Javier Pérez Castells | 30 de agosto de 2019
La listeriosis era más frecuente en Estados Unidos que en Europa hasta los años 90 en que empezó a crecer en Europa debido a los cambios en la forma de alimentación
Mientras las distintas administraciones aprovechan para sus guerras políticas habituales, parece que la principal culpable ha sido la empresa
Todas estas modas de lo artesanal, lo bio, lo orgánico… a lo mejor esconden procesos en los que los alimentos no se han tratado correctamente
Comer fuera de casa. Una oportunidad para incrementar la variedad
La listeria es una bacteria de esas que están por todas partes. Es relativamente fácil que contamine la comida si no se trata y se manipula correctamente. Ocurre especialmente con alimentos que se toman crudos como las verduras, o los que no están tratados como los patés sin pasteurizar o los quesos frescos y demás productos lácteos no pasteurizados. Si la comida contaminada se ingiere, la bacteria penetra por el tracto intestinal causando infecciones sistémicas que pueden llegar a ser muy graves, incluyendo la sepsis, meningitis y encefalitis.
Quiero destacar que hoy es el primer día sin ningún nuevo caso por el brote de listeria. Un dato muy esperanzador que indica que estamos en un momento de inflexión de este brote. @saludand pic.twitter.com/Q7sVH93nq1
— Juanma Moreno (@JuanMa_Moreno) August 28, 2019
En personas con problemas de salud, niños no nacidos o recién nacidos, y personas muy mayores que tengan sistemas inmunológicos comprometidos estas infecciones pueden ser fatales. Una persona sana infectada con listeria puede sufrir diarrea y fiebre sin que el cuadro sea excesivamente grave. Pero incluso en personas sanas y, sobre todo, si pertenecen a los grupos de riesgo aludidos, la bacteria puede penetrar en el sistema nervioso central y alojarse en el cerebro, lugar por el que tiene predilección, produciendo encefalitis o meningitis con los consabidos síntomas de dolor de cabeza, rigidez de cuello e incluso convulsiones.
Una persona sana infectada con listeria puede sufrir diarrea y fiebre sin que el cuadro sea excesivamente grave
Como todas las infecciones bacterianas, se trata con antibióticos. Los más indicados son: la ampicilina que es un beta-lactámico bien conocido y la gentamicina que es un aminoglucósido. Son tratamientos prolongados que suelen requerir hospitalización. En cuanto a la prevención, lo mejor es consumir productos bien envasados y bien tratados para su buena conservación. Insistiremos una vez más en que todas estas modas de lo artesanal, lo bio, lo orgánico y demás reclamos, a lo mejor esconden procesos en los que los alimentos no se han tratado correctamente y pueden estar contaminados.
La química nos salva de todos estos problemas, no hagan caso de esta manía de denostar los productos químicos. Sin la higiene y la química no sobreviviríamos sanos mucho tiempo.
El tiempo de incubación ronda los veintitantos días y esto es un problema porque cuando el brote se descubre hay una ventana durante la cual se ha podido contaminar mucha gente
La listeriosis era más frecuente en Estados Unidos que en Europa hasta los años 90 en que la situación empezó a cambiar, creciendo en Europa debido a los cambios en la forma de alimentación. El uso más extendido de comida procesada y precocinada fuera de casa puede ser causa de este aumento de casos. Particularmente se han triplicado los casos en los últimos años con brotes como el de Mánchester el año pasado, que parece que fue ocasionado por verduras procedentes de Hungría y el actual de Andalucía.
La bacteria se toma su tiempo para llegar a provocar síntomas evidentes. El tiempo de incubación ronda los veintitantos días y esto es un problema porque cuando el brote se descubre hay una ventana durante la cual se ha podido contaminar mucha gente. Este es el motivo de que haya habido tantos afectados en el actual brote de Andalucía, uno de los más graves, solo comparable al que tuvo lugar en 2011 en Estados Unidos.
El horno de cocción de la carne no alcanzaba los 84° que aseguran la muerte de la bacteria, la cual muere a 75o, y por eso ha podido proliferar allí
La bacteria se encontraba en el horno de cocción de la carne mechada de una empresa sevillana llamada Magrudis de reciente creación y que había crecido mucho en sus ventas. Éste rápido crecimiento le llevó a ampliar la fábrica sin autorización ni visita de la misma por parte de las autoridades. Se cree que el horno de cocción de la carne no alcanzaba los 84° que aseguran la muerte de la bacteria, la cual muere a 75o, y por eso ha podido proliferar allí.
Mientras las distintas administraciones aprovechan para sus guerras políticas habituales, parece que la principal culpable ha sido la empresa. Una falta de rigor en la fabricación de la carne y también el fallo en sus sistemas de control de calidad, que se están investigando por parte de las autoridades y la fiscalía. Han fallecido tres personas ya, todas con problemas previos de salud y se han producido dos abortos como consecuencia de la infección. Es esperable que surjan todavía algunos casos nuevos en las próximas semanas pero la el brote parece que entra en fase de declive, aunque todavía quedan 83 personas hospitalizadas de las cuales 28 son embarazadas.
Estas últimas preocupan, pues la bacteria prolifera en el útero e infecta al bebé pudiendo producir partos prematuros o incluso la muerte del niño. A pesar de que la seguridad alimentaria en España es muy alta, las costumbres de comer cada vez más fuera de casa y consumir comida preparada y procesada con mayor frecuencia, pueden hacer que en el futuro este tipo de brotes sea algo más frecuente.
El viajero se enfrenta a peligros biológicos tales como bacterias, virus y parásitos. Lo más aconsejable es prevenir antes que curar.
La alimentación consciente es muy útil para controlar el peso y desarrollar una mejor relación con la comida. La aplicación de las técnicas de atención plena es compatible con cualquier dieta saludable y puede reducir las ingestas de tipo emocional.