Rafael Sánchez Saus | 04 de julio de 2019
El libro recoge los argumentos de un sector de la historiografía española, ni único ni carente de un sesgo ideológico que el lector descubrirá con sentido crítico.
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Una de las consecuencias del aislamiento intelectual de España durante muchos años ha sido, en el campo de la historia, la inusual presencia de extranjeros entre los más destacados investigadores de nuestro pasado. Es este un fenómeno que ha tenido, entre tantos efectos positivos, uno, al menos, negativo. Se trata de la inhibición de los historiadores españoles a la hora de escribir grandes síntesis sobre periodos amplios de la historia peninsular, de modo que a menudo se abandona este aspecto capital para la formación de la opinión de los ciudadanos y para la imagen exterior de España.
Reinos de fe. Una nueva historia de la España musulmana
Catlos, Brian A.
Ediciones de Pasado y Presente
499 págs.
37 €
Ese problema no parecen tenerlo muchos hispanistas, quienes no están dominados por el temor a que se les reprochen las inevitables lagunas que parecerían imperdonables en un español. Quizá por ello las grandes síntesis de historia de España, hasta hoy, suelen ser obra especialmente de franceses y anglosajones, en una medida que no se da en ninguna otra historiografía avanzada de Occidente.
Sin embargo, es frecuente que estos autores, casi siempre dotados de visión general y capacidad de inserción de la historia particular en los grandes procesos, no posean la misma hondura de conocimientos y capacidad de comprensión en todos los aspectos y momentos que abordan. Y este libro que nos ocupa, cojo en más de un tema y trufado de pequeños o grandes errores concretos, es buena prueba de ello.
Brian A. Catlos es un medievalista formado en Toronto y profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de Colorado que hace ya quince años publicó un libro sobre las relaciones entre moros y cristianos en la Corona de Aragón entre 1050 y 1300, y después ha escrito sobre temas mucho más amplios, vinculados a esas mismas relaciones en el ámbito mediterráneo.
Brian A. Catlos es un medievalista formado en Toronto y profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de Colorado que hace ya quince años publicó un libro sobre las relaciones entre moros y cristianos en la corona de Aragón entre 1050 y 1300, y después ha escrito sobre temas mucho más amplios, vinculados a esas mismas relaciones en el ámbito mediterráneo.
El año pasado publicó la versión original inglesa de este Reinos de fe, una síntesis de la presencia musulmana en España desde el 711 a la expulsión de 1614, que inmediatamente ha sido objeto de traducción y cuidada edición, además de merecer un excelente prólogo de uno de los, él sí, mejores conocedores de la historia de al-Andalus, Eduardo Manzano. Basta saber estos detalles para comprender que no estamos ante un producto historiográfico al uso, sino ante una operación que persigue mucho más
El libro de Catlos es un buen libro, pero todo en él anuncia el intento de establecimiento de un nuevo relato canónico y hegemónico sobre al-Andalus
Uno de los hechos que explican el arrojo de los estudiosos foráneos para la síntesis histórica es el aura de prestigio que todavía concedemos en España a todo lo que nos venga de fuera. Ese plus hace mucho más fácil que sus interpretaciones prevalezcan y gocen de una aceptación y difusión que se presta a muy pocos indígenas. Digamos ya, que es hora, que el libro de Catlos es un buen libro, pero todo en él anuncia el intento de establecimiento de un nuevo relato canónico y hegemónico sobre un tema hoy en plena ebullición interpretativa como es al-Andalus.
Para ello se vale, en primer lugar, de una escritura ágil y atractiva y, sobre todo, de una muy selectiva incorporación de los avances de la investigación en los últimos años. Catlos, como se hace patente en las escasas páginas dedicadas a mencionar sus fuentes en un libro que prácticamente carece de notas, ha privilegiado sin rubor la historiografía de carácter más “progresista”, algo que en este campo concreto de estudio significa, a la vez, islamófila y negacionista de España como realidad histórica reconocible hasta fechas muy próximas o incluso hasta hoy.
Eso no representa ningún problema para Catlos por dos motivos: primero, en ese sector historiográfico militan autores importantes y solventes que le permiten articular una historia sesgada pero convincente (sobre todo para los previamente convencidos); en segundo lugar, esa es patentemente su misma visión del periodo y de la realidad histórica española.
Con este libro, pues, se pretende hacer pasar como canónico, indiscutible, objetivo, equilibrado, veraz y desapasionado un relato, bien construido sin duda, que recoge punto por punto todos los argumentos de un sector de la historiografía española respetable, pero ni único ni carente de un sesgo ideológico, por el que a menudo cruje todo el andamiaje si el lector tiene el sentido crítico suficiente.
Como Eduardo Manzano reconoce en el prólogo, este libro pretende desacreditar lo que llama “rancios postulados y trasnochados enfoques historiográficos”, desprenderse de las “identidades” que han dado lugar al sustrato de las naciones modernas, en este caso España, y avanzar en una visión basada en la “pluralidad”. Para que no quede lugar a dudas de lo que eso implica, la conclusión es que mientras que las sociedades cristianas medievales se cerraban al otro, en las musulmanas la “convivencia” era posible. Cierto es que, al menos, ya nadie, tampoco Catlos, se atreve a presentar esa pretendida “convivencia” como idílica. Algo, ciertamente, se avanza.
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