Hilda García | 15 de junio de 2020
«El proyecto surgió durante el confinamiento, quería aportar algo a esta crisis sanitaria», confiesa la veterinaria. La investigadora y profesora del CEU ha creado un test PCR con un coste de entre 15 y 20 euros que pronto se probará en humanos.
«Lo que quiero es poner en valor la ciencia, no vender test». Con este propósito, la veterinaria Consuelo Rubio Guerri ha diseñado una prueba de PCR para la detección del coronavirus SARS-CoV-2, mediante el empleo de sondas de una biblioteca comercial que permiten rebajar su coste. Un proyecto que puede contribuir a paliar la pandemia y a salvar muchas vidas.
A pesar de su juventud, la profesora asociada del Departamento de Farmacia de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia tiene una dilatada experiencia investigadora. Experta en virología marina, durante 10 años ha trabajado en diagnósticos de virus de ARN en delfines. Compagina su faceta docente con la coordinación del departamento de Investigación de la Fundación Oceanogràfic de la Comunidad Valenciana.
Consuelo Rubio nos explica cómo surgió su proyecto, en qué consiste y de qué manera se va a poner en marcha.
Pregunta: ¿Qué es la técnica PCR y por qué su coste es tan elevado?
Respuesta: La PCR (reacción en cadena de la polimerasa) es una técnica con la que se detecta la presencia del material genético del virus. Es muy sensible y específica y, por tanto, de gran utilidad para saber si una persona es positiva o no. Lo bueno que tiene esta técnica es que permite conocer cuál es la carga viral de un paciente, es decir, el virus que está transmitiendo.
Su elevado coste se debe al uso de unas sondas -que, básicamente, es material genético complementario al del virus marcado con un fluoróforo-, que hacen que la técnica resulte tan eficiente.
P.: ¿En qué consiste el test PCR para la detección del coronavirus que ha diseñado?
R.: La PCR que se está utilizando en todos los hospitales emplea tres sondas, que es lo más caro de la técnica. Estas sondas son zonas complementarias al ARN del virus.
El test que he diseñado se basa en el uso de sondas comerciales, en lugar de emplear las sondas usadas tradicionalmente, con lo cual se abarata el proceso.
Para explicarlo de manera gráfica, las sondas son como llaves, que tienen un diseño complementario al espacio de la cerradura. Las que se utilizan en los hospitales son llaves hechas a medida para cada puerta y, por tanto, resultan más costosas. Sin embargo, las sondas comerciales son como una llave maestra, que sirve para todas las cerraduras.
El test que he diseñado se basa en el uso de sondas comerciales, en lugar de las sondas tradicionalmente usadas, lo cual abarata el proceso
P.: ¿Cómo surgió el proyecto?
R.: Surgió durante el confinamiento, mientras estaba en casa sintiendo que quería aportar algo a esta crisis sanitaria. Pensé que podía hacer mucho por los pacientes y tuve la necesidad de ayudar.
Tengo conocimientos sobre la materia, pues llevo 10 años trabajando con virus. Entonces se me ocurrió aplicar una técnica que yo había publicado hace unos años en un virus ARN de delfín a SARS-CoV2.
P.: ¿Qué ventajas ofrece el test que usted ha creado sobre otros similares?
R.: La principal ventaja es el abaratamiento de la técnica, sin perder sensibilidad ni especificidad. Para que una PCR sirva, tiene que tener sensibilidad y especificidad del 98-99%. Estamos trabajando para que no se pierdan estas dos características, que son esenciales.
Pensé que podía hacer mucho por los pacientes y tuve la necesidad de ayudar
P.: ¿Cuál es el coste de su test y cómo ha logrado que sea tan reducido?
R.: El coste actual de los test es elevado. En nuestro caso, esperamos que se pueda reducir al 50%, gracias al empleo de sondas comerciales. Yo pretendo abaratarlo a 15-20 euros como máximo, pero no se podrá concretar hasta que el proyecto esté finalizado.
P.: ¿En cuánto tiempo se obtienen los resultados del test y cuál es su grado de fiabilidad?
R.: Esperamos obtener los resultados en 2 horas, más o menos, con alta sensibilidad y especificidad. Como he comentado, el 98-99% es lo ideal.
P.: ¿El test es capaz también de detectar si el paciente está inmunizado?
R.: No, este test solo sirve para ver si en ese momento está dispersando el virus o no.
