Gerardo Serrano Rodríguez | 13 de diciembre de 2018
Algunos han visto en la cancelación de la serie Daredevil de Netflix el principio del fin de los superhéroes. El genero, sin embargo, sigue en lo más alto y pensando en su expansión.
Recientemente, llegó a mis manos un artículo que, publicado en uno de los medios de mayor tirada de nuestro país, atrajo hacia sí toda mi atención. Y no para bien. La autora, siguiendo una serie de argumentos -por supuesto, nada, pero nada sólidos-, llegaba a unas conclusiones del todo precipitadas sobre el mundo de los superhéroes a partir de la cancelación de ciertos contenidos de Marvel Comics en Netflix (las series sobre Daredevil, Luke Cage y Iron Fist, más concretamente).
Según la columnista, la decisión de la plataforma de streaming no es sino un síntoma más de una supuesta decadencia en el mundo de los superhéroes, quienes habrían comenzado a perder el interés del público. Tal afirmación resulta, cuanto menos, desconcertante, si consideramos que llegaba en un momento en que la Casa de las Ideas, de la mano del coloso audiovisual Disney, pulverizaba un nuevo récord (récord que, por cierto, ya ostentaban Marvel y su Vengadores: Infinity War): apenas 24 horas después de su publicación, el tráiler de la cuarta entrega de Los Vengadores, Endgame, casi alcanzaba 300 millones de reproducciones, convirtiéndose en el más visto de la historia el primer día de su lanzamiento.
No, el género de superhéroes no está agonizando, ni mucho menos. Cada estreno del universo cinematográfico de Marvel constituye un auténtico blockbuster desde el mismo momento en que llega a los cines. De hecho, la última entrega estrenada de Los Vengadores, Infinity War, figura entre los títulos de mayor recaudación de toda la historia, solamente por detrás de Avatar, Titanic y el episodio VII de Star Wars: El despertar de la Fuerza (curiosamente producida también por Disney).
Y, hasta el momento, solo hemos hablado del fenómeno de audiencia y de la repercusión en cuanto a taquilla. Aún no hemos mencionado el calado en la cultura popular actual o las grandes aportaciones al mundo del arte cinematográfico que este género de héroes con superpoderes ha legado. Películas de gran cuidado estético como la segunda cinta de los Guardianes de la Galaxia, Thor: Ragnarok o Doctor Strange (con sus delirantes secuencias al estilo del Origen de Christopher Nolan) pueden figurar, sin demasiado riesgo a sonar descabellado, en las listas de filmes que muestran mayor interés en el apartado técnico, visual y fotográfico.
Además, el género de superhéroes ha llegado, incluso, a trascender la frontera de las películas de acción y sus incontables escenas en las que hay poco más que PUM!, PLAS! o BANG! Directores de gran prestigio y renombre también han decidido contribuir al universo cinematográfico de los héroes de cómic, atribuyéndole un enfoque mucho más “serio”: Christopher Nolan, sin ir más lejos, convirtió a Christian Bale en el que quizá sea el mejor Batman de la historia, vertiendo sobre el mundo del Hombre Murciélago su relevante perspectiva como autor de renombre. O M. Night Shyamalan, quien incluso ha dado un paso más y ha creado su propia franquicia de superhéroes a partir de El protegido, Múltiple y su próxima Glass.
Y, por ahora, nos hemos ceñido al lado más luminoso de los vigilantes enmascarados. Porque las adaptaciones cinematográficas de los universos del cómic también incluyen, desde fechas más recientes, películas protagonizadas por los villanos de las historietas. La némesis del Hombre Araña, Venom, ya cosechó gran éxito desde el momento de su lanzamiento el pasado 5 de octubre. Y todavía están por venir el filme sobre los orígenes del vampiro Morbius (también de Marvel Comics) y la esperadísima cinta sobre el Joker (personaje de DC Comics, en este caso) dirigida por el mismísimo Martin Scorsese y encabezada por Joaquin Phoenix, mientras continuamos aguardando a los reboots de Hellboy (Dark Horse Comics) y Spawn (Image Comics).
Si Netflix se ha visto obligada a cancelar series como Daredevil, Luke Cage o Iron Fist, ha sido por cuestiones de contrato, pues los índices de audiencia seguían disfrutando de elevadas cotas. Recordemos que los derechos de Marvel son ahora propiedad de Disney, del mismo modo que lo son los de Star Wars. Y el gigante cinematográfico también ha querido subirse al carro de las plataformas de streaming como HBO o Amazon, en vista del monumental éxito que estas han ido colectando. No descartemos la posibilidad de continuar disfrutando de las aventuras del Diablo de la Cocina del Infierno o del Héroe de Harlem en la próxima Disney+.
La desaparición de estas series en el catálogo de Netflix no responde a una pérdida de interés del público en esta clase de contenidos, no. El género de superhéroes no está agonizando, ni mucho menos. Los superhéroes siguen siendo más necesarios que nunca.