Cándida Filgueira Arias | 07 de junio de 2019
Las diferencias en los exámenes de las distintas comunidades autónomas provocan una desigualdad entre los estudiantes.
¿Quién ha dicho que las reválidas ya no son reválidas? En estos días y en las diferentes comunidades autónomas, se están desarrollando los exámenes de lo que, desde hace ya tiempo, se denominó Selectividad, y que en la actualidad se ha designado con diferentes acrónimos tales como, EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad), EvAU (Evaluación para el Acceso a la Universidad), PBAU o PAU.
Pero, ¿tenemos claro cómo se planifica? Para que nuestros estudiantes puedan acceder a la amplia oferta académica universitaria española, se ha establecido una calificación mínima de acceso por titulación y está determinada en función de la demanda registrada, es decir, a mayor demanda más alta es la nota mínima de acceso a X estudios, estableciéndose en función de la relación directa entre las plazas disponibles y el número de alumnos que soliciten dichos estudios.
En algunas comunidades, como la de Baleares, se puede superar la prueba con 13 faltas de ortografía
Recordemos que el resultado de estas pruebas de acceso a la universidad constituye el 40% de la calificación final, junto con el 60% asignado por el centro donde el alumno haya cursado el Bachillerato, y cuya ponderación determinará el acceso o no a los estudios elegidos.
Con todo, lo que sí queda claro es que, un año más, se repiten los nervios y situaciones de ansiedad por parte de los casi 300.000 estudiantes españoles, alumnos de Bachillerato, que este año afrontan las pruebas de cuatro materias troncales y que se van a valorar con una puntuación de 0 a 10. Además, hay que tener en cuenta que se añade un examen de lengua cooficial en aquellas comunidades que la tengan.
Por otro lado, aquellos alumnos que necesiten obtener notas más altas pueden presentarse a otras dos materias optativas del Bachillerato que hayan elegido; de esta manera, tendrán más posibilidades de poder acceder a los estudios deseados o quizás más demandados.
Sin embargo, muchas son las diferencias que se registran en función de la comunidad autónoma a la que se presenten los estudiantes, oscilando entre el precio de las tasas, pasando por diferentes exámenes, criterios de corrección y diversidad de notas e incluso respecto a los criterios de corrección ortográfica, siendo más permisivas en algunas comunidades, como la de Baleares, donde se puede superan la prueba con 13 faltas de ortografía. Por el contrario, la más duras son Cataluña, que descuenta 0,1 por cada error, sea del tipo que sea, sin limitación y la Comunidad de Madrid, que resta menos 0,5 puntos.
Las diferencias son tan ostensibles en función de la heterogeneidad autónoma que en alguna de ellas no se evalúan bloques de contenido (conocimiento de la lengua o discurso literario); sin embargo, en otras comunidades sí que están presentes.
Como bien sabemos, en España las competencias en materia de educación están transferidas a las comunidades autónomas y por eso las pruebas de Selectividad no son iguales en todo el país, pero ¡cómo no tener nervios! No solo por la superación del examen y la obtención de la calificación adecuada de acceso, sino por el agravio comparativo que se establece respecto al grado de dificultad de superación de la prueba según la comunidad autónoma.
Los resultados evidencian no ser homogéneos, puesto que las mejores calificaciones por comunidad no necesariamente coinciden con el mejor nivel de calidad y eficiencia registrado durante la ESO o el Bachillerato a través de pruebas externas.
Aunque la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) se ha pronunciado en contra, es necesario garantizar la equidad de resultados en las diferentes comunidades autónomas, realizando un modelo unificado de examen o bien realizando distintas pruebas de acceso en función de las carreras a las que se vaya a acceder, porque, si no se cambia el sistema, las autonomías que en principio tenían un cierto nivel de exigencia podrían rebajar dichos estándares y, por otro lado, se estaría potenciando un turismo académico entre autonomías, buscando el examen más fácil y de más alta calificación.
En efecto, turismo académico inter y extraterritorial, puesto que otros estudiantes que no han conseguido la nota adecuada para acceder a la carrera deseada se están trasladando a países extranjeros y se matriculan en los estudios a los que no han podido acceder en España para cursar los primeros años y, posteriormente, solicitar el traslado de expediente a un campus español.
Así pues, hay que asegurar la igualdad de oportunidades, garantía de equidad, y no potenciar situaciones que complican el desarrollo y la formación de nuestros futuros profesionales que conformarán la sociedad del mañana.
Análisis de las propuestas en materia de política educativa de los cinco principales partidos nacionales.