Gerardo Serrano Rodríguez | 26 de diciembre de 2018
Tres años después de su último libro, Juan Gómez-Jurado publica «Reina roja», una excelente trama en la que reconoceremos la realidad que nos rodea a través de dos personajes que deberán superar su tendencia solitaria para resolver crímenes.
Una nueva pareja de investigadores de lo criminal ha irrumpido en el panorama literario español, y lo ha hecho para quedarse. Dos personajes que, sin duda, dejarán su poso en nuestro imaginario colectivo, ocupando un lugar en absoluto desdeñable entre las principales figuras que protagonizan nuestras lecturas.
Reina roja
Juan Gómez-Jurado
Ediciones B
568 Págs.
20,90€
El inspector de la Policía Nacional Jon Gutiérrez, tras una fatídica situación personal y laboral, se verá obligado a lidiar con la singular y enrevesada personalidad de Antonia Scott, una de las más brillantes mentes a nivel mundial, con la que tendrá que formar el equipo de investigación que resuelva uno de los crímenes más complejos que amenazan a nuestro país. Dos personalidades hurañas, solitarias, que habrán de superar su reticencia al contacto humano para poder desenmascarar al autor de las atrocidades que están teniendo lugar en la España de hoy e impedir que siga adelante con su macabro plan. Una defensa de la amistad y de la necesidad de sobreponerse a una natural inclinación a la soledad, pues solo así podrá resolverse el crimen.
No obstante, no es el caso a desentrañar lo más destacable en este nuevo thriller de Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977), quien, tras su gran éxito internacional Cicatriz (Ediciones B, 2015), regresa a las librerías con Reina roja (Ediciones B, 2018). En su último trabajo, el autor español más vendido en formato electrónico ha logrado dar vida a dos de los personajes mejor construidos de la literatura en español de los últimos años.
Porque si de algo puede presumir el señor Gómez-Jurado es de haber ideado una pareja de protagonistas en absoluto planos. Por el contrario, tanto el inspector Gutiérrez como la señora Scott constituyen dos personajes esencialmente complejos, en especial la segunda, cuyos particulares rasgos de personalidad configuran un ser humano muy, muy bien edificado, como el lector podrá comprobar por sí mismo.
El 7 de noviembre se celebró el maratón de lectura más grande de la historia de España para #reinaroja, el nuevo thriller de @JuanGomezJurado. 6 ciudades, 7 centros, y 2 horas de lectura intensa. ¡Enhorabuena a los ganadores! pic.twitter.com/58fubXrv1r
— megustaleer (@megustaleer) November 15, 2018
Pero, claro: habitantes tan cuidadosamente concebidos no pueden sino formar parte de un mundo realista y bien definido, tan actual como lo es este en que nosotros residimos. Ambientada en la España contemporánea, en el Madrid de hoy en día (Antonia tiene su domicilio en pleno barrio de Lavapiés), Reina roja exhibe una excelente presentación de los componentes etnológicos, sociológicos y geográficos de cada uno de sus personajes, todos ellos poseedores de sus peculiares formas de ver un mundo muy reconocible por el lector.
Así, la novela refleja con palpable fidelidad las diferentes realidades sociales, laborales, culturales y morales que rodean a sus protagonistas, haciendo alarde de una gran complejidad y objetividad desde una perspectiva psicológica, sin abandonar en ningún momento un actual repaso de la sociedad española a todos los niveles.
Pongamos un ejemplo, uno un tanto aséptico moralmente hablando; uno que afecta, y muy de cerca, a la profesión policial: siguiendo la línea de autores como sir Arthur Conan Doyle o de Edgar A. Poe, Juan Gómez-Jurado expone en Reina roja una interesante reflexión acerca de los modos de actuación de los cuerpos de seguridad del Estado en la investigación de los casos más intrincados.
Según los actos, las palabras y la actitud de Antonia Scott, protagonista de esta historia, el trabajo policial es directo, irreflexivo, metódico y superficial, totalmente insuficiente para disolver la incertidumbre en las circunstancias menos convencionales. No hace uso del pensamiento lateral, de la mirada alternativa o del conocimiento aplicado a lo profundo. Es por ello mismo por lo que solamente se muestran eficaces a la hora de resolver los casos más cotidianos, más simples, y en consecuencia proclives al fracaso en los más inusuales.
“Tienen bases de datos, tienen coches con sirenas, tienen armas, tienen equipo de apoyo. Pero no saben pensar”, reflexiona Antonia, en cierto momento de la novela.
Juan Gómez- Jurado, en definitiva, ha completado, y con éxito, un gran trabajo narrativo. Sin abandonar un estilo personal, fresco, repleto de soltura creativa y descriptiva, ha confeccionado una historia atractiva, que no puede sino apresar la atención del lector hasta su conclusión. Narrada en tiempo presente y en tercera persona, la voz del señor Gómez-Jurado suena siempre ligera, tal y como sonaría la de quien le cuenta una anécdota a un amigo.
Y todo ello protagonizado por unos seres humanos a quienes resulta complicado despedir, a pesar de no existir sino sobre el papel. Pues los personajes que pueblan el mundo de Reina roja no son simples conductos por los que transcurre la acción, no. Son personas. Hombres y mujeres con historia, vida y cotidianeidad propias. Personas únicas e irrepetibles. Como todos lo somos.