Patricia Santos | 13 de febrero de 2017
El pasado 19 de septiembre del 2016 dos cardenales alemanes –Walter Brandmüller y Joachim Meisner-, el cardenal italiano Mons. Carlo Caffarra y el estadounidense Mons. Raymond Burke, escribieron al papa Francisco una carta en la que le pedían clarificar 5 puntos de la exhortación apostólica Amoris laetitia sobre el amor en la familia. Ante el silencio del Papa, han querido hacer pública su consulta a través de la página web del vaticanista italiano Sandro Magister. Según consta en ese medio, la intención ha sido “continuar la reflexión y la discusión» con «todo el pueblo de Dios” mientras se resuelven sus preguntas.
No parece ser un gesto de rebeldía, como algunos medios han tratado de interpretar al comunicarlo. La Tradición de la Iglesia cuenta con la libertad de espíritu de todos los fieles y prevé diferentes vías para resolver dudas y salir de la confusión. Ante un caso similar, lo lógico es recurrir al Santo Padre, pidiendo que resuelva esas dudas que han motivado el desconcierto. De hecho, las preguntas de alguna manera se hallaban expuestas ya en una carta anterior escrita por 13 cardenales, con motivo del Sínodo sobre la familia.
Se trata de una consulta legítima y de especial relevancia dentro del contexto de las enseñanzas de la Moral cristiana matrimonial, de la Teología dogmática y del Derecho Canónico
La consulta hecha al Papa refleja 5 dudas. Básicamente por cuestión de coherencia y continuidad con el Magisterio anterior:
No parece ser un gesto de rebeldía. La Tradición de la Iglesia cuenta con la libertad de espíritu de todos los fieles y prevé diferentes vías para resolver dudas y salir de la confusión
Se trata de una consulta legítima y de especial relevancia dentro del contexto de las enseñanzas de la Moral cristiana matrimonial, de la Teología dogmática (Cristología, Eclesiología) y del Derecho Canónico. Siendo la Exhortación un documento post-sinodal (producido a partir de las propuestas de los trabajos de la reunión de Obispos) y de carácter pastoral (en este tipo de documentos el Papa anima a seguir ciertas líneas pastorales, pero no define en ellos la doctrina de la Iglesia), la consulta es oportuna, necesaria y está en línea de continuidad con el trabajo de “definición” que el Papa ha querido impulsar.