Andrea Reyes de Prado | 06 de junio de 2018
Menos es más también en literatura. El extraño suceso, el insospechado acontecimiento de requerir pocas palabras para transmitir algo. Para transmitir la verdad de algo; su fondo, su voz, su razón de ser. Lo universal se halla tanto en grandes novelas como en escuetos y repentinos versos. Pues a veces una mano de letras basta para decir lo que trasciende.
Hoy, tiempo de lo breve por excelencia, de usar y tirar, de clonaciones en todos los medios y lenguajes, de vídeos desaparecidos por su fugaz existencia y tuits sepultados por su sobreexistencia, aquello que es diferente y puro destaca con mayor facilidad. La mirada curiosa, atenta al detalle, la sensibilidad, el ingenio. Bajo el mismo formato estrecho, pero con una naturaleza especial, revolotean por las redes y por los libros muy interesantes nombres a tener en cuenta entre tanta velocidad: el poeta Jesús Montiel, que ha reunido en Notas a pie de instante (Esdrújula, 2018) sus preciosas observaciones de la vida («de los árboles me gusta que se han edificado a partir de una semilla. Todos los hombres, por grandes que sean en el tablero del mundo, tienen su origen en un niño»); el cineasta Rodrigo Cortés, que publica en el periódico ABC su Verbolario; «diccionario satírico en que desnuda a diario una palabra» («muchedumbre: criatura de un millón de brazos y ninguna cabeza»); o la editora Belén Bermejo, que fotografía coloridos y poéticos rincones de ciudad a los que apoda como microrrelatos.
Hoy a las 19:30 h en el museo presentamos el libro “Greguerías Ilustradas” de Ramón Gómez de la Serna, una edición de #MuseoABC con un estupendo diseño de Cano Estudio que recoge todo el trabajo del maestro en este género. ¡No faltes! #libro #book #presentacion #madrid pic.twitter.com/rVuX46H0TT
— Museo_ABC (@MuseoABC) May 29, 2018
Si hubiese existido en nuestros días, sin duda formaría parte de este pequeño grupo de personas, inconexas, mágicas y audaces, que aún miran con los ojos del asombro. Por eso hoy, especialmente hoy, es un acto recomendable el regresar a Ramón Gómez de la Serna y su creación más icónica: las greguerías. Aquellas sentencias cortas, sencillísimas y llenas de perspicacia consideradas como un género literario que él, hombre indivisiblemente unido a la palabra y la tertulia, inventó. Humorismo + metáfora era su regla, infinitas sus posibilidades. Ramón, como gustaba ser llamado (simple y rotundo como sus creaciones), cultivó en paralelo a sus artículos, ensayos o novelas estos peculiares aforismos que hablan con gracia desde lo cotidiano e inadvertido: «La ópera es la verdad de la mentira, y el cine es la mentira de la verdad». «Los tornillos son clavos peinados con la raya al medio». «Entre los carriles de la vía del tren crecen las flores suicidas».
Derain, Balthus y Giacometti en la Fundación Mapfre . Una necesaria amistad entre artistas
Muchos de ellos se publicaron en prensa, como los artículos-greguería que entre 1930 y 1935, época convulsa en la que supusieron un soplo de aire fresco y distendido, aparecieron en la revista Blanco y Negro. Bajo los nombres de Cifras de París, Cifras de Alemania, Cifras de ahora, Greguerías ilustradas y Greguerías acompañó con dibujos sus inventivas, dando así lugar a descripciones aún más entrañables, visuales y personales del mundo. El Museo ABC de Ilustración, que posee más de trescientos dibujos originales, les dedica hasta mediados de mes una simpática y sugestiva exposición llamada Greguerías ilustradas. Ramón Gómez de la Serna. Bajo una distribución limpia –quizá demasiado ordenada, hierática, seria, para tratarse de algo tan ágil y vivaz–, cien de estos dibujos se muestran y comparten animando a quienes los contemplen a contagiarse de la actitud de su creador: apreciar los detalles, lo grande que se halla tras lo pequeño, lo pequeño que adorna y enriquece lo grande. Una visita estimable para avivar y enriquecer la imaginación y la curiosidad, que tanta falta hacen en estos tiempos.
Como complemento a la exposición, y para ahondar en la figura de Gómez de la Serna y su «género literario», motor vanguardista, se ha editado un catálogo que presentaron recientemente Fernando Castillo, Juan Manuel Bonet y Eduardo Alaminos en el museo. En él, como si de un inocente y sorprendente universo se tratase, aguardan las greguerías, hijas de Ramón, bautizadas por él mismo como «lo que gritan los seres confusamente desde su inconsciencia, lo que gritan las cosas». Lo que hay en las raíces del mundo, debajo de tanto ruido. Aquello a lo que dejamos de prestar atención al hacernos adultos.