Mi objetivo no es sacar beneficio, sino ayudar en esta crisis sanitaria. No pretendemos patentar el test, lo podrá usar cualquiera que lo desee
P.: ¿Se han realizado ya pruebas en humanos?
R.: Esperamos realizar pruebas en humanos en un mes o mes y medio. Nos pondremos en contacto con la Agencia Valenciana de Innovación y las haremos en los hospitales de Valencia y, después, en los de otras provincias.
Tenemos previsto tener todo listo en septiembre, antes de un eventual segundo repunte, que según los expertos podría ser en octubre o noviembre.
P.: ¿Cuándo y dónde se va a comercializar el test?
R.: Simplemente, lo pondremos a disposición de la Generalitat en cuanto lo tengamos todo a punto, por si quiere implantarlo en los distintos hospitales de la comunidad.
P.: ¿Ha patentado el test o tiene intención de hacerlo?
R.: Mi objetivo no es sacar beneficio, sino ayudar en esta crisis sanitaria. Por eso, no pretendemos patentarlo. Si lo hacemos, el proceso será más lento y no podrá estar a disposición de los hospitales hasta dentro de bastantes años.
En cuanto lo tengamos, lo publicaremos para que se pueda usar por cualquiera que lo desee. Lo que quiero es poner en valor la ciencia, no vender test, sino que se pueda pasar un protocolo y ponerlo a punto en cualquier hospital.
Como científica e investigadora de una universidad, me interesa que se repita en cualquier parte del mundo. En países como Brasil o Chile lo están pasando fatal. Si podemos ayudar a hacer los test más baratos, es algo que aportamos a la pandemia.
En España, no nos han dado demasiada voz a los veterinarios en esta pandemia, a pesar de que el virus procede de un animal
P.: ¿Con qué colaboración ha contado para poner en marcha el proyecto?
R.: He contado con la Universidad CEU Cardenal Herrera, que desde el principio se ha volcado en el proyecto, permitiendo que sea todo muy fácil. Además, este proyecto va a ser posible gracias a la financiación obtenida de la Agencia Valenciana de Innovación, que lo seleccionó entre más de 250.
P.: Como comenta, su proyecto ha sido seleccionado entre los más de 250 presentados a la convocatoria del Sistema Valenciano de Innovación e Investigación para la emergencia contra la COVID-19. ¿Qué ha significado este hecho para usted?
R.: Ha sido una gran oportunidad. Uno de los motivos por los que el proyecto ha tenido más repercusión es porque soy veterinaria y en mi profesión estamos muy familiarizados con las epidemias. En España, no nos han dado demasiada voz a los veterinarios en esta pandemia, cuando en otros países mis colegas de profesión han formado parte de los comités de asesoramiento. Hay que tener en cuenta que el virus procede de un animal.
Que me den la oportunidad de participar en un proyecto de «humana» me abre las puertas a una línea de investigación. Supone abrir el campo a one health, humanos y animales, porque están relacionados.
La selección del proyecto supone un importante reconocimiento y significa todo, ya que sin financiación es muy complicado llevar a cabo las ideas. Gracias a la Agencia Valenciana de Innovación, podemos desarrollarlo.
Deberíamos adelantarnos a las futuras pandemias y para ello los estudios de investigación en virus zoonóticos son muy importantes
P.: Hasta que tengamos una vacuna o un tratamiento, ¿la mejor manera de frenar el coronavirus y evitar rebrotes son los test masivos?
R.: Exacto, hasta la vacuna, lo más importante es la realización de test para ser conscientes de a qué nos enfrentamos y cuál es la situación real de la enfermedad.
P.: ¿Qué podemos aprender de esta pandemia?
R.: Lo que tenemos que aprender es que hay que estar preparados, porque una simple partícula de nanometros de tamaño puede paralizar un mundo. Por ello, deberíamos adelantarnos a las eventuales pandemias que pueda haber y, en este sentido, los estudios de investigación en virus zoonóticos son muy importantes.
«Todos los integrantes del equipo hemos contribuido de forma altruista con nuestros conocimientos y nuestra dedicación», afirma el catedrático de Anestesiología del CEU. Redondo es uno de los artífices del primer ventilador de turbina para pacientes con COVID-19.
El profesor de Microbiología y Virología de la Universidad CEU San Pablo da las claves para evitar un nuevo brote de la pandemia y presenta su innovador proyecto Rompeolas COVID-19.