Ana Montero | 07 de noviembre de 2017
El vegetarianismo es un modelo dietético asociado a un estilo de vida que, además de preocuparse por la influencia que ejerce la dieta sobre la salud, se considera una buena alternativa para contribuir a la conservación de los recursos naturales y el medio ambiente. Además, una de sus prioridades es evitar el sufrimiento, maltrato y la muerte de animales. Se basa, por tanto, en el consumo de cereales, legumbres, tubérculos, verduras y hortalizas, así como de frutas, aceites vegetales y también semillas y frutos secos. La carne (ternera, buey, cordero, cerdo y vísceras), las aves, los pescados y mariscos, así como los productos elaborados a partir de ellos, están totalmente excluidos.veganismo
El modelo ovo-lacto-vegetariano basa su alimentación en productos vegetales, pero permite el consumo de lácteos y huevos. El lacto-vegetariano excluye los huevos, además de la carne, el pescado y las aves, pero permite consumir lácteos y derivados, pero el modelo vegano (o “vegetariano estricto”) excluye cualquier alimento de origen animal (incluida la miel).
Son numerosos los estudios que ponen de manifiesto que las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas vegetarianas estrictas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades. Es verdad que este modelo de dieta se ha asociado con una menor incidencia de patologías (hipertensión, enfermedades cardiovasculares, obesidad, cáncer y cálculos biliares), asegurando que los vegetarianos presentan, por tanto, menores tasas de mortalidad debida a enfermedades crónico-degenerativas. Además, los niveles de colesterol total en sangre y de LDL-colesterol (“colesterol malo”) son, por lo general, inferiores. También se ha observado una menor incidencia de cáncer colorrectal y de pulmón que en aquellos individuos que no siguen un modelo de dieta vegetariana.
https://twitter.com/diaveganismo/status/925678918732079105Las razones son claras, aportan un menor contenido de grasa saturada, colesterol y proteína animal y, sin embargo, son ricas en fibra, en ácido fólico (a menudo insuficiente en la alimentación omnívora), magnesio, potasio, en vitaminas antioxidantes y en fitoquímicos o fitonutrientes (también con gran capacidad antioxidante). Cabe mencionar, además, que los vegetarianos tienden a presentar un índice de masa corporal (IMC) adecuado y, en general, no presentan obesidad, por lo que el riesgo de padecer síndrome metabólico o resistencia a la insulina es muy bajo, disminuyendo, por lo tanto, la posibilidad de desarrollar diabetes mellitus tipo 2.
La Asociación Americana de Dietistas (ADA) (2009) se posicionó a favor de este modelo dietético, considerando que una alimentación vegetariana bien planteada sería compatible con un buen estado nutricional, especialmente si se trata de una dieta lactovegetariana u ovolactovegetariana. Pero, ¿en realidad saben los veganos planificar adecuadamente su dieta? ¿Tienen suficientes conocimientos nutricionales para evitar las deficiencias nutricionales que puede plantear este modelo dietético? La realidad es que, si no se planifican bien, estas dietas también presentan riesgos sobre la salud. La ausencia o restricción del consumo de proteína animal puede llevar, sobre todo en edades tempranas, a déficits nutricionales que darán lugar a un retraso del crecimiento y también pueden ocasionar deficiencias en cuanto a vitaminas y minerales (vitamina B12, vitamina D, calcio, zinc y hierro). Hay que tener en cuenta que la vitamina B12 únicamente está presente en alimentos de origen animal, que el calcio más biodisponible es el que se obtiene de la leche y los derivados lácteos y, en el caso del hierro, los alimentos de origen vegetal aportan hierro no hemo, cuya absorción es muy baja.
El #AOVE es la principal grasa de adición de la #DietaMediterránea y uno de los #alimentosdespaña que aúnan cultura y tradición. pic.twitter.com/6xX1omuCn3
— alimentación.es (@Alimentacion_es) October 31, 2017
En las dietas vegetarianas también se han observado deficiencias en cuanto al aporte de ácidos grasos omega-3 de cadena larga (ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA)), por encontrarse en pescado y mariscos. Por lo que en estos casos no queda más remedio que recurrir a la suplementación dietética y al consumo de alimentos enriquecidos en estos nutrientes para poder compensar estas deficiencias. Es importante conocer qué estrategias nutricionales se pueden llevar a cabo para evitar o reducir en la medida de lo posible las deficiencias que ocasionan las dietas anteriormente citadas; por ejemplo, se recomienda seleccionar alimentos vegetales de alto contenido energético (aceite de oliva, frutos secos, semillas y frutos oleaginosos) que garanticen que se cumplen los requerimientos de energía (aun así, resulta complicado calcular cómo alcanzar, saludablemente, las necesidades de energía de algunos grupos de población, como los adolescentes deportistas…). Consumiendo frutos secos y semillas conseguimos ingerir, además de grasas saludables, una importante cantidad de calcio.
"Comer fuera de casa es un reto a la hora de mantener un buen estado nutricional". #Nutricion #db
— El Debate de Hoy (@eldebatedehoy) July 12, 2017
Por @achontu https://t.co/FQR5UAYBc9
Es importante también tener una exposición al sol controlada que permita una adecuada síntesis de vitamina D y favorezca, a su vez, la absorción de calcio. Por otra parte, combinar productos vegetales (verduras de hoja verde, legumbres) que aportan hierro no hemo con otros alimentos que sean fuente de ácido ascórbico (vitamina C) potenciaría la absorción del este mineral (por ejemplo, lentejas con zumo de naranja). Y, dado que la proteína de origen animal presenta mejor calidad que la proteína de origen vegetal (tiene carencia de aminoácidos esenciales), mejoraríamos sustancialmente la calidad proteica si en la misma comida se introducen dos alimentos que se complementan entre sí en cuanto a sus aminoácidos deficitarios, por ejemplo, un guiso de lentejas con arroz o una ensalada de lentejas que incluya maíz.
Siempre sería aconsejable el consejo dietético nutricional por parte de un profesional de la nutrición para conseguir una dieta saludable. Sin embargo, no hay que olvidar que una dieta bien diseñada basada en el modelo de dieta mediterránea conseguiría los mismos o mejores resultados que el veganismo, con la ventaja de que aporta una mayor variedad de alimentos y una mayor palatabilidad de los platos. Además, permitiría disfrutar de todas las ventajas que el modelo de dieta mediterránea, como patrón de dieta saludable, nos ofrece.