Luis Núñez Ladevéze
Periodista y escritor. Profesor emérito de la USP CEU.
Un Gobierno vulnerable ha hecho de la prepotencia de la coalición una eficiente arma defensiva. Finge que la oposición se resiste a pactar la elección del CGPJ, cuando es su debilidad lo que lo lleva a acosar al órgano de los jueces para proteger a los socios de comparecer ante los tribunales.
El manifiesto en defensa del español presentado por Antonio Miguel Carmona responde a las protestas del sentimiento socialista que anudó en la Constitución del 78 un lugar de reconciliación y encuentro entre españoles escindidos por la Guerra Civil.
El líder del PP se enfrenta al problema de que, para alcanzar el fin principal de sustituir electoralmente a la izquierda, ha de abordar la dificultad de no poder eludir el hecho ya consumado de que sus decisiones topan con las del partido que rivaliza con su liderazgo en la oposición.
Con el veto al Rey en la entrega de despachos a la promoción de jueces en Barcelona, parte del Gobierno queda implicado en una conjura fraudulenta, que puede afectar al conjunto si no se produce una desautorización.
El jefe del Ejecutivo gestiona con perspicacia su poder. Atenaza, debilita o tapona a sus contrarios, sea dentro del Gobierno, sean sus variables socios parlamentarios o sea la fragmentada oposición.
El porvenir de la moción de censura no está en Santiago Abascal, está en Pablo Casado. Si su disposición regeneradora resulta convincente, personificará el liderazgo que el constitucionalismo aglutinante y moderado precisa para dirigir el timón hacia la reconstrucción.
Vox es la coartada necesitada por Sánchez para mantenerse en el poder. La nueva generación socialista lo ha entendido perfectamente.
El encogimiento de hombros o la falta de atención al nerviosismo de padres y alumnos, cabe preguntarse qué sentido tiene, en tiempos de exigible austeridad, que haya ministerios destinados a transferir competencias a las autonomías.