Fernando Bonete | 16 de enero de 2019
Con motivo de la presentación en España de «La opción benedictina», eldebatedehoy.es entrevista al periodista norteamericano Rod Dreher. Su obra, publicada en español por Ediciones Encuentro, es considerada por The New York Times como “el libro religioso más discutido e importante de la última década”.
Afirma haber escrito el libro con la intención de dirigirse a los cristianos ortodoxos de su país y asegura que no esperaba alcanzar ninguna repercusión fuera de sus fronteras. Sin embargo, el último libro del periodista norteamericano Rod Dreher (1967, Louisiana), La opción benedictina, ha suscitado un revuelo sin precedentes en todo el mundo y entre todas las confesiones.
Su propuesta de actuación para los cristianos en un mundo secularizado ya se puede leer en nueve idiomas, y se sustenta sobre la llamativa idea de tomar distancia de la vida pública, recuperar la disciplina de la orden monástica benedictina y así formar auténticas comunidades de fe.
El debate y las discusiones acerca de esta vía de actuación retirada de la esfera social y la cultura mainstream también han calado en España, y se han intensificado con la llegada de Rod Dreher a nuestro país. Hemos podido entrevistarlo a su paso por Madrid, en la sede de Ediciones Encuentro, antes de la presentación organizada por la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria en la Universidad CEU San Pablo.
Fernando Bonete: Ha llegado a afirmar que hoy en día es difícil encontrar siquiera diez personas que estén de acuerdo en lo que es el bien común. ¿La situación ha llegado a ser tan preocupante?
Rod Dreher: Quizá es una pequeña exageración, pero solo “pequeña”. Somos tan individualistas que no somos capaces de sostener un mínimo acuerdo moral. En el pasado existían pequeñas diferencias acerca de la interpretación sobre el bien y el mal, pero se distinguía a nivel general lo que estaba bien de lo que no. Eso ahora ha desaparecido por completo.
Alasdair MacIntyre se refería a esta corriente como “emotivismo”. Todo está absolutamente abierto a interpretación, no hay una idea común de la que partir y que se pueda discutir racionalmente: aquello que está bien o está mal depende de quién tenga el poder.
Fernando Bonete: Sin embargo, usted también ha atravesado diferentes etapas y creencias a lo largo de su vida. Desde el metodismo de su infancia y juventud, hasta su conversión al catolicismo, y de ahí a la ortodoxia. ¿Cómo y por qué?
Rod Dreher: Es una pregunta justa. Soy un ejemplo de esa misma sociedad líquida. Nací en 1967, en un pequeño pueblo, mi familia era metodista, no éramos muy cristianos, no íbamos a la iglesia, vivíamos un cristianismo superficial. Durante la juventud perdí la fe y a los veinte años experimenté una profunda conversión al catolicismo que me transformó en un creyente ferviente. Sin embargo, por aquel entonces un compañero del periódico, también católico, me ofreció colaborar en proyectos benéficos, fui con él y probé a ayudar en un comedor social. No era lo mío, me aburría, prefería el plano de las ideas, leer libros sobre teología, un catolicismo intelectual.
En 1993 me desplacé a Washington D.C., una ciudad muy politizada, en tiempos muy politizados. Aquí se terminó de fraguar mi identidad como teórico y pensador, mi vertiente más combativa como intelectual y periodista católico. Me veía a mí mismo como un “guerrero cultural” y defendía el conservadurismo tanto desde la política como desde la fe. El catolicismo se convirtió para mí en una ideología y, durante mis años en Nueva York, esta actitud se reforzó.
En 2002 tuvieron lugar los primeros escándalos por pederastia. Decidí involucrarme, investigar como periodista para “limpiar” la Iglesia, pero mi fe no era tan fuerte como pensaba. Las cosas que descubrí acerca del cardenal McCarrick, verlo en televisión hablando de inocencia… Aquello me desgarró y, junto con la traición de un sacerdote amigo de la familia, que no era lo que decía ser, precipitó que en 2006 acudiera a la Iglesia ortodoxa.
