José Luis Velayos
Catedrático Honorario de Anatomía y Neuroanatomía de la Universidad de Navarra. Catedrático Honorario de Neuroanatomía de la Universidad CEU San Pablo. Fue Catedrático de Anatomía en la Universidad Autónoma de Madrid.
La pandemia hace pensar que el hombre no es todopoderoso, que es frágil. Más que un castigo, la enfermedad probablemente es una prueba para el hombre del siglo XXI.
El llamado distanciamiento social, recomendado para evitar contagios por coronavirus, puede derivar en el desplazamiento de ancianos y niños. La acogida y la solidaridad son fundamentales en estos momentos.
Reirse es un buen escape psicológico ante las preocupaciones y agobios de la vida.
El coronavirus ataca con dureza a las personas más débiles, sean ancianas o no. En estos tiempos la solidaridad nos humaniza todavía más.
No hablamos del Ministerio de la Verdad o de la Policía del Pensamiento. Sin embargo, muchos de los peligros esbozados en «1984» se van haciendo realidad.
Con la llegada de la nueva normalidad, puede ocurrir que se considere como normal algo que no lo es. Es necesario aclarar qué se entiende por ‘normal’ y ‘normalidad’.
La muerte es el acabamiento orgánico del hombre, como consecuencia última de la enfermedad. Muere la parte material, pero no el alma.
En la violación en grupo se produce un desequilibrio entre el aspecto emocional y el racional. Más que de solución, hay que hablar de prevención.