Hilda García | 08 de febrero de 2019
La resistencia
Texto: Lucía CarballalDirección: Israel ElejaldeReparto: Mar Sodupe, Francesc GarridoTeatros del CanalCalle Cea Bermúdez, 1. MadridDel 31 de enero al 17 de febrero de 2019De martes a sábados, 20 h.Domingos, 18.30 h.Precio: A partir de 9 eurosSitio webDos escritores que han vivido un amor clandestino durante diez años mantienen una conversación nocturna en un restaurante vacío. Este es el punto de partida de La resistencia, la última obra de la dramaturga Lucía Carballal (Madrid, 1984), que se ha estrenado en los Teatros del Canal.
Tras romper la relación con su mujer, David (Francesc Garrido) ha dispuesto su casa para que Mónica (Mar Sodupe) se mude a vivir con él, un paso que ella intenta demorar.
Además de profesor de universidad, David es un autor consagrado que ha impulsado la carrera literaria de Mónica. Una especie de pigmalión con cierta vanidad y que parece estar de vuelta de todo.
Por su parte, Mónica lucha por abrirse paso en el ámbito literario y la falta de reconocimiento de este mundillo le produce dolor. Advierte en David una superioridad profesional que a ella le provoca inseguridad y que la lleva a cuestionarse si su pareja tampoco valora su obra.
Con motivo de la decisión de comenzar una convivencia, los protagonistas inician una charla en la que diseccionan el vínculo existente entre ellos. Mediante diálogos inteligentes y mordaces, cada uno intenta llevar al otro a su terreno. Se lanzan reproches que nunca antes se atrevieron a hacerse y la tensión va creciendo hasta que la verdad sale a relucir.
La resistencia es un drama con un toque de ironía y algunos momentos cómicos que se centra en el binomio vida personal-vida profesional. Analiza la influencia del éxito laboral en las relaciones de pareja y el sacrificio que exige una labor vocacional como es la literatura.
Ambos personajes manejan muy bien el lenguaje y durante la batalla dialéctica en la que se miden abordan un sinfín de temas, como la ambición, los celos, la pasión, la juventud o la belleza perdida.
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Dirigida por Israel Elejalde, La resistencia toca también cuestiones como la necesidad de admirar -y no solo querer- a la pareja para que la relación se sustente.
Tampoco escapa a la discusión de los protagonistas un asunto tan de moda como el machismo, una materia que, por manida, no evita algunos tópicos. En este caso, la denuncia se dirige hacia el hombre que brinda a la mujer una protección paternalista y mantiene con ella un vínculo maestro-discípula, y no de igual a igual.
Toda la acción tiene lugar en el restaurante propiedad de Mónica, con una barra de bar en primer plano y mesas al fondo. La puesta en escena juega con la iluminación, reflejo de los vaivenes de la relación de los personajes. La música se combina con la proyección de imágenes evocadoras.
Los dos actores ponen pasión a su trabajo. Transmiten con veracidad el choque de egos, deambulando por el escenario sin apenas contacto físico, y la obra funciona.
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La interpretación de Mar Sodupe es realmente brillante. Su naturalidad y su contención son tales que parece estar hablando con el espectador.
Francesc Garrido, en el papel de escritor pedante y engolado, resulta algo forzado. Su afectación funciona mejor en los momentos mordaces que en los dramáticos y esta actitud se va diluyendo a medida que transcurre la acción y sale a flote su verdadero yo, inseguridades incluidas.
La resistencia se desarrolla en el mundo literario, pero la profesión de los protagonistas podría ser cualquier otra. Su mensaje es universal: la lucha por el éxito y el reconocimiento profesional condiciona las relaciones personales.