El Debate de Hoy | 02 de mayo de 2020
La periodista de El Mundo analiza la situación de los medios durante y después de la pandemia. Es la segunda invitada del pódcast «Y, ahora, ¿qué?»
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Lucía Méndez, periodista de El Mundo, comenta en «Y, ahora, ¿qué?» la situación del país en tiempos del coronavirus y el futuro que nos espera. Además, hace hincapié en los problemas que sufrirá el periodismo en la crisis que dejará la pandemia.
A continuación, puedes leer un extracto de la entrevista que encontrarás completa en los canales habituales: iVoox, Spotify, Apple Podcast, Google Podcast y YouTube.
Pregunta: Y, ahora, ¿qué?
Respuesta: Yo creo que, en este momento, si hay alguna enseñanza que podamos sacar de esta experiencia que estamos viviendo es que hay que ser humildes. ¿Cómo vamos a saber lo que va a pasar? Yo sé que el ser humano necesita certezas, yo soy la primera a la que le gustaría tener certezas, seguridades, que las autoridades nos dijeran qué va a pasar… pero creo que es muy difícil pronosticar cómo va a ser nuestra vida. Creo que va a ser distinta, que los periodistas vamos a sufrir mucho porque va a venir una crisis, que seguramente ya estaba larvada porque tiene que cambiar el modelo, y que esto solo ha hecho que acelerarla.
Y, desde el punto de vista generacional, pienso en nuestra generación, que jamás ha tenido un contacto tan brutal con la enfermedad, la muerte y el drama que estamos viviendo. Y siento que los más jóvenes estén viviendo esta experiencia. No sé qué resultado tendrá sobre la sociedad española y sobre los jóvenes este “entrar la muerte” en casa y en la vida.
P.: ¿Los cambios que se avecinan serán para siempre?
R.: No creo que esto sea una coyuntura. Esto va a ser largo. La adaptación social y económica se producirá, pero no sabemos cuánto durará. No creo que esto sea cuestión de meses, ni siquiera de años. Si los niveles de paro y desigualdad son los que adelantan los organismos internacionales, podríamos alcanzar un 30% de desempleo. Esos niveles van a cambiar las costumbres de la sociedad. Creo que la gente va a ser más austera, se producirá un parón en el consumo de cosas que no son exactamente necesarias, la gente que pueda ahorrará, como hacían nuestros padres y abuelos “por lo que pueda pasar”, porque ya ha pasado algo muy gordo.
P.: ¿Las grandes empresas periodísticas van a tener fuerza para dar la batalla a las redes sociales, los mensajes de WhatsApp y todo ese tipo de información?
R.: Las que más van a sufrir son las grandes cabeceras, ya llegamos en un momento de tormenta perfecta, con crisis tecnológica, financiera y de modelo de negocio. No hemos encontrado una manera de monetizar los contenidos en la web y esto puede ser una especie de puntilla. Las grandes cabeceras van a sufrir más que los medios pequeños.
Creo que las cabeceras han perdido una gran capacidad de influencia, los años en los que marcábamos la agenda política están muy lejos y la cuestión de las redes sociales nos ha semiemborrachado. Nuestros contenidos son demasiado deudores de las redes sociales y nuestro estilo viene marcado por lo que nos obligan a ser las circunstancias, y además se ha producido un aumento exponencial del periodismo-activismo político, y eso está desgastando nuestro prestigio.
Me pregunto cómo el público va a discriminar entre los periodistas del corazón, los del hígado y los políticos si nos sentamos todos en los mismos sitios.
P.: Hablemos del periodismo de opinión y de los tertulianos, que han visto cómo en las últimas semanas eran víctimas de la hemeroteca y del “solo era una gripe”.
R.: En este encierro he tenido muchas veces la sensación de ser un poco parásito. Nuestra actividad ha sido considerada esencial en el estado de alarma, pero ¿hasta qué punto somos necesarios y esenciales? Necesario y esencial será el que está informando sobre el nivel de la pandemia, pero ¿son las opiniones políticas esenciales e importantes? Yo cómo voy a opinar sobre el impacto del coronavirus, estudios de seroprevalencia… si yo no soy nada de esto. ¿Yo cómo voy a considerar si es bueno o malo el plan de desescalada del Gobierno? Si yo no sé de eso. Yo puedo opinar de una ley, un debate parlamentario, pero ¿cómo opinar de la vuelta a la normalidad?
Por eso, a mí me pareció muy inconveniente que al pobre Lorenzo Milá lo convirtieran en una persona de referencia por decir en una crónica que esto era una gripe. Él dijo lo que dijo, pero convertir a un periodista en una referencia sanitaria fue terrible. Le han hecho una faena a un gran periodista. ¿Quién se la hizo? Los políticos, los propios compañeros… no podemos convertir a los periodistas en la referencia en una crisis de salud pública porque no somos expertos, tenemos que dejar hablar a los expertos.
El periodista de ABC es el primer invitado a «Y, ahora, ¿qué?», el nuevo pódcast de eldebatedehoy.es que analizará la realidad que nos deja el coronavirus.
Pódcast especial de «Cultura y Debate» con lecturas y series para sobrellevar la crisis del coronavirus y el encierro sanitario impuesto.