«¡Beatos, Mecachis y Percebes!» En busca de los abuelos de Mortadelo y Filemón
Mireia García Sanz | 16 de noviembre de 2018
La Biblioteca Nacional presenta una interesante exposición que conecta las viñetas de los cómics y tebeos con sus «antepasados». Los antecedentes llegan, incluso, al Antiguo Egipto y al Imperio maya.
Cultura
FICHA TÉCNICA
¡Beatos, Mecachis y Percebes! muestra la evolución de una forma de contar historias basada en la mezcla simbiótica entre imagen y palabra. La exposición, más que un trayecto por la historia de la publicación gráfica, acaba siendo, en palabras del comisariado de la exposición, Enrique Bordes, “un recorrido gráfico por la historia misma”.
La muestra, que lleva a cabo una audaz propuesta al querer ver antecedentes del cómic en, por ejemplo, vendas egipcias o códices mayas, incluye soberbias piezas procedentes del patrimonio bibliográfico español conservado en la Biblioteca Nacional (BNE), además de otras obras cedidas por distintas instituciones, como el Museo ABC o el Museo Arqueólogo Nacional (MAN).
La exposición ¡Beatos, Mecachis y Percebes! se articula en tres partes. El primer paso del recorrido se construye en torno a los «Beatos», copias del Comentario al Apocalipsis que en el año 776 realizara el Beato de Liébana, y estampas calcográficas de vidas de santos. Estas últimas se componían de escenas distribuidas a modo de secuencia narrativa. El breve texto que secundaba su lectura las convierte en un precedente claro de la tira dibujada. Sobresale un facsímil del Beato de Tábara (s. XI), que representa un monasterio con la fachada seccionada, de modo que se puede apreciar la atareada vida de los monjes en su interior.
En el siglo VIII un monje de nombre Beato, abad de Liébana, escribió unos comentarios sobre el Apocalipsis que darían origen a los “beatos” pic.twitter.com/wdGbLIusHn
— Biblioteca Nacional de España (@BNE_biblioteca) November 30, 2016
La segunda sección de la exposición –“Mecachis”– la componen las obras de los pioneros de la narrativa gráfica tal y como hoy la conocemos. En la vitrina dedicada a Rodolphe Töpffer (1799-1846), padre de la historieta moderna, se aprecia la vocación decididamente popular y pedagógica que tuvo el cómic desde sus inicios. Esto fue un hecho con la expansión de la prensa periódica con contenido gráfico. Estas páginas, imponentes retablos de la sociedad industrial, consiguieron un enorme alcance y reconocimiento. Entre los promotores de las tiras cómicas españolas encontramos a Eduardo Sáenz-Hermúa (1859-1898), más conocido por su pseudónimo “Mecachis”, y al brillante Joaquín Xaudaró (1872-1933), ambos dibujantes habituales de la revista ilustrada Blanco y Negro (Madrid, 1891).
Como no podía ser de otra forma, ¡Beatos, Mecachis y Percebes! dedica un lugar especial a nuestro tebeo. El tebeo –o cómic español– debe su nombre a TBO (Barcelona, 1917), la mítica revista de historietas que sirvió a la educación y al entretenimiento de tantos niños y jóvenes españoles. Este tercer tramo de la muestra recibe el nombre de “Percebes” en homenaje al genial Francisco Ibáñez. En la exposición puede verse el primer número de su 13, Rue del percebe (Tío Vivo, 1961). Fue la primera de las cuatrocientas tiras que se publicaron sobre este inolvidable bloque de vecinos.
La excelente salud del cómic español
Entre otras piezas de la colección, encontramos números de La familia Ulises (1944), creada por Marino Benejam a partir de los guiones de Joaquín Buigas. Su publicación se prolongó durante casi cuarenta años. El humor de buena ley, los diálogos medidos y las entretenidas intrigas generaron un poso educativo que ha marcado la mirada de varias generaciones. Y es que esta familia, encabezada por el animoso Ulises Higueluero, representaba una lección de esfuerzo y afecto: se trataba de una familia que permanecía unida ante la adversidad y cuyos miembros colaboraban para restablecer el equilibrio sobre el que se asienta la convivencia.
La exposición ¡Beatos, Mecachis y Percebes! finaliza con distintas obras de la contemporaneidad, como las novelas gráficas de Rayco Pulido (Premio Nacional de Cómic, 2017), Juan Berrio, Miguel Brieva, Ana Galvañ y Carla Berrocal. En la actualidad, el universo del cómic, nacional e internacional, es inabarcable en todas sus variantes y goza de mayor vitalidad que nunca. Las viñetas, los planos de color, los bocadillos y las leyendas cobran hoy infinitos sentidos y posibilidades.