Alfredo Arense | 26 de noviembre de 2018
En el panorama actual, descubrir los gustos de los usuarios se convierte en algo primordial para las empresas. Una apuesta por el conocimiento de datos pretende reforzar el lazo entre Apple y la música.
En los años 60, existía una compañía discográfica que apostaba por los grandes grupos y que se convirtió rápidamente en un sello de referencia: su nombre era Apple. Ahí comenzó la relación entre Apple y la música.
Años después, Steve Jobs intentó poner en marcha su marca de ordenadores con el mismo nombre que tenía el conocido sello discográfico de The Beatles. Tras años de litigio, por fin la situación se desbloqueó y hace no mucho tiempo ya pudieron sonar en iTunes canciones del cuarteto de Liverpool y de otros artistas de este sello discográfico.
La razones que llevaron a resolver este conflicto fueron que Apple no era una empresa discográfica que grabara y generara artistas para luego convertirlos en grandes estrellas. Pero, cuando apareció la plataforma de iTunes donde la música sí tenía protagonismo, las dudas y los problemas comenzaron. Ahora la conocida marca de móviles ha decidido dar un paso más para convertirse en un cazatalentos de estrellas en auge del panorama musical contemporáneo. Este proyecto, al aplicar el big data para descubrir los nuevos talentos, pretende encontrar una fórmula matemática que dé en la clave.
La investigación, como herramienta para descubrir los gustos de sus usuarios, va a ser la principal baza con la que va a jugar la nueva compañía discográfica de Apple, gracias a un sistema de inteligencia artificial que obtiene información de plataformas de música en streaming, como Apple Music, Spotify o YouTube. Estas herramientas son útiles a posteriori para conocer la audiencia que tienen sus artistas y el TSL (Time Spend Listening) de los mismos. Para la gran plataforma de música Spotify, uno de los datos más importantes es el skip rate o, lo que es lo mismo, el tiempo que tardan en pasar los usuarios a otra canción. Con el éxito de Luis Fonsi Despacito, se dieron cuenta rápidamente de que el skip rate era muy alto; es decir, el público tardaba mucho en pasar a la siguiente canción y la escuchaban prácticamente entera. Sus directivos reconocen que nunca pensaron que sería un gran éxito mundial.
Esta aplicación de las nuevas tecnologías, las estadísticas y los datos obtenidos del big data en sus métricas garantizan un conocimiento detallado y exhaustivo del tiempo de escucha que se dedica a cada artista. En cualquier caso, esta relación entre Apple y la música no garantiza, por supuesto, la fórmula secreta para descubrir a los grandes artistas y apostar por ellos, en muchos casos, grandes cantidades de dinero invertido en publicidad y marketing.
Con la llegada de la investigación a las radiofórmulas en España, se descubrió que, gracias a los test musicales, se podía conocer qué canciones gustaban más a tu audiencia y, en consecuencia, programar un listado más específico que garantizara que estaba satisfaciendo los gustos de la audiencia potencial a la que te diriges.
Este sistema, basado en la estadística, los datos de audiencia, los segmentos de target, la estrategia y el marketing sirvieron para conocer mucho mejor al público y tener un mayor conocimiento del grado de satisfacción que tu audiencia tiene de los contenidos emitidos. En consecuencia, las radios obtienen sus propias conclusiones y diseñan sus parrillas en función de dichas informaciones, generando un daño colateral: la homogeneización.
Esto, aplicado al mundo de la música, debería traducirse en que, si los datos obtenidos de la escucha de canciones de mi público determinan (por ejemplo) que el trap es el género que más seguidores tiene, yo debería apostar por músicos de trap. Pero esta regla no siempre funciona. Un ejemplo lo tenemos en Rosalía, una artista urbana que mezcla el flamenco con el rap, el trap y con una escenografía y estética propia de las grandes actuaciones de Beyoncé. Nadie se hubiera atrevido jamás a apostar por el flamenco como un género adecuado para el mainstream (es decir, artistas consumidos por el gran público).
El conocimiento de tu audiencia no garantiza que los productos que se diseñan vayan a tener éxito en el mundo de la música, ya que el componente emocional y subjetivo en este campo con el gran público todavía es un enigma a día de hoy. La estandarización y los patrones comunes en productos de consumo emocionales nunca han garantizado el éxito, pero Apple ha conseguido cosas que nadie pensó que sucederían. Estaremos atentos…