El Debate de hoy

Síguenos ahora en El Debate

  • Portada
  • Política
  • Internacional
  • Economía
  • Educación
  • Sociedad
  • Familia
  • Cultura
  • Historia
  • Ciencia
  • Tecnología
  • Enfoques
  • El Astrolabio
  • Entrevistas
  • Pódcast
  • Viñetas
  • Especiales
  • Especial Villacisneros
C
Ciencia

¿Azar o diseño? . La evolución providencial por la que Dios dirige y controla el desarrollo

Manuel Alfonseca | 21 de mayo de 2018

Ciencia

Deseo que me cuiden así La supernova que llegó puntual a la cita La química y los olores (agradables) La polémica de la tercera dosis ¿Colapsará la población mundial? 10 motivos por los que incluir grasa en la dieta

¿De qué es consecuencia la evolución? ¿Del azar o del diseño? Aquí entra en juego el seudo-azar y la filosofía. Dios dirige y controla la evolución del mundo y de la vida aunque hay teorías, como la del matemático Chaitin, que no permiten probarlo científicamente.

En este contexto hay que distinguir tres cosas:

  1. La teoría científica de la evolución, que está fuertemente contrastada con datos de otras ciencias, como la embriología, la anatomía comparada, la paleontología, la biogeografía, o la biología molecular (el análisis del ADN).
  2. La afirmación de que la evolución es consecuencia del puro azar, que no es una teoría científica, sino filosófica, aunque sus partidarios afirman que es una teoría científica.
  3. La afirmación de que la evolución es un ejemplo de diseño, que tampoco es una teoría científica, sino filosófica. Los partidarios del diseño inteligente sostienen que es una teoría científica.

Para resolver el dilema tendríamos que responder a la siguiente pregunta:

¿Hay alguna forma de demostrar científicamente que la evolución es consecuencia del azar y no del diseño, o por el contrario, que es consecuencia del diseño y no del azar?

Los desafíos de la evolución (II) . La selección natural y el azar ante la gran obra de Dios

La teoría de la evolución, en su forma actual, afirma que la transformación de las especies (la evolución de la vida) depende de cuatro factores:

  1. Variaciones espontáneas del genoma (mutaciones, recombinación genética y otros sucesos biológicos que modifican el genoma).
  2. Variaciones espontáneas del medio ambiente.
  3. La selección natural, que garantiza que los individuos cuyo genoma los adapta mejor al medio ambiente dejarán más descendencia (al menos de forma estadística).
  4. Las leyes básicas del universo, que en la actualidad están representadas por la teoría cuántica y la teoría de la relatividad.

La investigación en el campo de la vida artificial (programas de ordenador que simulan organismos vivos y su comportamiento) utiliza herramientas (algoritmos evolutivos) que se inspiran en la evolución biológica. Dichos algoritmos se basan en los siguientes elementos fundamentales:

  1. Variaciones espontáneas de los individuos (mutaciones, recombinación y otras herramientas), que usualmente aplican algoritmos seudo-aleatorios.
  2. Variaciones espontáneas del medio ambiente, que usualmente también aplican algoritmos seudo-aleatorios.
  3. Una función de fitness, que mide la adaptación al medio de cada individuo, y un programa de selección que garantiza que los individuos más adaptados dejan más descendencia o pasan a la generación siguiente.
  4. Las leyes básicas del sistema, que dependen de cada caso concreto.
Los desafíos de la evolución . Una nueva teoría que alumbre nuestra visión del Gran Misterio

