Hilda García | 24 de enero de 2019
Muerte en el Nilo
Autor: Agatha ChristieAdaptación y dirección: Víctor CondeReparto: Pablo Puyol, Adriana Torrebejano, Cisco Lara, Ana Rujas, Ana Escribano, Miquel García Borda, Sergio Blanco, Lorena de Orte, Paula Moncada y Dídac FloresTeatro AmayaPaseo del General Martínez Campos, 9. MadridDel 17 de enero al 5 de mayo de 2019De miércoles a viernes: 19 h. Sábados: 19:00 y 21:30 h. Domingos: 18:00 h.Precio: a partir de 12 eurosSitio webLujo y sofisticación revisten el original montaje de Death on the Nile, el clásico de Agatha Christie (Reino Unido, 1890-1976), que acoge el Teatro Amaya de Madrid.
La novela de la escritora inglesa, publicada en 1937, fue llevada al cine en 1978 por John Guillemin, con un excepcional reparto encabezado por Peter Ustinov en el papel del detective Hércules Poirot.
En esta adaptación teatral libre, dirigida por Víctor Conde, se respeta el planteamiento original, aunque cambian algunos personajes, entre ellos el del célebre investigador belga.
Diez pasajeros se embarcan en un crucero por el Nilo. Uno de ellos, una joven adinerada que está disfrutando de su luna de miel, es asesinada y todos parecen tener un motivo para matarla. El encargado de la investigación tendrá que descubrir al criminal… y el público también.
Tras esta sencilla trama, repetida en la ficción hasta la saciedad, se esconde un tema de gran actualidad y que, desgraciadamente, tantos episodios violentos está provocando: las devastadoras consecuencias del amor posesivo.
Los celos, la obsesión, la traición, la lealtad, las relaciones interesadas y la diferencia de clases sociales son otras de las cuestiones que aborda Muerte en el Nilo.
La obra trata de profundizar en la psicología de los personajes, algo habitual en la producción de Christie, cuyas novelas siempre analizan los motivos últimos que llevan al asesino a cometer su crimen.
Como en todas las historias de la escritora británica, el culpable sale a la luz y el bien vence al mal. Especialmente interesante resulta la reflexión que hace sobre el suicidio: matarse a sí mismo es igual que matar a otra persona.
No es fácil llevar a las tablas un libro de la dama del suspense, con tantos personajes que entran y salen de la acción. Sin embargo, el acertado montaje lo consigue resolver de una forma curiosa.
El guion está adaptado al lenguaje moderno -quizá en exceso-, con diálogos ágiles y flash backs.
Con ecos de musical, el texto se acompaña de canciones y melodías de la época, interpretadas en vivo, que pretender ahondar en el dramatismo de la trama, al tiempo que dan un toque de elegancia a la puesta en escena.
La ambientación, el decorado y el vestuario, todo ello con toques art decó, reflejan el glamur de los albores de la Inglaterra victoriana.
“Hermanas”, cainismo en estado puro
En cuanto al desarrollo de la acción, el texto se recrea en la presentación de los personajes y, sin embargo, el desenlace resulta algo precipitado. Se echa de menos la habitual escena en la que el investigador explica con detalle el móvil que convierte a cada personaje en sospechoso del crimen para, al final, desenmascarar al culpable. Por todo ello, se pierde esa intriga tan característica de las novelas de Agatha Christie.
El reparto está bien seleccionado, aunque algunas actuaciones son excesivas y algo forzadas. Encabezado por los televisivos Pablo Puyol y Adriana Torrebejano, se completa con Cisco Lara, Ana Rujas, Ana Escribano, Miquel García Borda, Sergio Blanco, Lorena de Orte, Paula Moncada y Dídac Flores. Este último, encargado también de interpretar la música al piano, destaca por su talento.
“La culpa”, cuando el verdugo se convierte en víctima
Muerte en el Nilo es entretenida y nos brinda una buena ocasión para disfrutar de una de las interesantes historias de Agatha Christie. Un reto para el lector o, en este caso, para el espectador.
Un consejo: lleguen con tiempo al teatro, antes de la obra les espera una sorpresa.