Pablo Gutiérrez Carreras | 27 de junio de 2019
«Manual de crítica de cine» es una obra que ofrece una visión amplia y profunda de las películas para entenderlas desde dentro.
Paul Williams, uno de los grandes biógrafos de Bob Dylan, decía que la labor del crítico es “ensanchar la obra del artista”. Difícilmente se encontrará una definición más noble del humilde oficio del crítico. Para ensanchar la obra de alguien se requieren algunas herramientas, en este caso conceptuales. La crítica, sea musical, literaria, de arte, de cine… es algo que va mucho más allá de la reacción primaria de “me gusta” o “no me gusta”, “esa peli es malísima”, etc. Un crítico, si se toma en serio el oficio, admite, aun implícitamente, la primacía absoluta -cronológica en primer lugar- de la obra sobre la que va a ejercer la crítica, y la considera seriamente.
Manual de Crítica de Cine
Juan Orellana, María Ángeles Almacellas, Ninfa Watt
CEU Ediciones
260 págs.
17,10 €
Lo que CEU Ediciones nos presenta en este volumen es una pequeña joya, con un kit de estas herramientas conceptuales a disposición del crítico. Los autores son, los tres, profesores y críticos de cine, con dilatada experiencia y carrera en la crítica: tanto en prensa en papel, digital, radio y televisión. Los tres, además, tienen formación filosófica, y los tres tienen el buen gusto de escribir para que se les entienda.
El libro se divide en tres partes: la primera, la explicación de en qué consisten las técnicas que se ponen en juego para contar una historia a través del formato cinematográfico. Aunque estamos acostumbrados al lenguaje cinematográfico de hoy, no deja de ser necesario conocer cuáles son las herramientas que tiene a su disposición un director para transmitir su mensaje. Así, se nos presentan las formas o recursos para señalar al espectador dónde quiere que concentre su atención en un determinado plano, o cómo debe entretejerse la música en la planificación del filme.
Muy sucintamente, pero con gran eficacia, entendemos el papel que juega la elección de un tipo de plano u otro, si el paisaje se hace protagonista en una gran plano general o si un leve gesto facial en un plano de detalle puede ser el elemento decisivo en la conciencia de un personaje; esta primera parte nos ayuda a entender mejor la composición de cada fotograma, pues en el buen cine nada es casualidad; nos enseña cosas como la existencia y la importancia de elementos no visibles en pantalla, pero fundamentales para entender lo que sucede, que podemos entender con un determinado movimiento de cámara, etc. Muchas de estas cosas a la persona acostumbrada a ver buen cine le resultan familiares, pero la lectura de este manual le aporta una visión más amplia y más profunda de cada película.
El segundo bloque trata, básicamente de la aventura humana que hay en cada película. Ofrece una serie de claves antropológicas para desentrañar el valor humano de la historia que se cuenta en cada película pues, ante todo, toda película es resultado de una serie de decisiones que se toman desde una determinada visión del hombre. Esta segunda parte, que ayuda al espectador a comprender la humanidad o la degradación de cada personaje, parte de esquemas conceptuales desarrollados por el filósofo español Alfonso López Quintás, esquemas de gran utilidad para una pedagogía del cine.
Este esquema no es ni el único válido ni será del agrado de todos, pero no cabe duda de que aporta elementos conceptuales útiles a quien quiere ver el cine de un modo más profundo. Es un modo sencillo de aprender a estudiar la grandeza y miseria del hombre, de la mano del gran maestro español.
Toda película es resultado de una serie de decisiones que se toman desde una determinada visión del hombre
Por último, en la tercera parte encontramos algunas claves para comenzar a hacer crítica de verdad, que es algo distinto al comentario entre amigos sobre una u otra película. Sin ofrecer recetas fijas, porque cada crítico tiene su propia historia y su propio bagaje, esta parte ayuda a lograr una crítica equilibrada, que contenga una parte relativa a los datos básicos del filme (ficha técnica, producción, etc…), un análisis de su contenido que tenga en cuenta los aspectos técnicos y humanos, así como la opinión personal, donde el crítico debe mojarse, para ayudar a sus lectores a forjarse una opinión y eventualmente tomar una decisión sobre si merece la pena gastar dinero y tiempo en ver la película.
La grandísima aportación del libro no es, a pesar de la literalidad del título, la ayuda que brinda a los que quieran ejercer la profesión a tiempo completo de crítico de cine, sino lo que aporta a tantos miles de educadores que encuentran en el cine la posibilidad de avanzar en el conocimiento de qué es el hombre y dónde residen su grandeza y su dignidad.
La profesión de crítico es ya una rara avis, pues el crítico de cine, salvo excepciones, lo es a tiempo parcial, y casi más de modo entusiasta que profesional, máxime ahora que uno puede ensanchar la obra del artista desde un sencillo blog y alcanzar, desde su casa, a lectores de todo el mundo.
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