Íñigo Petit Zarzalejos | 12 de diciembre de 2018
Hace unos años, existió una gran corriente en el mundo de la comunicación que tenía por objetivo colocar a las personas por delante de las marcas; estábamos en el punto más alto de la burbuja del personal branding. Fuimos muchos los partícipes en dicha corriente, pero el tiempo y la experiencia ayudan a cambiar de opinión cuando es necesario. Las marcas, lejos de perder valor, lo han ganado en todos estos años. Donde antes el terreno de juego era nacional, ahora es global: las nuevas tecnologías han hecho saltar por los aires las barreras geográficas del conocimiento de marca.
Recientemente, hemos conocido el ranking de las marcas más valoradas del mundo, una lista que suele estar encabezada por un grupo más o menos estable año tras año, con pequeños cambios en el orden del mismo y alguna nueva incorporación ocasional. Esta clasificación tiene en cuenta diferentes aspectos, desde su capitalización bursátil -sin duda, un factor clave para su valoración- hasta el impacto en el mundo.
Entre las 10 marcas más valoradas, 6 son de carácter tecnológico y de ellas 2 (Google y Amazon) son proyectos construidos sobre una base 100% tecnológica. Muchas de estas marcas apenas eran conocidas hace una década y hoy lideran todos los rankings.
Amazon demuestra que no todo está en los números . Jeff Bezos se reinventa a diario
Los automóviles, presentes desde hace muchos años en las primeras posiciones, permanecen entre las más valoradas, sobre todo Toyota, Mercedes y BMW. A este respecto, no deja de sorprender el caso de Volkswagen que, a pesar de la mala praxis y las sanciones que han provocado, mantiene una posición de liderazgo en su sector con el puesto 41, sin duda, una prueba de la fortaleza de una marca.
La distribución y el reconocimiento a nivel global es un valor estable que permite afrontar muchas situaciones: ya hemos comentado el caso Volkswagen, pero podemos recordar a Steve Jobs y el negro futuro que muchos auguraban para la compañía de la manzana tras la muerte de su fundador. Lejos de ser así, Apple renueva en cada edición el liderazgo de estos rankings, inmune a la sombra de su ideólogo, apoyado en una experiencia de más de 40 años desarrollando tecnología.
Entre las marcas que más puestos ascienden en el ranking, la mayoría son tecnológicas, entre ellas: Amazon, Netflix, Salesforce, Paypal y Adobe. Entre las que irrumpen con más fuerza, hay dos: Spotify y Nintendo.
Muchos lectores se sorprenderán de que empresas con tan pocos años de actividad, en comparación con las más antiguas, hayan logrado semejante relevancia tan pronto. La clave está en la tecnología, en la globalización de la información y en la democratización del acceso a Internet. Por eso, no resultaría extraño que estos rankings no fueran tan estables en próximas ediciones como nos tienen acostumbrados.
Así pues, todo apunta a que para ser una de las marcas más valoradas del mundo hay que tener un elemento clave: un producto único (un teléfono, un refresco o una aplicación). Warren Buffett, al que todos deberíamos leer con fines pedagógicos, se dio cuenta del potencial de una marca y un producto sin un sustitutivo competitivo al invertir en Coca-Cola, hace ya casi 40 años. Y es que, ¿cuánto vale un producto que no puede replicarse? Según el estudio elaborado por Interbrand, la marca de refrescos tiene un valor superior a los 66.000 millones.
¿Quién no quiere un ordenador de Apple? ¿Quién no usa Google? ¿Cuántas personas conoces que compren en Amazon de forma recurrente? ¿Usas el Word, Powerpoint o Excel? La lista de las marcas de empresas más valoradas del mundo hace que todos nos sintamos identificados y poco originales, pues en su mayor parte se trata también de una lista de productos conocidos y deseados en todo el mundo.
Decisiones como la subida del salario mínimo interprofesional o el fin del diésel han provocado un incremento de costes laborales, superior al 20%, que acaban pagando los más débiles.