Pablo Casado Muriel | 25 de enero de 2019
Una de las grandes expertas en Da Vinci valora la originalidad e importancia de su vida y obra.
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Elisa Ruiz García, catedrática emérita de Paleografía, estudiosa de los códices de Leonardo que guarda la Biblioteca Nacional y comisaria de la exposición Los rostros del genio, visitó el programa de Cultura y Debate dedicado Da Vinci. Reconocida como una de las mayores expertas en el genio renacentista, la autora habló de la importancia de acercarse a los textos manuscritos del autor. A continuación un extracto de la entrevista que puede escucharse completa en el pódcast.
Pablo Casado: ¿Es posible encontrar las claves del genio de Leonardo da Vinci en sus textos manuscritos?
Elisa Ruiz: La mejor manera de poder conocer a Leonardo es luchar con sus textos, que no son nada fáciles. No son fáciles porque escribe en sentido inverso, de derecha a izquierda, tiene una escritura de difícil lectura y un italiano bastante decadente.
Poder transcribir, entender y traducir es un reto para el investigador. Pero cuando uno trabaja con un manuscrito autógrafo de una personalidad, automáticamente queda reflejada toda su psicología, su forma de ver el mundo, su manera de desarrollar el proceso intelectual, etc. Yo he aprendido más de Leonardo a través de la lucha con sus textos que a través de otros estudios, trabajos e incluso de la propia pintura.
P.C.: ¿Tiene relación ese interés por el texto manuscrito, y sus implicaciones, con la oposición de Leonardo a la imprenta?
E.R.: Leonardo, como una persona excepcionalmente inteligente, es contradictorio. Los grandes genios no son excesivamente dogmáticos y caen en la contradicción. Si se lee el Tratado de la Pintura, en su primera parte, donde compara las distintas artes, Da Vinci realiza un elogio de una gran modernidad argumentando que el lenguaje más universal y valioso es el arte de la pintura y el dibujo, porque es un lenguaje que no está condicionado a una lengua concreta.
Este elogio del dibujo como medio de comunicación le lleva a pensar que la imagen es prioritaria y debe ser única. Por eso, mira con cierto desprecio el surgimiento de esa nueva tecnología que en su tiempo era la imprenta. Considera que la verdadera obra de arte debe ser única y la multiplicidad “bastardea” ese producto.
Pero frente a esa manifestación en el Tratado de la Pintura, tenemos los dos códices de la Biblioteca Nacional. Los Códices Madrid son fantásticos, uno por la calidad de sus dibujos y el contenido, y el otro tiene un gran valor humano biográfico y científico. En uno de ellos hay algo que no se ha dicho nunca y que en la exposición Los rostros del genio he subrayado: da una fórmula para poder hacer unos grabados calcográficos especiales. Una receta nueva, algo que él inventa y que no se encuentra en el resto de la producción de Leonardo.
Esta receta que propone le habría permitido que su escritura pasara a ser de izquierda a derecha. Por lo tanto, él vislumbra la posibilidad de que sus textos y dibujos se pudieran difundir de forma calcográfica.
Si Leonardo nos ha dejado un legado reducido de obras es por su mentalidad perfeccionistaElisa Ruiz
P.C.: ¿Es más genio el Leonardo pintor o el Leonardo de sus cuadernos y anotaciones?
E.R.: Son dos mundos complementarios. Uno de los objetivos fundamentales de Leonardo era reproducir analógicamente la naturaleza y la realidad circundante. Y, dentro de ese afán analógico, el hecho de reproducir un objeto se puede hacer de muchas maneras. Es ese interés por mejorar la calidad de lo reproducido lo que desarrolla a lo largo de toda su vida a través de sus manuscritos. Sus manuscritos son libros teóricos en los que todo tiene una orientación científica y técnica.
Si Leonardo nos ha dejado un legado reducido de obras, en comparación con otros artistas, es por su mentalidad perfeccionista, una de sus grandes limitaciones que se ve perfectamente en esos manuscritos. Nunca está plenamente satisfecho, siempre piensa que se puede mejorar y añadir algo nuevo. Tiene una visión técnica de la pintura y de la representación de la realidad en constante evolución.
P.C.: Queda claro que el Leonardo da Vinci real, el que se puede estudiar científicamente, es mucho más interesante que cualquier Leonardo literario o misterioso.
E.R.: Por eso digo que es fundamental el poder leerlo, verlo, luchar con sus textos. Por ejemplo, en el manuscrito II de Madrid tenemos el listado de sus vestidos, y podemos conocer sus gustos. O el listado de sus libros. Algo que no se subraya demasiado es que Leonardo no tenía formación universitaria, solo tenía un conocimiento de primera enseñanza y rudimentario. A veces, como boutade, comento que afortunadamente no fue a la universidad. Leonardo tenía una mente y una inteligencia excepcionales y abiertas al mundo. Si hubiese sido alumno de algún maestro, lo habría reconducido, encauzado y, quizá, le habría cortado las alas de su originalidad y de su vitalidad.
Escucha la entrevista completa:
Carlos Gregorio Hernández & David Sarias
Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa demuestran cómo la presión y el fraude fueron un factor fundamental para que el Frente Popular obtuviera el poder tras las elecciones republicanas de 1936.