Gonzalo Fuentes | 17 de diciembre de 2017
Cuando se anunció que Damon Lindelof, coautor de Perdidos (2004-2010), estaba preparando una nueva obra televisiva (The Leftovers), la expectación entre los seriéfilos se disparó. Perdidos había supuesto el inicio de una nueva era de series en la que no podías conformarte con ver un capítulo por semana, sino que provocaba auténticas maratones frente al televisor gracias a sus espectaculares cliffhangers (al borde del precipicio).
Más adelante, se desveló una brevísima premisa que alimentó aún más el hype: “El 2% de la población mundial desaparece repentinamente”. Tan solo con esa información, ya resonaron en las cabezas de los fans cientos de posibles teorías del porqué de dicho suceso. ¿Cuál es el origen de la ausencia abrupta y simultánea de 140 millones de personas?
“To quote the Guilty Remnant — I hope it makes them remember.” – Damon Lindelof on #TheLeftovers pic.twitter.com/Kptau7R9Zx
— The Leftovers (@TheLeftoversHBO) June 26, 2017
Finalmente, llegó el estreno y la sucesión de capítulos y Lindelof sorprendió a todos ofreciendo un producto que se alejaba de la ciencia ficción y las tramas ‘conspiranoicas’, optando por retratar pormenorizadamente a los que no habían desaparecido, a los leftovers (“los que sobran” o “sobrantes”, en inglés). Esos seres que han visto cómo en una décima de segundo sus vidas cambiaban radicalmente con la desaparición de sus seres más queridos. Ellos buscan explicaciones, claro, pero al comenzar la historia tres años después del suceso, lo que se retrata es la crisis existencial que supone en cada personaje un acontecimiento de tamaña magnitud.
La obra narra la vida de un grupo de personas, casos particulares que han perdido hijos, maridos, esposas y amigos. Gente de luto latente que no pierde la esperanza de la vuelta de aquellos a los que aman. Porque lo peor no es una pérdida, sino una desaparición. Agarrarse a la posibilidad del retorno es la peor losa, porque no te deja avanzar, detiene tu vida a la espera de que todo vuelva a ser como antes. No puedes cambiar la decoración del dormitorio de tu hijo si no sabes a ciencia cierta que no va a volver. No puedes mudarte para tratar de olvidar, por miedo a que vuelvan y no estés presente. Y en esas circunstancias da igual el tiempo que pase, te agarras a un clavo ardiendo, al mínimo ápice de esperanza. Esa es la esencia de esta gran serie que, pese a haber roto récords de audiencia, pasará a la historia como una de las tramas más profundas y reflexivas mostradas en la pequeña pantalla.
Everything That Happened in The Leftovers Series Finale Was 'Real' https://t.co/yuq9TNGQTu
— Esquire (@esquire) June 5, 2017
El otro gran argumento de la serie es la reacción de la sociedad ante el trágico acontecimiento. La organización de personas que reclaman explicaciones, el punto de inflexión que surge en todas las creencias religiosas, la aparición de sectas y gurús que aprovechan la indefensión de la gente para manipular y lograr diferentes objetivos, las nuevas instituciones creadas para verificar la desaparición de personas, los científicos dando palos de ciego para tratar de dar sentido al suceso…
The Leftovers se basa en sus inicios en la novela de Tom Perrotta, para después volar con alas propias a lo largo de sus tres temporadas (en las cuales ayuda a escribir el propio escritor). Y cierra la historia con premeditación y sin estiramientos innecesarios, que tan acostumbrados nos tienen muchos otros productos televisivos. HBO supo confiar desde el inicio hasta el final en sus creadores, pese a las tímidas audiencias. Porque cuando una obra se convierte en ARTE (así, con mayúsculas), la recepción social se convierte en un segundo plano. Lo cual nos podría llevar al debate de si el arte es arte en sí mismo o adquiere esta categoría en función de los ojos de los que lo perciben y valoran. Pero no, aquí el debate está en cómo una obra puede transportarte a lo más profundo de la psique humana y desarrollar la evolución de sus protagonistas de manera natural y consecuente.
Damon Lindelof and Justin Theroux's HBO playlist is full of comedic surprises.
— The Leftovers (@TheLeftoversHBO) April 7, 2017
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De entre todos los personajes, cabe destacar a sus dos protagonistas, Nora (inmensa Carrie Coon, en un papel irrepetible) y Kevin (también impresionante Justin Theroux). Ellos poco a poco van llevando el peso de la historia hasta sus últimas consecuencias, en ese final muchos años después que deja sin respiración. La intensidad emocional que alcanza The Leftovers no se puede describir con palabras, se tiene que experimentar. Y la guinda del aderezo la pone Max Richter con unas partituras que acompasan los planos en una dulce armonía audiovisual.
The Leftovers, como Perdidos, plantea más preguntas que respuestas, pero de una forma más adulta y profunda. Si en Perdidos queríamos saber por qué había osos polares y peligrosos humos en la isla, The Leftovers cuestiona el sentido de la vida y sus consecuencias, el bien, la solidaridad y el egoísmo humano. E indaga sobre toda creencia existencial, desde la más espiritual hasta la científica más férrea, elevando la obra hasta cotas únicas en una narrativa audiovisual. No se la pierdan.