David Vicente Casado | 27 de mayo de 2019
Ha recibido el V Premio de la Fundación Villacisneros por su labor investigadora y divulgadora en defensa de la verdad histórica de España.
Elvira Roca Barea (El Borge, Málaga, 1966) desprende historia por los cuatro costados. Los hallazgos de esta profesora, investigadora y escritora han convertido su obra en un fenómeno cultural y editorial. Sus últimas publicaciones (Imperiofobia y leyenda negra, 6 relatos ejemplares) y su defensa de la verdad de la historia de España la sitúan como una de las voces más autorizadas.
Asegura que es normal renegar de nuestra historia, pues «hemos aprendido solo sus aspectos negativos», y se ‘moja’ a la hora de hablar del independentismo. Afirma que el nacionalismo catalán es consciente de su derrota, pero teme que «nuestro país les permita seguir haciendo ruido». Por último, apuesta a que la izquierda no sacará a Franco del Valle de los Caídos, puesto que «si acabas con el teatrillo, el año que viene no lo puedes volver a reeditar». Lo que sí es una apuesta sobre seguro es su labor investigadora y su defensa de la verdad histórica de España, que le ha valido para que la Fundación Villacisneros le otorgue su galardón.
David Vicente: ¿Qué supone para usted recibir este premio?
Elvira Roca Barea: Es un gran honor. La Fundación Villacisneros es una familia en la que me siento muy incluida. Recibir este premio es un gesto que valoro enormemente, por muchas razones pero sobre todo porque están haciendo un gran trabajo.
David Vicente: Usted que es experta en leyenda negra, ¿cree que ese sentimiento estaba ya patente en nuestra sociedad o la situación política actual ha aumentado su interés?
Elvira Roca Barea: Esto existe desde hace muchísimo tiempo y ha tenido, como todas las cosas de ciclo largo, subidas y bajadas, pero no puede considerarse que haya aparecido ahora en la opinión pública, toda vez que tenemos una definición de hispanofobia de finales de siglo XIX y libros escritos que tienen más de un siglo. La identificación de este fenómeno es ya muy “vieja”, lo que pasa que por parte de nuestra historiografía y de nuestros intelectuales hemos elegido no enterarnos y no quererlo saber hasta que ha ocasionado problemas tan serios, tan graves, que no hemos tenido más remedio que verlos ya, porque el darnos por aludidos era una cuestión casi ya de supervivencia.
D.V.: ¿Tiene la impresión de que los españoles renegamos de nuestra historia?
E.R.B.: Sí, pero es que la historia que hemos aprendido de España es una historia de la que hay que renegar. Solo hemos aprendido, preferentemente, aquellos aspectos negativos de esa historia, aspectos negativos que tienen todas las historias, la suya, la mía. No existe ninguna realidad humana que no tenga una sombra y la realidad del Imperio español fue gigantesca, ¿cómo no iba a haber allí sombras? Tenía que haberlas forzosamente, lo que pasa es que hemos aprendido durante demasiado tiempo aquella versión de la historia de España que incide solo en los aspectos negativos, porque es la versión que escribieron los enemigos de aquella hegemonía, algo que por otra parte tiene toda la lógica que sea así. Por nuestra parte ha habido una gigantesca dejadez que ha llegado a ser muy peligrosa.
La historia que hemos aprendido de España es una historia de la que hay que renegarElvira Roca Barea
D.V.: En un mundo en el que las fake news están tan de moda, las mentiras siguen teniendo una gran acogida en el exterior a tenor de las barbaridades que publican sobre España en otros países, ¿no cree?
E.R.B: Hay un estado de opinión en esos lugares, porque existe una historia, que es la historia de su país, y ha estado enfrentada a la de España durante mucho tiempo en que se batalló contra esa hegemonía europea durante siglos; por lo tanto, se aprende en la escuela una determinada visión de España. Es fácil trasladar la imagen adquirida de los siglos XVI y XVII, cuando eres un niño inglés y estudias “la Invencible”, a aquello que lleva el mismo nombre ahora, “la España actual”; por lo tanto, hay un mecanismo que pones en marcha con solo darle a la tecla de los nombres, es muy fácil.
D.V.: Hablando de países extranjeros, ¿qué opinión le merecen las palabras del presidente de México exigiendo el perdón a España?
E.R.B.: A mí me pareció que Juan Manuel López Obrador no conocía su propio país, lo cual es bastante lamentable, puesto que es el presidente de México. Lo interesante no es el asunto México-España, lo interesante es todo lo que ha provocado López Obrador en el interior de México. Resulta desconcertante que no previese que iba a tener esa contestación que ha tenido, que iba a generar todas las polémicas que ha generado, porque este asunto aquí ha tenido muy poca repercusión para todo lo que ha provocado en el interior de México. Aquí no nos fiamos en eso, establecemos ese parámetro absurdo de “relaciones bilaterales”.
Somos muy torpes y no aceptamos que en las democracias hay determinadas ideas que no pueden tener cabidaElvira Roca Barea
D.V.: ¿Qué opinión le merece esta leyenda negra que el independentismo catalán está intentando crear por boca de Carles Puigdemont en Bruselas y demás interesados en vender que España no es una democracia real?
