Juan Orellana | 10 de noviembre de 2017
The Bookshop (La librería)
España, 2017
Duración: 115 min.
Directora: Isabel Coixet
Guion: Isabel Coixet (Novela: Penelope Fitzgerald)
Reparto: Emily Mortimer, Patricia Clarkson, Bill Nighy, Honor Kneafsey, James Lance, Harvey Bennett, Michael Fitzgerald, Jorge Suquet, Hunter Tremayne, Frances Barber, Gary Piquer, Lucy Tillett, Nigel O’Neill, Toby Gibson, Charlotte Vega
Género: Drama | Años 50. Drama de época
Sitio webVuelve Isabel Coixet con La librería, que ha inaugurado el último festival de Valladolid y ha obtenido el premio a la mejor adaptación literaria de la Feria del Libro de Fráncfort. Se trata de un drama de época, rodado en inglés y de producción hispano-británica. La propia Isabel Coixet es la responsable de la adaptación de la novela homónima de la autora inglesa Penelope Fitzgerald (1916-2000), escrita en 1978 y que narra la insólita aventura de Florence Green (Emily Mortimer), una mujer viuda que en 1959 abre una librería en un minúsculo pueblo inglés, Hardborough, en Suffolk, donde se encuentra con la oposición de algunos de sus habitantes, especialmente de la aristócrata influyente Violet Gamart (Patricia Clarkson), así como el apoyo de otros, como Mr. Brundish (Bill Nighy).
La cineasta catalana consigue levantar una historia sensible, delicada y emotiva, aunque contenida, como ya ha sabido hacer brillantemente en otras ocasiones (pensemos, por ejemplo, en La vida secreta de las palabras). La película puede parecer lenta, silenciosa, incluso distante, pero en realidad ese es el estilo que mejor se ajusta a la historia -exterior e interior- que Coixet quiere contar. La película habla, obviamente, del
Uno de los personajes más emotivos es Mr. Brundish, un hombre mayor que ya ha visto de todo, que ha desconectado del mundo, que en cierto modo ha sucumbido al escepticismo, pero que es capaz de revivir ante el eco de la belleza y de la verdad. La interpretación que de él hace Bill Nighy -al que disfrutamos recientemente en Su mejor historia– es uno de los grandes alicientes de la película. Su personaje y el de la protagonista convierten la cinta en un homenaje a los resistentes, a los que persisten en lo que creen a pesar de nadar contracorriente. La librería, desde un punto de vista artístico, está muy lograda, sin arriesgar fuera de los parámetros seguros del clasicismo, y muy ceñida a la elegancia británica de un film de época. Cuenta con unas interpretaciones excelentes, de protagonistas y secundarios, una delicada partitura del habitual de Coixet, Alfonso de Vilallonga, y una fotografía exquisita de Jean-Claude Larrieu, también compañero habitual de la cineasta. Una película sosegada, culta, que tiene su sitio entre las mejores películas de esta directora.