Entonces me acordé de aquel comedor social. Si antes de viajar a Washington hubiera colaborado más con el comedor social, si hubiera cogido la fe con mis manos, en lugar de convertirla en un instrumento intelectual, mi fe habría sido más fuerte y habría sido capaz de resistir en el catolicismo. No es culpa de la Iglesia, sino mía. Lo que no logré como católico intento cuidarlo como ortodoxo, pongo mucha precaución en esto, para no sustituir la verdadera vida espiritual por lo intelectual.
Fernando Bonete: Volviendo al proceso de secularización de la sociedad, ¿somos los cristianos conscientes de la situación de peligro para la fe?
Rod Dreher: Solo unos pocos. Creo que la mayor parte de los cristianos en Estados Unidos están ciegos, dormidos. Al contrario que en España, nosotros nunca hemos vivido un movimiento anticlerical. Muchos americanos, sobre todo los mayores de cincuenta años, creen que Estados Unidos es cristiano. No, ya no lo es. Pero tienen tanto miedo de perder su identidad que prefieren negar la verdad y lo que está pasando.
Escribí La opción benedictina como advertencia: “¡Despertad! ¡Daos cuenta de lo que está pasando en nuestro propio país!” Si la Iglesia tiene tan poco poder, tan poca influencia sobre la cultura, es porque se ha dejado asimilar por la cultura secular. Tenemos que recuperar lo que podamos, mientras podamos, porque una noche larga se aproxima. Por supuesto que nadie quiere oír esto, es mejor seguir pensando: “sigamos como hasta ahora, sigamos votando al partido republicano, funcionará”.
Aquí es diferente. Me ha sorprendido mucho la implicación de los jóvenes católicos. Cada vez que vengo a Europa me pregunto el motivo. Creo que tiene que ver con la descristianización del continente. Aquí ya habéis visto lo que a Estados Unidos le llevará dos o tres décadas ver.
Fernando Bonete: Sin embargo, a pesar de todas las dificultades y de lo negativo de la situación, considera que el panorama actual ofrece una inmejorable oportunidad de acción.
Rod Dreher: Los monjes benedictinos actuaron en respuesta a un momento de crisis y lograron su expansión por toda Europa y el renacimiento del cristianismo. Lo mismo es aplicable hoy en día. Debemos convertirnos, como dijo el papa Benedicto XVI, en “minorías creativas”, para resistir y perseverar en la fe de nuevas formas. Muchos dicen que este es el fin del mundo. No sé si es el fin “del” mundo, pero sí es el fin de “un” mundo, y tenemos que estar preparados para no ser víctimas de este desastre.
El pastor baptista Russell Moore lo ha expresado muy bien: “Gracias, Dios, por acabar con la cultura cristiana, porque ahora la gente que viene a las Iglesias es la que realmente cree”. Eso es mejor que llenar iglesias solo porque la idea de ir a la iglesia es socialmente respetable.
Fernando Bonete: ¿Esa preparación para el fin de un mundo y la vida en una sociedad poscristiana consiste en recluirse en nuestras propias comunidades, refugiarnos en un “Arca de Noé” hasta que pase lo peor?
Rod Dreher: No es posible ni deseable echar a correr, construir una fortaleza y esperar el final. No es eso a lo que estamos llamados, estamos llamados a vivir en el mundo. Pero, si vamos a vivir en el mundo como verdaderos cristianos, tenemos que estar preparados para ello, y es necesario desarrollar hábitos monásticos, mayor disciplina espiritual en nuestra vida, en nuestra familia y en nuestra comunidad. Se trata de ver a los monjes como un ejemplo a instaurar en nuestro hogar.
Antes de que Cristo predicara entre las personas, siempre buscaba la voz del Padre en la contemplación. Los monjes nos enseñan a ordenar nuestra vida en torno al encuentro con Dios.
