Carlos Marín-Blázquez
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia. Actualmente escribe artículos para la revista digital La Controversia y colabora en el podcast cultural "La caverna de Platón". En 2017 apareció en la editorial Sindéresis su libro Fragmentos, una colección de aforismos. La editorial Homo Legens acaba de publicar su segundo libro de aforismos, Contramundo.
De repente, nos hemos percatado de que el lecho de certezas sobre el que se asentaba nuestra comprensión del mundo llevaba demasiado tiempo carcomido por aquellos que han hecho de la política un arte de engaños y maldades.
El héroe representa la excepción en mitad de la corrompida atmósfera de claudicaciones en que tristemente nos hemos acostumbrado a vivir.
Podría decirse que en lo que vivimos ahora es en una clamorosa suspensión de los baremos objetivos con los que en una sociedad sana habrían de sancionarse las conductas más indecorosas.
La prosa de Nicolás Gómez Dávila me cautivó: dura, intransigente, extrañamente monolítica, aunque también -pese a su depurado sesgo conceptista- revestida de una indudable cualidad sensual.
Necesitamos hogares en los que habitar, y no para solazarnos en un egoísmo hermético, sino para crear remansos donde florezca una atmósfera de bienvenida y gocemos de la oportunidad de someter el tiempo de nuestra existencia a un cauce más limpio y humano.
Claudio Magris desliza una crítica, en el fondo demoledora, a la indigencia espiritual de una época que, en pleno proceso de desaprendizaje de las fórmulas que articulaban la vida comunitaria, ha acabado también por desprenderse de sus más sencillos y hondos rituales.
Es ella, la memoria, la que nos inserta en una cadena de transmisiones y crea el sentido de pertenencia a una tradición fundada en la autoridad de sus depositarios.
Los herederos espirituales del «Prohibido prohibir» quedan sujetos a una servidumbre de la que ni siquiera alcanzan a ser conscientes. Están atrapados en su propio espejismo de seres autosuficientes y carentes de arraigo.