Chapu Apaolaza
(San Sebastína, 1977). Periodista, columnista y analista político en diversos medios, entre ellos La Brújula de Onda Cero, La Razón, Diario de Navarra y varias cabeceras regionales de Vocento. Es portavoz de la Fundación Toro de Lidia, corredor de encierros y autor de 7 de julio (Libros del KO). Premio Alcántara de periodismo y premio de Defensa. Es padre de Macarena, Paloma y Javier.
Si la alcaldesa de Gijón se enfadó porque un toro se llamaba ‘Nigeriano’ y otro ‘Feminista’, ahora la Junta de Andalucía pretende retirar de los ruedos a los enanos toreros por ir en contra de la Ley de Derechos de las personas con discapacidad, pese a que ellos reconocen que el torear no les denigra.
La normalización de la derrota del otro como bálsamo para la sociedad es una filfa en cuanto supone la asunción y el consuelo del que no puede. No se entiende que se festeje que sucumban los atletas; para sucumbir ya estamos nosotros.
Los indultos y sobre todo su posterior argumentación han dejado en pelota la posición de España sobre este asunto y han asentado la noción de que los políticos presos eran en realidad presos políticos.
Gran parte de la hostelería ha encontrado en Isabel Díaz Ayuso su musa como inspiración de la libertad y de la gestión en tiempos de pandemia y no dudan en colocar su imagen en los rincones más destacados de sus locales. La presidenta vive en un estado de gracia en el que si el oráculo de Tezanos le da la mayoría, moviliza a su votante y si no, también.
La imagen de la sonda me reconcilia con la manera que tenemos los humanos de explorar los confines del universo y derribar nuestras propias fronteras: más rápido, más alto, más lejos.
El Gobierno propone un viaje al espacio en esa manera tan suya de tomar la circunvalación de la realidad, una carretera de ocho carriles con la que rodea las cosas que duelen y gracias a la que hace unos meses los jubilados se ahogaban en camas montadas en las lavanderías de los hospitales y los carteles decían que saldríamos más fuertes.
El Gobierno, en plena pandemia, puso sus ojos acusadores sobre Madrid y su presidenta, dejando caer que el Ejecutivo de la capital no tenía alma. Así se fraguó el mayor fracaso de la persecución política de la historia reciente.
El mundo ha avanzado mucho, pero los pobres siguen sin tener dónde caerse muertos. Desde que llegó Podemos, tampoco tienen mucho que llevarse a la boca, pero al menos pueden concebir el núcleo irradiador y la conciencia woke.