E.R.B.: Elegimos no enfrentarnos a este problema heredado que tiene causas muy comprensibles, cualquier hegemonía que se dilata en el tiempo durante muchísimos siglos genera automáticamente argumentarios contra esa hegemonía. Se eligió no darse cuenta de eso, se dejaron estar las cosas y cualquiera se agarra a esos argumentarios y los reactiva con una enorme facilidad. Yo creo que ahora ellos no han hecho más que avivar las hogueras. Esto ha servido para que muchas personas en España se den cuenta de que es un gran problema que no podemos seguir obviando eternamente.
D.V.: ¿Cómo es posible que en el siglo XXI, con acceso pleno al conocimiento, haya gente que se crea mentiras como que Leonardo da Vinci era catalán o se generen mentiras como las que aparecen en ciertos libros de texto, donde se dice que el Ebro nace en tierras extrañas?
E.R.B.: El discursos racista y supremacista siempre encuentra acogida. ¿Por qué? Porque anida en el arquicerebelo, en la parte más primitiva del ser humano, aquella que no requiere de discurso racional. Entonces, si uno echa esa mercancía a rodar siempre encontrará quien la coja y, en este caso, lleva cultivándose durante muchísimo tiempo. Esto empieza en el siglo XIX y ha tenido muy poca contestación.
En las últimas décadas, prácticamente ha tenido a su servicio medios de comunicación, un sistema educativo y un presupuesto a su servicio. ¿Cuánto tiempo pensábamos que iba a tardar esto en asomar la patita? Nos hemos negado a aprender las lecciones de lo que le pasó en la Segunda República y hemos reproducido el esquema territorial que la llevó a un callejón sin salida. Somos muy torpes y nos negamos a aceptar que en las democracias hay determinadas ideas y esquemas que no pueden tener cabida, porque si lo tienen destruyen la democracia.
D.V.: ¿Ve una solución a largo o corto plazo para el tema catalán?
E.R.B.: No es el tema catalán, es el tema nacionalista. Los catalanes son muchos más y son mucho más que esta especie de tribu identitaria que ha pretendido adueñarse de este territorio. Han conseguido adueñarse del nombre de Cataluña y hacer invisible a la gente que no son como ellos. Por supuesto que este problema tiene solución, entre otras razones porque esto no lleva más que al disparate. Conforme va ahondándose la catástrofe, las soluciones irán apareciendo.
El nacionalismo en Cataluña no tiene fuerza suficiente para controlar todo el territorio. Ellos lo saben, saben que han perdido y ahora están en la gestión de la derrota. Me temo que, como siempre, España será muy generosa en esa derrota y dejará a esos enemigos de nuestra democracia en condiciones de seguir molestando.
D.V.: Siempre se generan debates sobre la Guerra Civil en nuestro país, cuando ya ambos bandos se perdonaron y de nuevo la izquierda vuelve a resucitar a Franco. ¿Usted cree que conseguirán sacarlo, finalmente, del Valle de los Caídos?
E.R.B.: La izquierda siempre resucita a Franco, cada cierto tiempo. Lo que tengo claro es que no van a sacar a Franco del Valle de los Caídos, porque, si no, no pueden volver a sacarlo. Si acabas con el teatrillo, el año que viene no lo puedes volver a reeditar.
Me temo que España será muy generosa en la derrota del independentismo y dejará a esos enemigos de nuestra democracia en condiciones de seguir molestandoElvira Roca Barea
D.V.: ¿Tiene la sensación de que la izquierda quiere apoderarse de la historia y del feminismo?
E.R.B.: Lo del feminismo es reciente. En cuanto a lo de la Ley de Memoria Histórica, el legislar a golpe de memoria, que es algo disparatado, viene encajado en una tendencia moderna que es la gestión del cerebro humano, que ha ido a más en los últimos tiempos y alcanza límites demenciales. Estamos conviviendo con tiempos muy gaseosos, en la medida en que hay demasiada gente sobrealimentada y muy aburrida. Entonces, cuando esta gente se aburre se dedica a crear problemas. Si no existen, los inventan: necesitan causas por las que vivir, algo como que Dios no existe y necesitan algo noble y trascendente que dé sentido a su vida, así sea la vida de los animales o cualquier cosa. El ser humano lleva muy mal su propia mediocridad y su propia finitud, y entonces, al final, termina jugando con las cosas de comer. Aparecen estas ideologías tóxicas que son sustitutos de la religión, porque como tiene mala prensa… Pero tienen todas sus características, ¿eh?: sus catecismos, sus dogmas, sus pecados y hasta su lenguaje y oraciones, pero de muy poca calidad.
D.V.: Parece que España está en constante revisión, ¿este país tiene solución?
E.R.B.: Nuestro país no tiene por qué tener solución, porque todo el mundo tiene problemas y unas veces aciertas y otras yerras. Es lo que sucede en la historia del mundo. No conozco ningún territorio en la historia de la humanidad que permanezca inmutable y perfecto todo el tiempo, hay momentos mejores y peores. Esa actitud de España tiene o no solución es noventayochista y muy casposa.