y la escuela las que deben asumir este grado de culpabilidad, al no tomar conciencia del cambio de paradigma educativo actual, ofreciendo los medios y las herramientas adecuados para que los alumnos sean los protagonistas de su propio aprendizaje, atendiendo a las necesidades planteadas por el surgimiento de una emergente y neófita idea de sociedad.
En este marco contextual, debemos apelar a los numerosos estudios que desde la neurociencia están evidenciando que sin memorización no existen, ni siquiera, trazas de aprendizaje. Vivir es recordar y se vive y se sabe cuanto se recuerda. Debemos retomar y nunca olvidar los principios elementales de la enseñanza tradicional, en la que existía un cierto culto a la memoria, obviando procesos tan importantes como la comprensión y/o el entendimiento de lo recordado y, por consiguiente, de la capacidad crítica sobre la información y conocimientos adquiridos.
El objetivo de la Nueva Pedagogía es focalizar el centro de interés en los estudiantes, partiendo de los conocimientos ya adquiridos y relevantes (aprendizaje significativo), estableciéndose así un aprendizaje de asociación y construcción de conceptos (constructivismo), en el que los conocimientos adquieren un verdadero sentido (motivación). Con todo se prepara al individuo para los retos desafiantes de un mundo tecnológico, globalizado y altamente cambiante, en una estructura y diseño de conocimientos conectados (memorización), consolidando unas enseñanzas que conforman un bagaje cultural dinámico y que servirán como lentes para comprender un entorno altamente cambiante y volátil.
Conocer la naturaleza y los mecanismos de la memoria es muy importante. Pero, ¿cómo aprendemos? ¿En dónde ocurre el aprendizaje? El modelo de memoria dinámica (Roger Schank, 1982) asume que la memoria está organizada en función de significados asociados (conocimientos) y, por lo tanto, es el conocimiento mismo el que da la orden a la memoria para que el nuevo modifique el sistema con el objetivo de incorporarse, relacionándolo con el ya existente; de esta manera, se gestiona la construcción del conocimiento cambiando dinámicamente lo que sabemos al procesar nueva información. El aprendizaje se produce, justamente, cuando cambia el contenido de la memoria. Una vez que se ha recibido un estímulo, dato, explicación, etc., nuestra memoria pasa de un estado de no tener un dato a otro de poseerlo. Puede decirse que aprender es guardar algo en la memoria para recordarlo cuando es necesario. Memoria y aprendizaje, por lo tanto, están íntimamente relacionados.
Como vemos, todo aprendizaje implica memoria y la memorización es imprescindible para conseguir que los estudiantes aprendan. Tanto es así que para memorizar, es decir, para integrar y automatizar conceptos, procesos, etc., es necesario ejecutar una serie de tareas complejas de orden superior, como la resolución de problemas o de pensamiento crítico; por lo tanto, es imposible formar una mentalidad crítica sin contenido.
En definitiva, la Nueva Pedagogía nos redirige hacia la comprensión de un procesamiento cognitivo como es la memorización como herramienta necesaria para el aprendizaje, entendiéndolo desde un nuevo paradigma educativo.