Hilda García | 15 de julio de 2019
Lola Herrera brilla en el largo monólogo de «Cinco horas con Mario», una obra imprescindible de Miguel Delibes que critica la ambigüedad moral de la clase media.
Cuarenta años no es nada. Que se lo digan a Lola Herrera (Valladolid, 1935). Casi cuatro décadas lleva la veterana actriz sumergida en el personaje de Carmen Sotillo, la protagonista de Cinco horas con Mario. La célebre obra en la que el escritor Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) lanzó dardos contra la ambigüedad moral de la clase media española se representa en el Teatro Bellas Artes de Madrid, del 4 de julio al 1 de septiembre de 2019.
Dirigida por Josefina Molina, la acción comienza tras la repentina muerte del marido de Carmen, Mario Díez. Una vez que la familia y los amigos abandonan el velatorio, la viuda se queda a solas con el cuerpo de su esposo durante toda la noche.
Carmen inicia entonces un largo monólogo, cargado de reproches y de interpelaciones a su marido. En su discurso se entremezclan recuerdos de sus años de matrimonio, acusaciones y confesiones que nunca se había atrevido a hacer.
Marido y mujer son como la noche y el día. Ambos quedan espléndidamente retratados por Delibes y ninguno de ellos sale bien parado.
Carmen es una dama burguesa que destila clasismo y racismo. Materialista y superficial, se deja llevar por las apariencias y deslumbrar por la riqueza. Desprecia la cultura y considera absurdo que la mujer estudie.
La discriminación de la mujer es un error que ha castrado su iniciativa, inteligencia e imaginaciónMiguel Delibes, escritor
Presa de la frustración, la protagonista se lamenta de su pasado, de los sueños rotos, de lo que pudo haber sido y no fue. Recuerda su juventud, los momentos vividos junto a otros pretendientes más acomodados y, sobre todo, la falta de comunicación con su esposo.
En el otro extremo está Mario, un intelectual que trabajaba como catedrático en un instituto. De origen más humilde que su mujer, era un hombre inconformista y con conciencia social. Idealista y generoso, prescindía de lujos por solidaridad con los desfavorecidos. Pero también fue un marido ausente y ajeno por completo a las necesidades de su esposa.
Publicada en 1966, Cinco horas con Mario es fiel reflejo de la mentalidad de una época: el desarrollismo de la última etapa del franquismo. A lo largo del soliloquio, salen la luz temas propios del contexto político e histórico, pero también otros universales.
La obra contiene una crítica de la sociedad contemporánea, que puede hacerse extensiva a la de todos los tiempos. A pesar de que Carmen es una mujer conservadora y “virtuosa”, Delibes no duda en poner en su boca dardos contra la religión. Se lamenta del acercamiento del Concilio Vaticano II a los más necesitados y considera que a Juan XXIII el papado le quedaba grande.
Aunque la novela está ambientada en la década de los 60, es una historia atemporal. El paso de los años, la mentira, el amor o el arrepentimiento son asuntos de hoy y de siempre que aborda la obra. Corren otros tiempos para la mujer, pero las relaciones humanas no cambian.
Decir que Lola Herrera está sublime es algo tan evidente que podemos ahorrarlo. La premiada actriz está soberbia en cualquier papel que interpreta y Cinco horas con Mario no es una excepción. Llora, ríe, se levanta, gravita por el escenario con elegancia, se sienta, bebe café, tira a la papelera recuerdos de su vida…
El personaje de Carmen abrió puertas en mi vida que yo, sin ser consciente de ello, tenía completamente cerradasLola Herrera, actriz
La excelente dirección de Josefina Molina evita el peligro de que un monólogo tan extenso resulte tedioso. Por el contrario, la obra mantiene un ritmo ágil con ese lenguaje coloquial que tan bien dominaba Delibes. La ironía y la mordacidad del texto, que además está adornado con reiteraciones, restan dramatismo a la trama.
El decorado, de paredes negras y escasa luz, representa una estancia de la casa del matrimonio. Tiene solo un buró con una máquina de escribir, un termo y algunos objetos más. Varias sillas y un ataúd de color rosa, que contrasta con la oscuridad del ambiente, completan el ornamento.
Cinco horas con Mario, considerada una de las mejores novelas en lengua española, no pasa de moda. Es una obra imprescindible que todo el público debería ver.
Tras casi cuarenta años, serán las últimas funciones de Lola Herrera en el papel de Carmen, de modo que no pierdan la oportunidad de observar a la estrella brillando en todo su esplendor. Tras la marcha de Arturo Fernández, la pucelana es una de las pocas representantes de esa generación de actores de raza que marcó una época.
El enlace Delibes-Herrera, dos ilustres vallisoletanos, será siempre recordado. Es todo un placer disfrutar de Cinco horas con Mario y de ochenta minutos con Lola.
Luces: simplemente Lola.
Sombras: se agradecería que el texto fuera algo más constructivo, pero don Miguel es don Miguel…
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