Estrella Fernández-Martos
Pintora y escritora cordobesa, titulada en Protocolo y Relaciones Institucionales. Detrás del blog Con los pies en el agua
Hay que seguir profundizando y escribiendo, pero también hay que pausar las palabras para que puedan ser leídas con su justa y hermosa entonación.
La Belleza igual se esconde que se pregona; que no todas sus manifestaciones tienen que ver con la intimidad y el disfrute aislado. En ocasiones nos sorprende tanto, nos causa tanta conmoción, que no podemos más que proclamarla.
Hay palabras hermosas por lo que designan, otras nos horrorizan justo por eso; las hay que nos enamoran por su sonido aunque su significado sea enclenque, y luego tenemos las que ni fu ni fa.
La mayoría de las veces, al hablar de la belleza del entorno se piensa en palacios o viviendas de determinadas características que no todo el mundo puede adquirir. Esta falsa creencia de que la belleza solo es patrimonio del que se la puede permitir holgadamente me entristece.
En estos años de cultura de la confrontación, nos están «colando la bacalá» de que hemos de elegir entre la Naturaleza y nosotros, cuando la verdadera cuestión es ser nosotros en la Naturaleza.
El silencio interior es requisito para un mejor y profundo desarrollo personal, pero también imprescindible para que nuestra propia belleza, sea cual fuere, brote desde la raíz y fluya a través nuestro.
La búsqueda del matemático comparte afán con la del poeta, ambos se nutren de anhelos, de pasión, de abismo. Ambos se asoman a la inmensidad del infinito amor explicando la perfección tangible de una rosa. Y como puente entre ambos lenguajes, el compositor.
La Belleza nos asalta en cualquier momento y circunstancia, no pregunta, se regala alegremente cuando quiere, igual que se esconde cuando le interesa.