Hilda García | 21 de febrero de 2019
¿Saber que España es cabeza de serie le produce orgullo? Pues su satisfacción se desvanecerá cuando descubra que se trata de un honor en deshonor. Según la ONU, nuestro país es el tercero del mundo -y el primero de Europa- en demanda de prostitución.
Si la explotación sexual resulta rentable es porque alguien paga por cosificar a los demás. La trata de personas se debe considerar delito de lesa humanidad. Castigar al proxeneta y al que utiliza a otro según su capricho es la única forma de proteger a la víctima.
Algo falla si no enseñamos desde la infancia que con el ser humano no se trafica. Como afirmaba Aristóteles, “educar la mente sin educar el corazón no es educación en absoluto”. Esperemos que en el próximo pódium seamos los primeros en dignidad. Podremos ir con la cabeza bien alta.