Se observará que la estructura de los programas de vida artificial está inspirada en la evolución biológica. Voy a proponer un experimento mental: supongamos que en un futuro muy lejano, después de algunos miles de millones de generaciones, surgieran seres inteligentes en los programas de este tipo. Si estos seres analizaran su mundo, podrían llegar a la conclusión de que su existencia fue resultado de una evolución. ¿Pensarían que esa evolución fue consecuencia del azar, y no del diseño? Sin embargo, todo programa de vida artificial es un ejemplo claro de diseño. Si nuestros futuros entes inteligentes hipotéticos aplicaran la doctrina filosófica que afirma que la evolución es consecuencia del puro azar, llegarían a la conclusión de que los diseñadores no existimos. Y estarían equivocados. ¿O serían capaces de detectar que el azar que los originó no era realmente azar, sino seudo-azar? En ese caso, quizá pudieran demostrar científicamente que habían surgido como resultado de un diseño inteligente. ¿Podrían conseguirlo?

Para simular el azar, en la programación de ordenadores se utilizan algoritmos seudo-aleatorios que generan series de números que cumplen las condiciones que exige la estadística para decidir sobre la aleatoriedad de una sucesión. Estos algoritmos, por el hecho de ser algoritmos, han sido diseñados por alguien (el programador que los ideó). De hecho, no suelen ser estrictamente aleatorios, pues si se ejecutan varias veces, dan siempre los mismos resultados.

Entre Sapiens y Neandertales . Una carrera prehistórica para llegar a la humanización

En 1975 el matemático Gregory Chaitin demostró un teorema de incompletitud que dice, en esencia, lo siguiente:

La aleatoriedad de los números enteros es indecidible. Aunque la aleatoriedad se puede definir con precisión e incluso se puede medir, en general no se puede demostrar que un conjunto de números sea aleatorio. Esto establece un nuevo límite a lo que es posible en matemáticas. (Randomness and Mathematical Proof, Scientific American 232, No. 5, mayo 1975, pp. 47-52).

El teorema de Chaitin tiene consecuencias inesperadas. Por ejemplo, obliga a contestar negativamente a la pregunta que nos hemos hecho al principio de este artículo:

Nuestro hipotéticos seres inteligentes no podrían distinguir entre el azar y el seudo-azar (o sea, el diseño a través de un algoritmo) en su propia evolución.

En el año 2011, Fernando Sols señaló que el teorema de Chaitin demuestra que también es imposible distinguir entre el azar y el diseño en la evolución de la vida. (Heisenberg, Gödel y la cuestión de la finalidad en la ciencia, Simposio Internacional Ciencia y Religión en el siglo XXI: ¿diálogo o confrontación? Fundación Ramón Areces, noviembre 2011).

¿Destruirá la ciencia a la religión? . Una premisa errónea que no beneficia a la sociedad

En conclusión:

La ciencia no puede distinguir entre azar y seudo-azar, entre azar y diseño. Quienes sostienen una cosa o la otra están haciendo filosofía, no ciencia.

En otro artículo he intentado analizar el problema un poco más a fondo. He propuesto el nombre de evolución providencial para la teoría (filosófica) que sostiene que Dios dirige y controla la evolución del mundo y de la vida, pero por el teorema de Chaitin no es posible probarlo científicamente. Dicho de otro modo, lo que para nosotros es azar, quizá sea seudo-azar para Dios.

¿Hay pruebas de esto? Hemos visto que no puede haberlas, sin salir del ámbito de la ciencia. ¿Hay indicios? Creo que los experimentos sobre vida artificial nos proporcionan uno muy fuerte.

más
Ciencia

«Gracias por llegar tarde». Cómo vivir en la era de la aceleración

Pablo Muñoz Díaz

Ciencia

Alergia primaveral: consejos para un problema de narices Seres humanos editados genéticamente «Brexit»: ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio ¿Nuclear? No, gracias Ambiente obesogénico: más allá de las calorías

El Debate de hoy

  • Quiénes somos
  • cookies
  • aviso legal
  • política privacidad rrss
  • suscríbete
© 2025 El Debate de Hoy
El sitio web utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su visita a sus páginas web. No se utilizarán las cookies para recoger información de carácter personal. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso.
Encontrará más información en nuestra Política de Cookies.