Rafael Ortega | 14 de febrero de 2019
El “made in Italy” o, lo que es lo mismo, el diseño italiano, aunque el producto esté hecho en China, se ha trasladado al Gobierno de ese país. Una nueva forma de gobernar en la que conviven la extrema derecha, la extrema izquierda y el centro, y que los expertos políticos no saben cómo calificar, pues los recuerdos del pasado golpean mucho, sobre todo por los apoyos que este Gobierno está recibiendo de la clase media.
Un Gobierno italiano que nació el 31 de mayo de 2018, después de 88 días de negociaciones y varias prórrogas, y que hizo que el profesor de derecho Giuseppe Conte fuera nombrado presidente del Consejo de Ministros, con el apoyo de la Liga y del Movimiento Cinco Estrellas, la primera liderada por Matteo Salvini y la segunda por Luigi Di Maio, que fueron nominados vicepresidentes del Consejo.
Italia llama a gobernar a los nuevos partidos . Renzi y Berlusconi siguen activos en los pactos
Se formó, así, el 66º Gobierno italiano desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, que evitó la posibilidad de nuevas elecciones, pero que ha llenado de perplejidad a los especialistas y comentaristas políticos. Pensemos en España, por ejemplo, donde nadie puede contemplar la posibilidad de un Gobierno formado por Podemos, VOX y Ciudadanos. Los calificativos sobre esta posibilidad se nos quedan cortos, pero, como decíamos, en Italia todo es posible, como ver a los tres líderes juntos, el pasado 18 de enero, presentado una nueva ley de jubilaciones y pensiones. Una comparecencia televisiva que tuvo un altísimo seguimiento y que, suponemos, hizo saltar de sus cómodas poltronas europeas a más de uno.
Para resumir, el nuevo decreto ley que fue aprobado por el “Gobierno de diseño” prevé la aplicación de un subsidio al desempleo y una rebaja en la edad de jubilación, medidas que requerirán una financiación de 12.000 millones de euros en 2019. «Se trata de un paquete de medidas que concierne a cinco millones de personas que están en situación de pobreza y a un millón de personas que podrán jubilarse en el próximo trienio”, según explicó en la comparecencia el presidente del Consejo de Ministros italiano, Giuseppe Conte, acompañado de sus vicepresidentes, Matteo Salvini, de la Liga, y Luigi Di Maio, del Movimiento Cinco Estrellas, quienes detallaron las condiciones de ambas medidas, la ayuda al desempleo y la reforma del sistema de pensiones.
“Hemos encontrado cerca de 12.000 millones de euros al año con los que financiar la renta de ciudadanía (subsidio a los parados) y la reforma del sistema de pensiones”, informó Di Maio, quien señaló que la ayuda al desempleo se financiará con unos 7.000 millones de euros. De la renta de ciudadanía se beneficiarán cinco millones de personas, que podrán gozar de unas ayudas que variarán desde los 780 euros a los 1.330, dependiendo del número de miembros del núcleo familiar.
Los ciudadanos que podrán recibir esas ayudas tendrán que ser italianos, europeos o residentes en Italia desde hace 10 años -los dos últimos de forma continuada-, y su índice ISEE (que en Italia es equivalente al indicador público de renta de efectos múltiples español, IPREM) no deberá exceder los 9.360 euros al año. La ayuda tendrá una duración máxima de 18 meses y en este tiempo podrá recibir tres ofertas. La primera será de un empleo que se encontrará a una distancia máxima de 100 kilómetros, la segunda podrá llegar a los 250 kilómetros y la tercera será en todo el país.
El dinero que reciban durante este tiempo no podrá ser usado para juegos de azar y deberá ser gastado por completo si quieren seguir cobrándolo, porque la intención es que “se convierta en un motor para la economía italiana y ayude al crecimiento”.
Los presupuestos de Italia desafían a Europa y ponen en alerta a España
La segunda de las medidas es la modificación del sistema de pensiones, que rebaja la edad de jubilación para permitir a un millón de italianos retirarse en el próximo trienio. Matteo Salvini señaló que será financiada con 22.000 millones de euros entre 2019 y 2021, y se basa en la llamada “Cuota 100”, con la que los italianos podrán jubilarse cuando sus años de edad y de cotización sumen cien, lo que les permitirá dejar de trabajar con 62 años y 38 cotizados. También se podrán jubilar con antelación los hombres que hayan cotizado 42 años y 10 meses y las mujeres que tengan 41 años y 10 meses cotizados, entre otras excepciones.
He traído este tema como ejemplo porque habla de la sabiduría de Italia para encontrar pactos o compromisos, incluso para salir de situaciones muy difíciles y comprometidas, como han sido los conflictos bélicos, porque, como decía un amigo italiano, “soldado vivo vale para otra guerra”.
Creemos que el gran beneficiado de todo este “diseño italiano” es Matteo Salvini, que en medio año ha visto subir su popularidad del 15 al 30 por ciento. Salvini, que en muchas de sus apariciones públicas aparece con chaqueta de policía, pues es también ministro del Interior y dice “que puede usarla”, es un periodista de 45 años, católico confeso, líder de la controvertida Liga Norte, claramente contrario a la llegada de los emigrantes a Italia y capaz de abrazar a la extrema izquierda, pues ya sabemos que “los populismos se tocan en muchas ocasiones y aceptan las mismas premisas”.
El nuevo “diseño político” está servido, a pesar de que Italia puede tener el próximo año crecimiento cero, y con una sociedad fuerte que quiere políticos que respondan a esa fortaleza.