Antonio Alonso | 20 de febrero de 2019
El periodista Steven Lee Myers publicó en inglés, por primera vez en 2015, esta obra que ayuda a explicar la actuación política de Vladimir Putin basándose en su biografía, ofreciendo un retrato psicológico del que es hoy uno de los personajes más influyentes del mundo.
Se trata de un trabajo bien documentado. Al recorrer sus 25 capítulos (divididos en cinco partes), se puede apreciar que el autor ha buceado por los rincones menos conocidos del líder ruso. Myers ofrece un magno ejemplo de periodismo de investigación. A medio camino entre la biografía novelada y el ensayo periodístico, el autor desentraña la vida de Putin, explicando así cómo llegó hasta lo más alto del poder político de Rusia y por qué lo ejerce de esa manera. Su estilo hace que el libro sea entretenido y que no se pierda el hilo de la narración, introduciendo al lector en los acontecimientos, convirtiéndolo en testigo de lo que allí sucede.
Vladímir Vladímirovich Putin nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado –nombre que entonces tenía San Petersburgo, la antigua capital de los zares y escenario principal de la Revolución bolchevique de 1917—. Con 65 años cumplidos, parece que Putin está más bien lejos de jubilarse (en 2018 ganó una nueva reelección hasta 2024).
Lo que pase después, quién ocupará su puesto y por cuánto tiempo lo haga, es una gran incógnita; pero lo que se puede afirmar sin temor a equivocarse es que el liderazgo de Putin está más que asentado en Rusia. Aunque el año pasado tuvo algún problema interno por las protestas en las calles contra la reforma de las pensiones, su forma de gestionar la política exterior del país y de proyectar hacia el mundo una imagen de una Rusia grande (de nuevo) hace que su popularidad crezca.
Putin y la consumación totalitaria
Como recoge Myers, Volodia y Stasi son dos de los apodos de Putin. El primero, usado por familiares y amigos íntimos, le recuerda el origen humilde de su familia, la austeridad de su infancia y primera juventud, su hogar (compartido con extraños, como era habitual en el régimen soviético), su escuela… El segundo apodo se lo pusieron sus compañeros del Ayuntamiento de San Petersburgo, tanto por su anterior servicio en el KGB en Dresde como por sus formas abruptas en el trato con sus camaradas.
El libro de Myers también relata, hasta dónde se puede llegar a saber, la carrera de Putin dentro del KGB que fue, como mínimo, entre 1975 y mediados de 1991. Entre otras cosas, lo que lo impulsó a desear ser agente del KGB fue la idea que le quedó tras leer la novela de espías El escudo y la espada, cuyo protagonista, el mayor ruso Aleksandr Belov, un agente doble en la Alemania nazi previa a la Segunda Guerra Mundial, tenía que hacer frente a numerosas pruebas. Allí Putin se convenció de que la vida de un espía podía ser muy útil a un país, que la vida de muchas personas está en ciertas ocasiones en manos de una sola persona. Eso fue.
El relato vital de Putin es un repaso de los últimos 70 años de la historia de Rusia, una historia prácticamente desconocida para el público general español, por lo que esta obra se propone como esencial para entender correctamente (y sin perderse) los entresijos de una época tan compleja. El nuevo zar ofrece un relato pormenorizado de la caída de la Unión Soviética, el acontecimiento que más traumatizó a Putin, donde aparecen algunos nombres (Mijaíl Gorbachov, Anatoli Sobchak, Boris Yeltsin, Aleksandr Dugin), sin caer en la tentación de ser demasiado exhaustivo.
En un país en el que las decisiones importantes pasan por el jefe del Estado y el peso de las demás instituciones es relativamente escaso, es muy útil conocer a fondo el retrato biográfico y psicológico del personaje en cuestión. Por eso, esta obra es imprescindible para entender bien a Putin. Y entendida bien su historia personal, cómo se forjó su carácter, se entenderá mejor por qué toma ciertas decisiones.