Fernando Bonete: Su propuesta ha generado un gran debate en todo el mundo, se le ha acusado de herejía.
Rod Dreher: Algunos jesuitas calumnian el libro. Se ha dicho que es pelagiano. El padre Spadaro, director de la Civiltà Cattolica, afirmó durante su conferencia en la Universidad de Notre Dame que el libro está en contra del papa Francisco. No es pelagiano ni está en contra de Francisco. Lo que pasa es que el Papa no se da cuenta de la gravedad de esta crisis. Solo con ser amables no vamos a conseguir que la Iglesia sobreviva. Claro que tenemos que ser amables y misericordiosos, pero vamos a necesitar mucho más que eso si queremos resistir lo que viene.
También se me ha acusado de ser representante de la derecha, de los más ricos. Es ridículo. Solo soy un padre de familia al que le gusta escribir, una persona normal. Huyo de la política, solo quiero que la Iglesia, la auténtica, no la Iglesia liberal, no la Iglesia conservadora, la Iglesia auténtica sobreviva.
Fernando Bonete: Ya que menciona la política, muchos cristianos han visto y ven en Donald Trump y en la denominada derecha alternativa una oportunidad contra la ideología de género, el aborto y las políticas promovidas por grupos de interés LGTB. Pero usted no se hace ilusiones…
Rod Dreher: No voté en 2016. Teniendo en cuenta la forma en que se articulan las elecciones en Estados Unidos, en un Estado pro Trump como el mío, mi voto no importaba nada. Seguramente hubiera votado a Trump antes que a Hillary Clinton como autodefensa, porque los demócratas son fanáticos proaborto. Ya vimos lo que los demócratas hicieron a Brett Kavanaugh cuando fue nominado a la Corte Suprema. Intentaron destruirlo para defender el aborto, así que entiendo por qué los cristianos votan a Trump.
Pero tenemos que darnos cuenta de que no es un salvador, algún día se irá, y las cosas de las que nos protege, las políticas transgénero, la ideología de género, los derechos LGTB, todo eso es muy querido en Estados Unidos, y es una ilusión pensar que un presidente pagano va a parar esto. Cuando él no esté, la respuesta negativa de la izquierda va a ser tan severa que veremos por primera vez en la historia de Estados Unidos el anticlericalismo que habéis conocido en España.
Fernando Bonete: En España precisamente nos enfrentamos a una nueva ley de Educación promovida por el Gobierno socialista. Esta nueva normativa pretende reducir las competencias de los padres en la educación de sus hijos, rebajar los niveles educativos, suprimir la asignatura de Religión, imponer el discurso de la ideología de género… ¿Qué podemos hacer los cristianos desde la opción benedictina?
Rod Dreher: Se ha criticado la opción benedictina afirmando que conlleva la rendición en la esfera pública. Y para nada puedo coincidir. Tenemos que luchar tanto como podamos con las armas que tenemos, la política y la ley, pero si perdemos, ¿entonces qué? No vamos a disolver nuestras Iglesias, tenemos que encontrar otra manera de luchar, luchar mediante una “guerra de guerrillas”.
En España, incluso si se fuerza a las escuelas católicas a educar en la ideología de género, hay que enseñar a los niños de manera privada. Todos los días, al llegar a casa tendremos que repasar con nuestros hijos lo que aprendieron en la escuela, para diferenciar con ellos, con paciencia, de manera metódica, lo que es mentira de lo que es verdad. Tendremos que leerles libros, buenos libros, para contrarrestar lo que aprenden en la escuela, para llenar su imaginación con el bien de forma sistemática, articulando en el hogar una educación contracultural. Por lo tanto, la opción benedictina es incluso más importante si los progresistas ganan y sacan a la Iglesia de la esfera pública. Ese no es el final de la opción benedictina, es el principio.
Carlos Gregorio Hernández & David Sarias
Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa demuestran cómo la presión y el fraude fueron un factor fundamental para que el Frente Popular obtuviera el poder tras las elecciones republicanas de 1936.